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Casa de Formación, Guatemala

“ESA VOZ PROFÉTICA DE
NUESTRAS HERMANAS…”

No seré justa ante una breve reseña de una gran conferencia, que ha sido y sigue siendo alimento para mi seguimiento y mi ser misionera, para nuestro seguimiento también como Instituto y como Iglesia universal en búsqueda.

Esta conferencia se llevó a cabo en CONFREGUA, el 28 de febrero del presente año y estuvo a cargo de nuestra hermana Beatriz E. Becerra Vega y de Prudencio, sacerdote de los Misioneros de Burgos. Iniciaron, muy sabiamente, escuchando las inquietudes de las y los asistentes ante el tema de la “Alegría de ser misioneras y misioneros”. Desde un: urgido despertar, reflexión del estilo de vida, no olvidar la voz profética, dejarnos evangelizar y ser testimonio de alegría, esperanza y vida, fueron ecos importantes de esta riqueza de la diversidad pero de la búsqueda en conjunto. Con este rico compartir, nuestra Bety inició tomando como referencia el documento de “¡Despierten al mundo!” que es el diálogo que tuvo el Papa Francisco con los superiores generales sobre la vida religiosa, presentado el año pasado.

Las invitaciones son claras y notaremos un lenguaje de ternura pero al mismo tiempo de fuerza y valentía para no negociar los valores del Reino:

1. Que nuestras búsquedas sean sin culpas, que nos lleven a humanizarnos primero ante y con nosotras y nosotros mismos.

2. Evitar fundamentalismos, es decir, permitirnos descolocarnos, sabiendo la apertura y flexibilidad que esta invitación generará.

3. Reconocer que en la vida hay gracia y pecado, y son dinamismo constante, que en palabras del Papa Francisco, la aceptación resulta un respiro antropológico para todas y todos, porque primero que nada ¡nos aceptamos cómo somos! Y en esto nos dignificamos, nos permitimos ser personas.

4. Aceptar la diversidad poliédrica contra “lo único”, o verdades absolutas que nos impidan dialogar.

5. “La profecía del Reino no es negociable”. Bety nos hacía esta importante observación ante nuestra llamada a ser parte de esta Iglesia cuya denuncia-anuncio es como una columna vertebral que va de la mano en la búsqueda de instaurar la justicia. El Papa Francisco mencionaba que es un camino y un medio para lograr la paz en el mundo. Pero ¿cuánta valentía y sabiduría requerimos cada una y cada uno para hacerlo vida, desde ya, desde donde estamos?

6. Sobre la mujer, recordando los numerales 103 y 104 de la Evangelii Gaudimu: reconoce que hay que seguir explorando… entonces Bety constató la mínima cantidad de hombres presentes en la Conferencia. La mayoría éramos mujeres y ¿por qué entonces nuestro nivel de decisión y votación sigue siendo tan bajo? Pero toda exploración comienza con una inquietud muy honda de profundización y de búsqueda, que mis ancestras llevan haciendo ya por mucho tiempo, confiadas a pesar de las tormentas, a pesar de los naufragios y con una capacidad de fidelidad admirable.

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Estas pretenden ser pinceladas de una exposición a la que tuve la suerte de acudir y en la que me sentí totalmente convencida de la importancia de estos espacios de formación, reflexión pero sobre todo de opinión que surge primero de una escucha comprometida con las personas que son marginadas, que no tienen voz y que no viven “dignamente”, desde esa compasión a la que nos llama la Espíritu a vivirnos a cada instante. Las oportunidades son tantas que nos parecen normales e incluso pueden pasar desapercibidas, pero es un don el que a cada instante tengamos la capacidad de transformación y de fecundación.

¿Estaremos listas y listos para dejarnos llevar por esa sabiduría de vida y amor que quiere únicamente nuestro bienestar personal y comunitario, que quiere nuestra felicidad a manos llenas, que verdaderamente es guía y conciencia para un mejor presente, que es faro, que es luz y que no permite negociar en su opción por la Vida siempre y a cada momento?

Esa voz profética de nuestras hermanas… que me sigue retando, cuestionando, movilizando. Porque una mujer que alce la voz puede cambiarle la vida entera a otra mujer que le escucha, a otras mujeres que la escuchan y vibran también con sus inquietudes y se atreven a compartir sus sueños, a verse vulnerables y a reconocer su fuerza para seguir explorando.

Como dice el Papa Francisco: “No hay mayor libertad que la de dejarse llevar por la Espíritu”, Bety agregó: “por eso las profetizas y los profetas han sido imparables”. Que seamos imparables, ante la instauración de la solidaridad plena en cada persona y en cada pedazo de nuestra madre tierra.

Gloria Sofía Martínez, Postulante MMB