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Guadalajara, Jalisco, México.

CONFIRMACIONES EN EL INSTITUTO DE LA VERA-CRUZ

“Cree en Dios como el ciego cree en el sol,
porque es verdad que no lo ve, pero si lo siente”

Decidimos darle el SÍ a Cristo, confirmar nuestro amor y firmeza ante él para así vivir y amar a todos como él lo hace. Sabemos que la confirmación es un acto de madurez en el que te comprometes a seguir a Cristo y a configurar toda tu vida desde el proyecto de Jesús, este proceso nos permite acoger al Espíritu Santo en el corazón y recibir sus siete dones, y a través de esos siete dones llevar una vida más congruente y así poco a poco ir cumpliendo la misión que tiene Dios para nosotras.

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Durante la preparación para llegar a este momento, vamos reflexionando sobre nuestro plan de vida y cómo es que queremos vivirla ya que sabemos hay dos mundos: el negativo y el positivo, y con las enseñanzas de la Palabra de Dios, somos nosotras quienes decidimos a cuál queremos pertenecer y cuál es el que queremos simplemente observar para aprender. Tenemos que tomar en cuenta que Dios tiene un camino para nosotras y que con el paso de los años nosotras le vamos tomando forma a todo lo que Dios nos da y nos dice, por lo que tenemos que tener apertura y ver el camino hermoso que nos tiene Dios que es la vida, sin importar los problemas o dificultades a los que nos enfrentemos en el camino.

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Durante la homilía el Arzobispo nos mencionó tres puntos que nos hace reflexionar que son: misión, formación y unción. La formación: nos invita a conocer nuestra Fe y formar parte de ella de manera consciente y adulta tomando así las responsabilidades que con ella trae. La misión: con esto nos invita a que apliquemos nuestra ayuda con l@s demás de manera desinteresada siempre mirando el rostro de las personas más pobres y vulnerables en el rostro de Jesús así como ver a l@s demás con el amor que nos vemos a nosotros mismos y así siempre ir de la mano buscando lo mejor para tod@s y quitar ese egoísmo para construir una experiencia liberadora y que nos enriquezca para el resto de nuestras vidas. La unción: nos llama a tener un propósito y cumplirlo, ya que somos ungidas igual que Jesús y llevamos el olor de Cristo y así poder experimentar al Espíritu Santo que está sobre nosotras y nos habita.

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Con estos tres puntos al final nos deja reflexionando sobre la misión que tiene Jesús para nosotras, dejándonos con grandes metas que cumplir y objetivos que lograr, llevando una vida más digna como la de él y quitándonos de la cabeza todo aquello que nos resta, para así poder enfocarnos en lo que Dios nos está ofreciendo y cada día dar un paso para estar más cerca de él y poder reforzar nuestros dones y lograr una confianza más firme en Jesús.

Alejandra Suarez Ofendían
-Paola Vargas Mosqueda.
2do Preparatoria.