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Casa de Acogida, México, D.F.

“UN SIGNO DE ESPERANZA”

En este tiempo cuando una lee los periódicos, revistas u oye la radio o ve TV, la mayoría de las noticias son poco esperanzadoras ya que giran en torno a la violencia, pobreza, política nada clara, etc. y hay muy poco a cosas positivas. Ahora que recién hemos celebrado el Día de la Mujer quiero compartir con ustedes la superación de doña Laura una mujer campesina.

Ella es guatemalteca, vive en Colomba, Quetzaltenango, Guatemala, donde está una de nuestras casas de Misión. A sus cincuenta y pico años, la encontré sentada en un aula donde la mayoría eran jóvenes, y ahí llena de ilusión pretendía concluir su Preparatoria pues quería seguir preparándose para servir a su entorno en el área de salud, ya que ella está especializada en análisis Bioenergética y trabaja en la Clínica Santa María de la Merced que las hermanas tienen ahí en ese pueblo.

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El tiempo ha avanzado y ella no sólo concluyó esa etapa de sus estudios de Preparatoria, sino que ha ingresado a la Universidad en Quetzaltenango, distante de Colomba, algo más de 2 horas, y hasta ahí se dirige muy tempranito sábado a sábado después de laborar durante la semana en su tarea habitual.

Ha logrado concluir el primer año de Laboratorista Clínica, con materias nada fáciles como química orgánica, anatomía, matemáticas y otras, ¡todas aprobadas!, pero dejemos paso a algo que ella personalmente expresa en una carta que me envió:

“Inicie el tercer semestre el 24 de enero, pidiéndole a Dios por todas las personas que están ayudándome y le sigo poniendo ganas en el estudio para poder lograrlo y brindar un mejor servicio a la población que tanto nos necesita.

Si Dios me lo permite tendremos servicio de laboratorio clínico por la tarde en el Dispensario de Colomba, ya que es el único lugar con ese servicio; esta es mi visión para poder servir con el conocimiento que estoy adquiriendo.
Le cuento que ya ayudo al técnico de laboratorio a la extracción de sangre, cuando el técnico esta con mucho trabajo, y muy pronto le estaré ayudando con algunas muestras que ya nos están enseñando en la universidad.”

El tezón por sacar sus estudios y por servir a las personas enfermas de esa Parroquia es para mí un gran signo de esperanza y de admiración, al contemplar a una mujer que no se limita ni por la edad, ni por no haber estudiado antes…

¡Esta es Doña Laura…!

Rebeca Cervantes, MMB