“LA MERCED… DON Y REGALO”

Ha llegado el día, día en el que María de Nazaret nos muestra uno de sus rasgos fundamentales por el cual nos hace admirar su gran espíritu de entrega, compasión y fidelidad para dar continuidad al proyecto de Dios en Jesús: La Merced… don y regalo para las realidades que necesitan con urgencia el sentido de humanización.

En la comunidad de Cotió, Mixco en Guatemala, hemos celebrado este día especial en compañía de personas significativas que a lo largo de muchos años han sabido acoger con cariño el Carisma Liberador que en María de la Merced se nos da. También nos acompañaron personas con las que se han ido tejiendo nuevas relaciones y encuentros, y que forman parte del proceso de vida compartida.

Una fiesta en donde lo que nos une es la fe en una gran mujer, “María Merced”, que nos reúne y nos convoca al encuentro y conmemoración. Esto dio lugar a una celebración Eucarística presidida por el P. Cirilo Santamaría, Carmelita, así también, con la participación de las personas que nos acompañaban en lecturas, peticiones, ofrendas, y el coro que nos deleitó con cantos referentes a la Merced hoy en nuestro tiempo de vida.

En la homilía se recogía el sentido profundo de lo que significa Merced como donación a una causa tan necesitada de humanidad. En el siglo XIII en la liberación de las personas cautivas, María es relacionada con la misericordia que transmite un sentido de sencillez y de un trabajo de profunda humanización… “Merced, es ese auténtico intercambio de: dinero por libertad, de dar la vida por la vida”. Hoy su sentido puede comprenderse desde la unión, solidaridad y respeto y, al no ser indiferentes a las realidades de cualquier hermana o hermano.

Después de esta motivación y reflexión, y para seguir celebrando, se repartió un pequeño refrigerio que dio pie para enriquecer el dialogo y el compartir las vivencias con quienes nos acompañaban por primera vez.

Ha sido muy bonito ver cómo un acontecimiento tan importante como lo es la fiesta de María de la Merced, haya sido motivo de unidad, cercanía y alegría para enriquecer nuestro ser Iglesia desde la particular forma que cada una/o elige para seguir a Jesús.

Ana Noemi Chocón Ajcú, MMB