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Instituto de la Vera-Cruz, Guadalajara, Jal. México

“SER LUZ PARA EL MUNDO”

Después de quince años en el Instituto de la Vera-Cruz, viví la experiencia de recibir en mi colegio el sacramento de la Confirmación, en él junto con un grupo de compañeras y otras jóvenes recibimos uno de los sacramentos por el que nos comprometimos a seguir a Jesús. Para mí, lo más hermoso, puro y real que existe es el amor que Dios nos tiene y para que sea auténtico amor tiene que existir la libertad y éste sacramento es un sacramento vivido, recibido desde la libertad. Dios nos da la libertad de elegir si queremos seguirlo o no; si queremos seguir su camino, si queremos recibir al Espíritu Santo para que, siendo una con Él, nos comprometamos a encender la luz en mundo dando testimonio de Jesús.

En este sacramento renovamos las promesas que un día realizaron nuestros papas y padrinos en el Bautismo, promesas que ahora, buscan hacer realidad el compromiso de asumir el Proyecto de Jesús.

Por la crismación, recibimos los dones del Espíritus Santo y aunque físicamente no lo pudimos sentir, creemos que nos fortalece para vivir con generosidad esta vivencia dentro de su Iglesia.

El sábado 20 de mayo, 46 personas nos comprometimos como seguidoras y seguidores de Jesús a vivir desde nuestro compromiso bautismal, a ser testimonio con nuestra palabra y vida que vale la pena trabajar en lo pequeño de cada día por hacer realidad el sueño de Dios, el mundo de hermanas y hermanos. Ser en la Iglesia de Jesús luz para el mundo. Abrimos nuestro corazón y nos dejamos tocar por el Espíritu Santo.

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Desde el principio, en todo el proceso de preparación estuvimos trabajando en nosotras mismas para descubrir lo que necesitábamos profundizar para conseguir realizar pequeños cambios en el entorno donde vivimos. También entendimos que el Espíritu Santo trabaja desde nuestro interior para hacernos personas más plenas y, siempre tuvimos presente a Jesús como nuestro maestro, guía, amigo, confidente y aquel que da sentido a nuestra vida cristiana.

En nuestra preparación descubrimos las partes oscuras y claras que hay en nuestro mundo y eso nos permite encontrar la luz, por difícil que sea para cada una, poniendo semillas del amor de Dios por todo el mundo.

El Evangelio de nuestra celebración nos recordaba: “No son del mundo, pues al elegirles, yo les he separado del mundo”, y ahí volvimos a tener presente, que Dios nos eligió y nosotras le dimos un sí. Además, lo hicimos como alumnas y exalumnas del Instituto de la Vera-Cruz, comprometidas a llevar siempre en nosotras el Carisma Mercedario que nos invita a “ser libres para liberar”. Algo que hemos recibido en el colegio y que lo hemos tratado de hacer vida en el contacto con otras realidades desfavorecidas de nuestra sociedad, buscando servir y entregarnos a las demás personas… Siendo mujeres que trascienden, que buscan llevar la verdad, y colaborar en la construcción del Reino de Dios aquí en la tierra.

Para cada una fue un día muy especial, pero todo eso no se queda en un solo día, nos llevamos el compromiso de transmitir el amor de Dios a donde vayamos y vivir siempre alegres y convencidas de esta vocación cristiana. Y así, unidas en comunidad y con Dios ser luz para el mundo en todo momento.

María Pilar Toussaint Padilla
Alicia Obregón Torres, MMB

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