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Instituto de la Vera-Cruz, Guadalajara, Jal. México

“DE GALA POR EL 65 ANVERSARIO”

El Instituto de la Vera-Cruz se vistió de gala y como parte de los festejos del 65 Aniversario, el pasado 8 de mayo celebramos como Comunidad Educativa, madres, padres de familia y personal con una “Cena de gala” en las instalaciones del Colegio.

Asistieron a este evento cerca de 450 personas, entre ellas alumnas del último año de preparatoria como parte importante de la culminación de sus estudios, exalumnas de diferentes generaciones, personal docente que ha sido parte del historial educativo del Instituto, en fin… Gran cantidad de personas y experiencias muy unidas al Carisma Mercedario que mana en nuestro Colegio.

El evento dio inicio de manera especial con las palabras de bienvenida de la Hna. Rebeca Cervantes, Coordinadora del Área de México-Centroamérica de las MMB, en seguida la recepción de la Hna. Martha Elena Huerta, Directora del Instituto de la Vera-Cruz y finalmente la Sra. Maya Farías, quien es Presidenta de la Mesa Directiva de Padres de Familia.

Como introducción a la cena se presentó un video que recoge parte de la historia de los 65 años del Colegio, recordando de manera especial a todo el personal, maestras y maestros así como, a las MMB que han pertenecido a este gran caminar educativo. Además, la acogida a las personas asistentes no se hizo esperar y como parte del evento tuvieron la oportunidad de participar en una rifa organizada con el apoyo y patrocinio de una prestigiada joyería.

Se culminó la noche bailando en medio de la ambientación de luz y sonido, alargando la fiesta hasta las dos de la mañana muy contentas y contestos de festejar este importante y significativo 65 Aniversario.

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“Compartiendo una experiencia
muy especial”

Decir 65 años, se dice rápido, pero vivirlos cada día e ir forjando en el diario caminar un Colegio como lo es nuestro Instituto de la Vera-Cruz en Guadalajara es un regalo de Dios que también ha requerido mucho esfuerzo, momentos de alegría y también de dificultades. Son tantas las personas que han o hemos pasado por este plantel: muchas generaciones de hoy ex-alumnas, y actuales, las directoras, maestras/os, formadoras, personal administrativo, de intendencia en fin toda la comunidad educativa, incluidas muchísimas MMBs.

Pues sí, estamos celebrando los 65 años de nuestro colegio y entre los actos para conmemorar esta fecha el pasado 8 de se realizó esta cena-baile.

Me impresionaba desde el 3er piso de la comunidad, el dirigir la mirada al patio Central, con su gran extensión, su fuente que chisporrotea un susurro muy particular, la Virgen de la Merced al fondo, tras de ella una mampara y bambúes, los árboles que flanquean los lados de toda esa área, trae tantos recuerdos… Pero fijándome en la experiencia de ese día 8, a eso del atardecer ese patio como lo describo estaba silencioso y de repente un ejército de personas lo transformó para acoger a: exalumnas, alumnas, Padres de Familia, amistades, MMBs. Fue algo hermoso, todo puesto con muy buen gusto: mesas, adornos, luces, era ya casi anochecer, aunque el cielo aún estaba esplendorosamente azul y una brillante estrella en lo alto del patio nos “hacia un guiño de presencia cósmica” y lo más bello de todo, el ver cómo iban llegando las personas, rostros conocidos reflejando en ellos la alegría del encuentro de “estar en su colegio”, de compartir, de recordar. A esto nos ayudó el documental que fue entretejiendo fotos antiguas y nuevas de este caminar de 65 años. Hubo pequeños discursos de bienvenida, entre ellos el de la actual Directora Marta Elena Huerta, haciendo alusión a la canción “Coincidir” de mi buen amigo Alberto Escobar. Verdaderamente impresionaba pensar en tanto tiempo, tanto mundo, tanto espacio y coincidir… Estar ahí y ser testigo de ese momento lúdico y de agradecimiento por los 65 años del Colegio.

El convivir y compartir en las mesas a la hora de la cena, fue otro espacio lindo. Personas que constantemente se acercaban a donde estábamos las MMBs sobre todo al final, sus rostros y palabras manifestaban el gran agradecimiento y la felicidad de haber vivido ese acto tan bien preparado, tan emotivo y “también movido” porque ya cerca de la media noche hubo un tiempo de baile con una buena música y luces que, al reflejarse en los bambúes creaban tantas figuras geométricas que impresionaban.

Ya al amanecer la gente se despedía encantada, emocionada de lo bello que había sido este acto. Yo también me sentía así, agradeciendo “a ese coincidir” el haber estado presente.

Rebeca Cervantes Martín, MMB