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Soyatitán, Chiapas

“EL PASO DE DIOS EN LA VIDA-MISIÓN”

Los días 24 y 25 de mayo se realizó el taller diocesano para coordinadoras/es de jóvenes. Con el objetivo de que las y los jóvenes conocieran el III Sínodo Diocesano para fortalecer el caminar de la Pastoral Juvenil y seguir construyendo nuestra iglesia autóctona desde nuestra realidad.

El Sínodo se sustenta en seis puntos fundamentales acerca de la Iglesia:

1) Una Iglesia Autóctona, donde se reconoce y se potencia toda la sabiduría de nuestras abuelas y abuelos.

2) Una Iglesia liberadora, donde el camino para la liberación nace cuando tomamos consciencia de nuestra dignidad como hijas e hijos de Dios y cuando descubrimos las raíces profundas del sufrimiento de nuestros pueblos.

3) Una Iglesia evangelizadora, es criterio de la realidad, es una palabra ya encarnada y siempre busca encarnarse y es esencial para la evangelización.

4) Una Iglesia servidora, que se ponga al servicio de las personas más empobrecidas con la participación de todas las personas.

5) Una Iglesia en comunión con todas las personas que siguen apostando por construir un mundo nuevo.

6) Una iglesia bajo la guía del Espíritu Santo, donde sea él-ella quien acompañe el dinamismo del caminar de las comunidades.

Este taller nos ayudó a conocer más el caminar de la diócesis y al mismo tiempo nos compromete a seguir colaborando para que siga siendo el motor de nuestra iglesia particular.

De manera igualmente especial, en la Asamblea Diocesana realizada del 2 al 5 de junio, estuvimos presentes aproximadamente 300 personas, entre ellas, laicas/os, religiosas/os, sacerdotes y obispos. Este espacio nos permitió acércanos a la realidad sociocultural, sociopolítica y religiosa que afectan a las comunidades de la diócesis.

Este proceso nos llevó a conectar con la crisis que vivimos en las diferentes dimensiones de la vida. También surgieron algunos cuestionamientos como: ¿Este sistema político va concorde con el Evangelio de Cristo?, ante esta realidad que estamos viviendo ¿Cómo debe ser nuestra vida profética para hacer realidad el Reino de Dios aquí en la tierra?

Duele mucho ver que las grandes empresas se adueñan de los mantos acuíferos y disminuye el agua para las comunidades indígenas y campesinas. La no conciencia de estos hechos está relacionada con la diversidad de eclesiologías porque algunas personas no toman en cuenta el análisis de la realidad. Por otro lado, se veía la necesidad de encontrar medios para que junto con otras organizaciones sociales se logren construir nuevas oportunidades.

Otra experiencia vivida en esta Asamblea, fue empezar con el proceso de evaluación del III Sínodo Diocesano para la actualización del mismo y sin duda entre todas/os fuimos encontrando nuevos caminos.

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A continuación les compartimos el aporte de hermanas y hermanos que nos ayudaron el último día para constatar el paso de Dios en este proceso: “Dios sigue pasando en nuestro mundo y en nuestra Iglesia, aun con más fuerza en medio de la realidad del pecado y la muerte, de la irresponsabilidad, de las luchas y cobardías, del desaliento y desorientación. El paso de Dios está en la Asamblea, en nuestros análisis, en nuestros diagnósticos, en la situación de nuestras familias, jóvenes, Madre Tierra y en la Evaluación del Plan Diocesano. Así, evaluamos que justo ahora, nuestro pueblo sufre las consecuencias de un pecado personal y estructural, como la del modelo neoliberal capitalista y las consecuencias de las reformas estructurales.

Todas/os hemos escuchado la voz de Dios: camina en la ortodoxia o recta doctrina, en palabras bien preparadas y pensadas de las presentaciones que hemos tenido, pero hay muchas palabras que no están escritas y están dichas desde el corazón con lenguaje sencillo y humilde, otras dichas desde la práctica pastoral, otras desde el gusto y el buen humor, que al ser dichas y expresadas durante la Asamblea parecen ser brisa suave para nuestro caminar.

Y… ¿Dónde está la brisa suave que anhelan nuestros corazones?… Aquí está. Está en la memoria y en el Espíritu de nuestro III Sínodo, en nuestro plan de pastoral, en la memoria de muchas y muchos que viven el proceso diocesano y encarnado en esta Iglesia particular.

Decimos que hay que cambiar esto por aquello, agregar o añadir esto por esto otro, quitamos o dejamos. Hoy le pedimos a Dios que siempre dejemos el Evangelio y quitemos nuestros intereses, que agreguemos pueblo en el corazón y quitemos el vacío egoísta, que cambiemos nuestros esquemas y dejemos que el Espíritu nos siga guiando. Que hoy y mañana tengamos una nueva línea de acción en nuestra vida, que conozcamos y actualicemos el Sínodo y los puntos fundamentales como Iglesia en el ser y quehacer pastoral”.

Además de esta enriquecedora experiencia, hemos tenido otros momentos importantes como la Vigilia de Pentecostés con el grupo de jóvenes de la parroquia de Socoltenango, con el objetivo de facilitar un espacio a las/as jóvenes para que reconozcan sus potencialidades personales, regaladas a través de los dones del Espíritu Santo, y la capacidad de ponerlas al servicio de la humanidad desde su ser cristiano. Fue un espacio muy importante para ellas y ellos de reflexión, de dinámicas y profunda oración.

Así mismo les compartimos que, el Retiro de animadoras/es de la Zona Sur (formada por cinco parroquias), se llevó a cabo el 7 de junio con el objetivo de tener presente que: ante el grito de nuestro pueblo que sufre las consecuencias de la actual crisis, debemos tener los mismos sentimientos de Cristo Jesús. Sentimientos de compasión, de misericordia, sabiéndonos poner en el lugar de otras personas que sufren.

Rosvia Pol, MMB