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Colomba, Guatemala

“CAMINANDO COMO IGLESIA”

En Colomba hay varios grupos que se preparan a la 1ª Comunión y el domingo 17 de mayo nos reunimos con Padres y Padrinos de tres grupos para orar y reflexionar nuestro compromiso cristiano. Una madrina viajo de la capital para participar en el encuentro, lo cual resulta un dato muy significativo que habla de su responsabilidad en la formación de sus dos ahijados.

El tema estaba dividido en dos partes, “El valor del ser humano” y “Cómo es conveniente que los Padres y Padrinos caminen junto con la Iglesia en esta formación cristiana”. Llegaron 36 personas, que aun viviendo en Colomba no se conocían entre sí, así que comenzamos con unas dinámicas de integración que les ayudaron a romper el hielo y a sentirse en casa.

En la primera parte del tema tomamos como base la “Resurrección del hijo de la viuda de Naim”, ahí descubrimos el amor misericordioso de Jesús por esta viuda que no le pide nada, ella está sumida en su dolor y no se entera que Jesús está cerca de ella, Jesús sabe que esta mujer sin apoyo masculino, será víctima de muchos atropellos, por ello le devuelve, le “entrega a su hijo” y así, le devuelve su dignidad de persona humana.

Hablamos de la autoestima y de cómo nos educaron a nosotras/os y de cómo nos comprometemos a educar a nuestras hijas e hijos para que su autoestima sea favorable a su personalidad.

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En la segunda parte del tema, con los documentos de los Catecismos “Todos/as Hermanos/as” de nuestra hermana Gloria Borobio, fuimos viendo esta unidad que es necesaria entre Catequistas, Padres de Familia, Padrinos, la Hermana responsable de la Catequesis y el Sacerdote.

El Padre se presentó un momento en el retiro, nos animó a todas y todos a continuar unidas/os en esta tarea evangelizadora que realizamos en conjunto.

Tuvimos un almuerzo compartido en el que cada quien aportamos un poco y así, alcanzo para las 55 personas que estábamos, contando con Catequistas, niñas y niños pequeños que trajeron los papás. Después tuvimos juegos y dinámicas que ayudaron a crear un buen ambiente.

También hicimos una hora de oración personal con el mismo texto e hicimos una oración comunitaria al final del retiro donde las y los participantes pudieron exteriorizar con toda libertad lo que la Palabra de Dios les invitaba en este compromiso con sus hijas e hijos. Fue una linda jornada, que además, ayudó a integrar gente joven a la parroquia.

María Micaela Reynoso, MMB

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