“UNDOKAY 2018”

Las campañas solidarias no son nuevas en mi vida, desde pequeña me encantaba echar monedas al canasto de la Iglesia, ir creciendo y “botear” para la Cruz Roja, ir a asilos, de misiones… pero la experiencia de ver a todo el Instituto enfocado en la meta de contribuir trabajando en conjunto, brindando su tiempo, esfuerzo y dedicación, sin duda fue impactante.

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Juegos, comida, huevos con confeti, rifas; ver a pequeñitas deambular vendadas o con muletas, para empatizar con quienes tienen capacidades diferentes; a adolescentes quienes venciendo las inseguridades propias de la edad, se animan a ofrecer paletas y otros productos, para colectar lo más posible. Ver también a jovencitas entusiastas y responsables de sus puestos; atendiendo, preparando, sirviendo y entregando sus productos o entregando los regalos de la rifa; codo a codo con sus asesoras y maestros, formando equipo.

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El personal que dando un extra de su tiempo y esfuerzo andan como hormiguitas corriendo de un lado a otro: limpiando, acomodando, trayendo cosas, surtiendo materiales, respondiendo preguntas, coordinando turnos, vendiendo boletos, cambiando billetes en el banco; todo ello en conjunto con los padres de familia, exalumnas y laicos, quienes convencidos de que el ejemplo arrasa, están ahí trabajando, motivando e invitando a participar a todos los asistentes.

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Y como si el mero hecho de convivir, participar y disfrutar no fuera suficiente, se leen los mensajes de las comunidades a quienes se destinaríael fruto de todos los esfuerzos.

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Escuchar con los sentidos, pero especialmente con el alma, el relato sobrecogedor por un lado, al escuchar el miedo y el dolor que dejó el sismo en tales comunidades de Oaxaca, y por otro, de enorme esperanza sabiendo que no están solos, que cuentan con nosotros.

Ser parte de todo ello, integrante de una comunidad que se preocupa y ocupa por otros y va pasando su legado misionero de generación en generación, me llena de orgullo y confianza en que juntos, tomados de la mano de Jesús, podremos superar o a resolver cualquier problema.

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Lucía Moncada González A.
Psicóloga de Preparatoria del
Instituto de la Vera Cruz.
Guadalajara ; Jalisco, México.

“LANZANDO REDES DE ESPERANZA”

El domingo 11 de febrero tuvimos nuestra gran fiesta misionera, nuestra kermes UNDOKAY en la que como cada año tenía una meta. concretamente este año fue para ayudar a nuestras hermanas y hermanos de San Mateo del Mar, Oaxaca, pequeña comunidad de indígenas localizada en el Istmo de Tehuantepec, el lugar más estrecho entre el Océano Pacífico y el Océano Atlántico; región con mayor presencia de indígenas en nuestro país y el municipio con mayor rezago en el estado de Oaxaca.

Esta comunidad tras los sismos del mes de septiembre de 2017 se vio seriamente afectada, donde de manera oficial hubo varias
afectaciones a las viviendas, declarando incluso varias como pérdida total. Ante esta realidad, es que este año la comunidad
educativa emprendió el trabajo del UNDOKAY para ayudar a esta zona tan gravemente afectada , y qué mejor manera de apoyar,
que como muy bien sabemos en el colegio, no unimos como Familia Mercedaria para alcanzar nuestra meta.

Resultaba realmente gratificante y esperanzador observar cómo las mamás presidentas de mesas directivas, dedicaban por muchas
horas de la mañana, su tiempo para cuidar cada detalle de la organización y coordinación de la participación de todas las
mesas directivas. Por su parte las alumnas, ex alumnas, los docentes y en sí todo el personal del colegio se compromete con
su parte, con alegría, esfuerzo, y sentido misionero. Es un trabajo de un gran grupo de personas, que lo podemos reducir
a la palabra “solidaridad”, porque todo lo que se hace para el UNDOKAY, son acciones que salen de las entrañas de todas las
personas que participamos, y lanzamos juntas “Redes de esperanza” para nuestras hermanas y hermanos de San Mateo del Mar.

Este año, la celebración comenzó con nuestra Eucaristía en la que se ofrece el trabajo que preparan con anticipación y con una peculiar entrega solidaria de parte de las alumnas, maestras/os, personal, madres y padres de familia, quienes organizan los diferentes puestos, la recolección de cascarones, los regalos para la tómbola, entre otras actividades que se llevan a cabo anticipadamente. El P. Félix Kuate, de los Misioneros Xaverianos, celebró la eucaristía resaltando enfáticamente el sentido de ser misioneras, de ser familia que voltea a ver otras necesidades y la importancia del trabajo en equipo para alcanzar una meta en pro de los y las demás. Las alumnas del taller de música de preparatoria animaron la celebración con sus cantos y entusiasmo.

