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El Viejo, Nicaragua

“SIENDO MISIONERAS/OS…

RENACE LA ALEGRÍA”

Las MMB como Familia Mercedaria celebramos el “DOMUND-Domingo Mundial de las Misiones” en torno al VIII Aniversario de la Beatificación de Margarita María López de Maturana (fundadora del Instituto MMB) el día 22 de octubre, día que conmemoramos y recreamos nuestro ser misionero con el deseo de ayudar a otras muchas personas misioneras en esta tarea.

“Renace la alegría” es el lema de DOMUND de este año y el papa Francisco nos invita en el renacer a sentir que “Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” (Evangelii Gaudium). El fin de la actividad misionera es, precisamente, ayudar a extender esta alegría, anunciando a todas las personas la posibilidad de nacer y renacer al encuentro con Dios. Un renacer a la vida de fe que, como tantas veces comprueban las misioneras y los misioneros, ha sido revelado a las personas más pequeñas.

Desde este ser y sentir misionero, en El Viejo y como parte del Carisma Misionero-Liberador, nuestros Grupos Mercedarios han tenido experiencias maravillosas de Misión en las comunidades del campo.

Los Grupos Mercedarios de INMER-Infancia Mercedaria, ADMER-Adolescencia Mercedarios y JUMMER-Juventud Misionera Mercedaria recrearon su esencia al realizar un pequeño y lindo “Servicio a la Comunidad” en Monte Rosa y La Picota. Comunidades que nos recibieron durante la mañana del domingo 12 y 26 de octubre, reuniéndose grupos de niñas/os y adolescentes de cada una de las comunidades, así como niñas/os que se preparan para su Primera Comunión.

Las Catequistas de cada comunidad organizaron a sus grupos de Catequesis y extendieron la invitación a otras/os niñas/os para compartir las actividades que cada grupo preparó para su Misión como Servicio a la Comunidad.

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Se organizaron juegos y dinámicas para motivar un espacio celebrativo para las/os niñas/os de cada comunidad y un compartir sencillo deseando transmitir el anhelo porque cada una/o pasara junto a nosotras/os un día lleno de alegría.

En cada una de las experiencias se comenzó el compartir con la acción de gracias a Dios por la oportunidad de ser recibidas e invitadas/os a cada comunidad, por la disponibilidad de las Catequistas, así como el apoyo de algunas/os familiares y por supuesto la participación de cada una/o de las/os niñas/os del lugar. Posteriormente cada grupo presentó su ser y quehacer como Grupo Mercedario y el propósito de la Misión al querer compartir todo lo aprendido en sus grupos, la amistad que entre sí tienen y por supuesto la experiencia de fe liberadora del Dios de Jesús que cada grupo va interiorizando en su proceso formativo.

Desde esta bonita y especial introducción, se comenzaron a compartir dinámicas de presentación y juegos que hacían entusiasmarnos a todas/os las/os que estábamos reunidas/os, tampoco se hicieron esperar los cantos que llenaban de sonrisas los rostros de cada chavalita y chavalito.

Con mucha ilusión cada grupo preparó un pequeño refrigerio, así como una bolsita de caramelos para compartir a las niñas y niños. De manera especial y significativa, los Grupos Mercedarios se dedicaron durante un mes a recaudar fondos económicos con venta de paletas de hielo, rifas y recolectas para lograr este compartir y cada una/o de las/os integrantes de los grupos reunió juguetes y ropa en buen estado para donarlas en las comunidades a las que visitamos y así, se entregó el donativo a las Catequistas de las comunidades para que fuera repartido a quienes más lo necesitan.

Pasamos dos domingos llenos de gratitud, cercanía, solidaridad, esperanza y alegría. Deseamos motivar a Catequistas y jóvenes, así como a las niñas, niños y adolescentes a formar grupos en sus comunidades, disponerse al acompañamiento grupal y continuar motivándose en su participación como Iglesia, extendiendo la experiencia de Jesús en cada rinconcito de nuestros pueblos nicaragüenses.

Las misioneras y misioneros, llenos de alegría, comparten con las personas más pobres su experiencia de encuentro con Cristo. Las personas que reciben este anuncio y abren su corazón a él, también acogen con alegría la Buena Noticia de la salvación. Francisco nos dice cuál es el origen de esta gran alegría: “El amor con el que el Padre-Madre ama al Hijo llega hasta nosotras y nosotros y, por obra su Espíritu, nos envuelve”; y además, nos invita a participar en ella: “¿Por qué no entramos también nosotras y nosotros en este río de alegría?”.


Paulina Soltero Barba, MMB