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Casa de Formación, Guatemala

“CRECER EN EL SERVICIO Y LA ENTREGA MUTUA”

Soy Ana Noemi y quiero compartir que he tenido la gran oportunidad de hacer por un mes un voluntariado, en el Hospital Materno Infantil Juan Pablo II, que se encuentra en la colonia El Rosario, Mixco en Guatemala.

Desde el momento en que me acerque al hospital para solicitar un servicio voluntario, no dudaron en recibirme, y a partir de ese momento, forme parte del equipo de trabajadoras y trabajadores del hospital. Desde el inicio me brindaron la confianza y la oportunidad de poder aprender, capacitándome en la labor y que el servicio y la entrega fuera mutua. Me sentí con total disponibilidad a realizar cualquier trabajo que me propusieran, le decía a Dios que fuera el trabajo que fuera, lo deseaba hacer con calidad, con entrega, ofreciendo lo mejor de mí.

Este voluntariado lo hice en el “Departamento de Archivo” donde se necesita de la rapidez, la habilidad y la memoria, porque es donde se registran los expedientes de cada paciente. Todo el día muchos de los expedientes entran y salen del departamento ya que mucha de nuestra gente busca y necesita ser atendida para sanarse. Así que es un trabajo de hormiga que no para.

Me sentí muy a gusto, contenta, sobretodo porque hubo grandes mujeres que me acompañaron, me enseñaron con paciencia y esmero cada detalle para poder realizar con responsabilidad y atención el trabajo que me asignaron… especialmente agradecida con Herminia y Valeria. También agradezco la confianza y la credibilidad que pusieron en mí y así, poder acompañarles por un mes en esta tarea que realizan día a día.

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Algo que me gustó y me motivo mucho, lo cual es de agradecer y celebrar, es que en el hospital, todo trabajo y cada persona de cada departamento tiene su valor y su grano de arena para que cada paciente salga del hospital fortalecida físicamente y espiritualmente. Todo departamento ya sea Recursos Humanos, Administración, Archivo, Cafetería y otros, aunque no tenga contacto con la/el paciente son parte de su proceso de rehabilitación y así lo hace sentir este organización.

Por otro lado, el contacto con el hospital me ayudó a percibir cuánta necesidad tiene nuestra gente y que la salud es sumamente importante en nuestra vida y, cuando falta, no solo sufre el/la paciente, sino que sufre toda su familia con ella. Me encontraba con familias dolidas, angustiadas, tristes porque sus hijas e hijos se encontraban hospitalizados. Fue muy significativa esta experiencia para mí, porque el dolor se sentaba a mi lado con la necesidad de saber ser acompañado y escuchado. Por medio de ello, conocí a muchas personas junto con sus realidades y en ellas Dios se me hacía tan presente de manera vulnerable, pero también, lleno de energía porque se hacía presente en cada mujer y hombre que con su profesión respondían a esta necesitad tan vital en nuestra vida.

Gracias al Hospital Materno Infantil por abrirme las puertas y vivir el valor de la entrega sin reserva, de la lucha cotidiana y la sensibilidad por las personas más necesitadas.

Ana Noemi Chocón Ajcú, MMB