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Una vez que concluyó la eucaristía, se invitó a todas y todos a pasar al patio de primaria para dar por iniciada la gran fiesta misionera, con unas palabras de bienvenida de la directora general Pilar Ríos, quien acompañada por las Hermanas Mercedarias
Misioneras de Bérriz, dieron por iniciado el UNDOKAY.

Durante la kermes pudimos disfrutar de una rica comida, postres deliciosos, de divertidos juegos, del registro civil móvil, de la tómbola, de la disco que siempre tiene mucha participación por parte de los adolescentes y jóvenes; Vera-Kids, un espacio
dedicado para los y las más peques, en donde les tenían preparadas diferentes actividades y juegos para que pasaran un rato muy agradable mientras sus papás y mamás disfrutan de la kermés.

La alegría reflejada en cada rostro, no es más que el fruto del esfuerzo y de las ganas de ayudar a una comunidad afectada por los sismos, una comunidad en una de las regiones con más rezago en sus estado.

Un domingo familiar en el que, si eres alumna, maestra/o, mamá, papá, o eres parte del personal, ese día eres parte de la Familia Mercedaria y nos reunimos con un mismo fin.

El grupo de exalumnas atendieron el puesto de “guzguerias” que cuenta con la tradición de ser coordinado y atendido por exalumnas del colegio. Resulta un momento y tiempo de encuentro de compañeras de diferentes generaciones que con ánimo y sonrisas atienden a niñas/os, mamás y papás que se acercaban a comprar dulces, fruta rayada, papitas y diversas golosinas.

El esfuerzo de todas y todos contribuyó para que las redes de esperanza que lanzamos ese día, hoy puedan llegar a las personas de San Mateo del Mar en el estado de Oaxaca, y brindar para ellos un apoyo en este tiempo de incertidumbre y desolación,
y mantengan su esperanza en recuperar un poco de lo que la naturaleza “les arrebato”. Ha sido una experiencia que alimenta
el corazón, llena de esperanza y entrega… “Mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños, puede transformar el mundo”.

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Natalie Alonso Olmedo
Coordinación Pastoral.

“EL CAMINO DE CUARESMA QUE ME
LLEVA VIVIR LA PASCUA CON JESÚS.”

Cuaresma… Tiempo de hacer un alto, para reconocernos personas débiles ante el mundo que vivimos, tiempo para trabajar todas esas cualidades que nos harán renovarnos y aportar nuestro granito al proyecto del reino, tiempo para prepararnos a vivir la Pascua de Jesús como personas plenas.

Iniciamos el camino con todo el sentido liberador, cortar las cadenas que nos esclavizan, y nos hacen romper la relación con Dios, con la familia, amigos, compañeras, maestras y maestros, con la naturaleza, con todo lo que nos rodea. Utilizando como signo la Cruz.

Una cruz que representa a cada una de nosotras, formada por dos maderos uno horizontal que significa todas mis debilidades, acciones que me tumban que no permiten ver de frente a la vida y a los demás, un madero vertical que representa todas mis riquezas y fortalezas que me levantan… unidas por un listón que me une como persona. Este signo nos representa y nos recuerda quienes somos.

Nuestra reflexión de inicio, comienza al recordar las tentaciones que vivió Jesús y actualizarlas en nuestra vida de hoy.

Cómo caemos en las tentaciones de los dioses materiales que tanto nos venden los medios de comunicación, cómo queremos manejar a Dios a nuestro antojo y que nos resuelva los problemas y nos cumplan nuestros deseos para mantener nosotros una actitud pasiva y poco responsable.

Cómo el poder rige al mundo y también mi vida al buscar el reconocimiento egoísta que me hace olvidar a los demás y llenarme de todo sin querer compartir, cómo vivo en un mundo de placer inmediato y caigo en sus trampas, cómo descuido la madre tierra.

Después de la reflexión actualizada, llegamos al compromiso de crecer y trabajar por ser mejor persona construyendo un calendario de acciones diarias que me lleven a lograr mi meta cuaresmal, un cambio en mi forma de mirar el mundo y de comprometerme, para que desde mis fortalezas y mis debilidades asumidas en acciones pequeñas, transformarlo y hacerlo más humano, más según Dios.

Como sello del compromiso, nos ponemos la cruz de ceniza en la frente, recordando que seguimos creyendo en el proyecto de Jesús y seguiremos su camino.

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El camino comienza y continúa estos 40 días….

Rosario Pacheco Godinez