“EXPERIENCIAS DE ENTREGA COMUNITARIA” |
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En Colomba, Quetzaltenango en el mes de noviembre de 2013, tuvimos cambio de párroco en la parroquia Santo Cristo de Esquipulas, es el Padre Aparicio Vicente Itxmay quien está entre nosotras/os, es muy entusiasta y está motivando mucho para que las personas participen en la adoración del Santísimo todos los jueves, entre otras celebraciones. El domingo 22 de junio, día de “Corpus Cristi”, después de la Celebración Eucarística, tuvimos una gran procesión por las calles de Colomba, hubo mucha participación de parte de la comunidad parroquial, aunque el sol estaba en su pleno apogeo y el calor era sofocante, esto no impidió que todas/os continuáramos hasta el final.
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La gente está muy contenta, se ha despertado su entusiasmo porque dimos testimonio de nuestro amor a Cristo Eucaristía, testimonio que compromete nuestra vida en la solidaridad y apoyo a las/los hermanas/os enfermas y ancianas, quienes son las más vulnerables de nuestra parroquia. También queremos compartirles como acontecimiento de júbilo, que la comunidad de Santa Rosa se organizó y comenzó a recoger fondos para cambiar el techo de su Iglesia. Las Mercedarias les hemos apoyado para que pudieran cubrir el gasto que faltaba frente al desastre vivido el 7 de octubre del año pasado, cuando cayó una gran granizada que destruyo los techos de al menos 115 familias de esta comunidad. En medio de alegría y mucho agradecimiento el sábado 4 de julio fue la bendición del nuevo techo, lo cual lo celebramos con gran regocijo después de una larga espera que habían tenido por falta de apoyo de algunas asociaciones de servicios comunitarios de las cuales seguimos pendientes. Ma. Micaela Reynoso Primo, MMB |
Category Archives: Julio – 2014
CELEBRAR LA VIDA Y TESTIMONIO DE QUIENES NOS PRECEDEN
“CELEBRAR LA VIDA Y TESTIMONIO
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Este año surgió la inquietud de homenajear a las y los Catequistas que por tanto tiempo han sido parte del surgimiento, vida y sustento de las comunidades de la Parroquia. La iniciativa vino por parte del párroco y por su puesto lo apoyamos las Mercedarias con la aprobación también del Consejo Parroquial. El día del homenaje, nos trasladamos todas y todos a la Comunidad Agraria Pensamiento donde se llevó a cabo dicha celebración. Compartimos el tema “Evangelizamos siendo testigos”, el cual impartieron Ma. Micaela, MMB y el P. Aparicio Vicente, las dinámicas corrieron a cargo de una pequeña comisión de animación y la entrega de diplomas y crucifijo fue llevada por Lilliam Miranda y Odilia Bámaca, ambas MMB.
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Con este homenaje reconocemos que los testimonios de vida, son verdaderas luces para quienes tenemos el deseo de seguir el ejemplo de quienes han sido capaces de dejarlo todo por seguir a Jesús. Su entrega nos habla de la inagotable capacidad humana de crear comunidad, y la vida de comunidad nos motiva a mantener la fe encendida. En la cosmovisión maya el fuego es lo que permite mantener la Casa-Iglesia en un ambiente de acogida. Reconocer el arduo trabajo de las y los Catequistas es darle acogida a la Sabiduría-Fuego que se ha quedado en cada persona, es comunicar lo que con tanta generosidad hemos recibido de ellas y ellos, y finalmente es compartir, mediante el compromiso, un Dios que es amor y se comunica especialmente a las personas sencillas, pobres y humildes. Nora Angélica Gómez Mares, MMB |
UN CAMINAR QUE SE INUNDA DE ESPERANZA
“UN CAMINAR QUE SE INUNDA DE ESPERANZA” |
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Es el caminar con la juventud colombina tan llena de fe, tan colmada de entrega, tan solidaria, como soñadora. Ya llevamos seis meses y un poco más de este año maravilloso en el que la entrega no se ha hecho esperar. Desde que nos planteamos nuestro objetivo del año lo formulamos en palabras de la M. Margarita. Inspiradas en ella, nos hemos propuesto que las reuniones con las y los jóvenes sean: “Encuentros que motiven a crecer, no solo en nuestra fe, sino en la formación del criterio, del carácter y actitudes. Espacios para que las y los jóvenes se expresen diciendo lo que viven, quieren y sueñan. Nuestra actitud será estar atentas/os a su formación, darles la mano para subir siempre. Darles cariño, apoyo, experiencia…”. Con los encuentros, visitas a personas ancianas y enfermas, paseos, jornadas deportivas y otras actividades, vamos descubriendo a un Dios que camina con nosotras/os, que nos acompaña, que sabe lo que hay en el fondo de cada corazón, es Él-Ella quien nos fortalece y nutre nuestro seguimiento a Jesús. Por eso mismo, “dar la vida para que otras y otros jóvenes tengan vida”, se traduce en compartir alegremente lo que gratis hemos recibido: vitalidad, entusiasmo, creatividad, sueños. Mismos que se convierten en actitudes de solidaridad, compañerismo, sentido de pertenencia al proyecto de Dios que nos llama.
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En la formación hemos reflexionando sobre nuestro liderazgo y vida de fe, sabemos que las realidades de nuestro mundo exigen jóvenes decididas/os y emprendedoras/es, creativas/os y entregadas/os pero sobre todo, jóvenes con la capacidad de creer y crear un mundo más humano. Con todo y nuestras limitaciones, vamos entretejiendo el entramado de experiencias que han ido formando nuestro carácter, no como algo nuevo que apenas nació por reflexionar un tema, sino como algo que renace porque ya Dios ha puesto todo en cada persona para que pueda Ser. Entonces, ¿por qué el caminar con las y los jóvenes está inundado de esperanza? Porque sigue habiendo jóvenes que apuestan por lo diferente, por vivir experiencias que no se encuadran en la pantalla del celular o la computadora, sino que se recrean en el lugar mismo donde la vida acontece. Experiencias que se unen a las de otras personas en los encuentros, las visitas, en el deporte, en el compartir sencillo de la palabra y el gesto que hace profundas las relaciones. Al final de cuentas, como dice el buen chapín: “somos pocas y pocos, pero locas y locos”, “pobres pero bondadosas/os”, “libres y amistosas/os”, “callejeras/os y ruidosas/os”, pero con un sentido profundo de que la vida es para vivirla, las dificultades para superarlas y las alegrías para sostener la esperanza, simbólicamente reflejada en el color verde de las montañas que rodean este querido pueblo de Colomba. Nora Angélica Gómez Mares, MMB |