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Guadalajara, Jalisco, México.

LA MAGIA DE LA VIDA ESTÁ EN ESAS PEQUEÑAS
COSAS QUE TRANSFORMAN EL ALMA.

Trato de hacer regresión de cómo fue mi incorporación al Servicio Social, y me doy cuenta que realmente fue un plan predestinado que Dios ya había escrito para mí… pues la realidad es que no fue algo que busqué o deseé en su momento, fueron “dioscidencias” mágicas y transformadoras que poco a poco me fueron envolviendo, moldeando y haciendo de esto un estilo de vida, al punto de que difícilmente lograría visualizar hoy mi vida sin Servicio Social, realmente es la parte más gratificante de mi trabajo en el que por más que uno da, entrega y ama, siempre resulta muy poco comparado a todo aquello que visita tras visita recibimos.

A través de esta experiencia en la que ya se cumplen seis años, he ido crecido a pasos agigantados tanto mi parte personal como espiritual, de interiorización e introspección, cada uno de los grupos y alumnas que han compartido conmigo este caminar, se han convertido para mí en maestras de vida, en motores de lucha, en luz en momentos de obscuridad, en inspiración y en lentes de distintos tamaños y colores que me invitan a salirme de esa corta visión, para ver múltiples matices de lo que realmente es amar profundamente.

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Servicio Social se ha convertido en mi nuevo diccionario, pues en la acción diaria, en la interacción de tantas realidades y la posibilidad de ver el verdadero YO de todos los entes que interactuamos en el, me ha resignificado mil y un palabras, he comprendido por primera vez en esos espacios el verdadero significado de una sonrisa, he tenido las mejores conversaciones sin necesidad de expresar una sola palabra, he visto a Dios a través de cada una de esas miradas, he sentido de forma palpable el amor y el verdadero significado de lo que importa en la vida, y de cómo la felicidad yace en un@ y sólo depende de un@ mism@ decidir o no, ser felices.

En el trabajo diario, Dios constantemente nos habla y forja a su imagen y semejanza, y he sido testigo de transformaciones asombrosas, no hay persona alguna que haya pasado este caminar conmigo sin haber incidido y marcado mi vida, y creo que después de tantas bendiciones recibidas no nos podemos quedar satisfechas con el simple hecho de agradecer por ellas, tenemos que salir, luchar, dar pero sobre todo accionar, pues son verdaderamente las pequeñas cosas las que hacen grandes diferencias.

Que no se nos pase la vida sin hacer algo grande por los demás”. –MM.

– Lourdes Ramos
Asesora de Servicio Social