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Casa de Formación, Guatemala

“ENAMORARME DE LO QUE ME LLENA DE EMOCIÓN”

Es un gusto compartir mi experiencia en esta celebración llena de alegrías y muchas emociones, el convivir con las Jóvenes mujeres-indígenas en el Internado de San Raymundo, siempre es motivo de felicidad.

En esta ocasión me sentí muy animada, viviendo el valor de la amistad que para mí es algo que no se ve y no se toca, solamente lo sientes en las niñas internas; un valor muy bien compartido en este lugar donde es una familia que invita cada vez más a vivir nuevas experiencias desde un punto de vista diferente, en mi caso, como misión siendo parte del grupo de Laicado de Mercedarias Misioneras de Bérriz (Laicado MMB). Es una vibra en que puedo sentir como el Carisma que las caracteriza es capaz de contagiar tantas emociones.

Un poco más allá de la celebración, estas actividades son donde las jóvenes nos muestran sus habilidades artísticas, su desenvolvimiento y su mucha participación con todo el entusiasmo que les caracteriza para contagiarnos con toda esa energía. Disfrutamos con actividades como bailes, cantos, dramatizaciones, su habilidad para tocar la guitarra y creatividad a la hora de realizar cada presentación. Son admirables las habilidades y capacidades que ellas poseen para coordinarse y trabajar en equipo.

 
 
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La hora del almuerzo siempre es una bendición y más por esa unidad con la cual las jóvenes lo preparan. En esta ocasión degustamos un platillo típico de San Raymundo: pollo en Pinol. Sin duda alguna un platillo delicioso!

Desde que empecé a integrarme al grupo de Laicado en el 2011, María José, MMB mencionaba que como grupo nos propusiéramos una misión; ahí es donde tuvimos en grupo la primera visita a este Internado. Desde el primer día que visité ese maravilloso lugar fue como enamorarme de algo que hasta el día de hoy me llena de mucha emoción, teniendo la oportunidad de visitarles en varias ocasiones. He tenido buenas experiencias cantando, tocando guitarra, bailando, jugando, celebraciones patrias, el cumpleaños del pequeño Henry (hijo de una de las jóvenes), la Graduación de las niñas del Bachillerato y la más reciente celebración del “Día del Cariño”.

Es tan divertido todo, tan lleno de alegría el convivir con las jóvenes, que cada día que termina junto a ellas no quisiera irme, salgo siempre con una inmensa sonrisa.

Si resumo mis buenas experiencias, integrar el grupo de LMMB e ir al internado a compartir con estas entusiastas jóvenes, ha sido la mejor.

 

Silvia Aymée Bautista, LMMB