“COMPARTIR LA PALABRA DE DIOS

ME HA LLENADO DE ÉL”

Déjenme presentarme, mi nombre es Álvaro Daniel Boche; un jóven con 26 años de edad. Y vivo en la ciudad de Guatemala, Guatemala.

Ahora les comparto un poco acerca de mi caminar en la CEB´s (Comunidades Eclesiales de Base), de la cual soy integrante desde que tenía 5 años de edad y desde entonces no he dejado de asistir a las reuniones semanales, así como a las distintas actividades que se llevan a cabo.

Dentro de la comunidad, hemos pasado momentos de felicidad y también de tristezas; y una de ellas, ocurrió en el año 2002 cuando me quedé ciego por causa de un accidente. La verdad, fue un golpe bastante duro para mí, también para mi familia y mi comunidad.

Gracias a Dios y a cada integrante del grupo, he superado esa etapa ingresando a un centro de rehabilitación del Comité Pro-Ciegos y Sordos de Guatemala. Ahora sigo mi vida activa en la comunidad, estudiando en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y trabajando para llevar el sustento a mi hogar.

Les comento que al culminar cada año, la comunidad de CEB´s organiza un retiro de recogimiento-cierre, el cual consiste en agradecerle a Dios por las bendiciones, triunfos, alegrías, entre otras cosas. En este año, no fue la excepción, ya que compartimos un día en unidad intercambiando testimonios, reflexionando acerca de la Natividad de Jesús y pasándo un momento agradable entre hermanas y hermanos.

Una de las actividades que se realizó en ese día fue la de elegir un símbolo con el cual nos identificáramos dependiendo de las acciones que Dios hiciera en nuestras vidas y que fueran de cambio. En lo personal, elegí como símbolo de cambio mi bastón, el cual utilizo para movilizarme; con este símbolo, hacía la mención de que además de poseer este instrumento como tal, Dios también ha sido ese bastón en quien me he apoyado, quien ha sido “El Guía” de mi vida y quien me ha conducido por muchas sendas y Quien siempre, siempre va por delante de mí, librándome de cualquier peligro e iluminándome con su luz.

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La verdad, ese día sentí la presencia de Dios más cercana de mí, siempre lo he sentido pero ese momento fue muy, muy especial e inigualable.

Otra de las actividades que se realizan aquí, son las bendecidas “posadas” en las que durante 9 días, se va llevando un anda con las imágenes de San José y de la Vírgen María, recordando el caminar de ellos previo al nacimiento de Jesús. Instrumentos musicales como chinchines y el sonido de una concha de tortuga, acompañan los villancícos y faróles. Cada noche se deja el anda en una casa distinta y al momento de ingresar, se realiza una oración de agradecimiento, luego se expone la situación del país iluminada con la Palabra de Dios y tomando compromisos en comunidad para realizar el cambio desde nuestras familias y por último, el hogar que recibe la posada comparte un pequeño refrigerio.

Cada actividad se lleva a cabo desde que era niño y gracias a Dios he podido participar en la mayoría de ellas, sintiendo esa misma emoción y sueños que en aquél entonces.

La comunidad ha sido pilar fundamental en mi vida, ya que a través del compartir de la Palabra de Dios me he llenado de Él, sintiéndo fuerzas para salir adelante, al igual que mi familia que la ha reforzado en unidad, fe, esperanza y en miles de bendiciones más. Espero seguir fielmente en esta comunidad hasta que Dios me lo permita y rogándole para que siempre, siempre contemos con la comunidad de CEB´s.

Esta fue una pequeña reseña vivida aquí en Guatemala, agradeciendo a Dios por permitirme compartirles parte de las bendiciones que Él nos ha regalado y a cada una/o de ustedes por su amable atención, Dios les bendiga y guarde mucho.


Álvaro Daniel Boche

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