NOTICIAS

Instituto de la Vera-Cruz, Guadalajara, Jal. México

“¿QUÉ ES EL SERVICIO?”

Desde hace quince años hemos tenido la oportunidad de compartir nuestra vida con las Mercedarias Misioneras de Bérriz y gracias a esto, hemos adquirido una filosofía de vida que tiene como base la entrega y el servicio a las y los demás.

A aún en medio de intentar vivir el Carisma Mercedario por tanto tiempo en nuestros distintos servicios sociales en el Colegio, nos quedamos con ganas de más y, decidimos que nuestro camino siguiera con las MMB en esta experiencia de Voluntariado.

Seis meses atrás comenzamos nuestra preparación para esta experiencia junto con la hermana Licha Obregón y, en el proceso, vimos mucho más a fondo el Carisma Mercedario y sus objetivos de servicio y entrega. Estando aquí en Colomba Guatemala, nos hemos dado cuenta que es distinto creer que sabes cómo llevar a cabo tu misión, a estar aquí y tener que poner en práctica todo lo aprendido.

Mucha gente nos había comentado que al principio iba a ser difícil por el hecho de dejar atrás todo lo conocido y adentrarnos en una aventura desconocida. No vamos a negar que al principio fue difícil a pesar de la preparación y los comentarios que nos dieron, pero poco a poco, por medio de la oración, nos hemos dado cuenta de que no estamos solas, sino que venimos de la mano de quien nos envió aquí, Jesús.

Nos hemos topado con varios retos, como el practicar la paciencia, la disciplina, convivir con gente de una cultura distinta, etc., pero al ir trabajando con estos retos, nos hemos dado cuenta que Dios nunca nos va a dar más de lo que podamos soportar, siempre nos va a dar lo necesario para que esta misión dé los frutos que Él ha tenido planeados desde un principio.

Hemos llegado con las manos vacías, pero vamos con las manos llenas del amor y cariño de la gente que nos recibió.

Lo que nos dio la fuerza y fe que necesitábamos a lo largo de este camino, además de la oración, ha sido el gesto de la gente que nos ha recibido con tanto amor y tanto agradecimiento. Al sentir la fe tan grande y tan fuerte que tienen, nos contagiamos de ella y nos motiva a realizar de la mejor manera nuestra misión.

En el tiempo que llevamos aquí, a pocas semanas de nuestra partida, hemos aprendido a valorar experiencias que no veíamos tan importantes. Al ir a visitar a personas enfermas, le damos el valor y la importancia a la salud; al darle clases a niñas y niños en una escuela rural, hemos apreciado la educación que gracias a Dios y a nuestros padres pudimos tener; al ver los problemas familiares que existen aquí, agradecemos por las personas que conforman nuestra familia y por todo el amor que nos tienen y, a pesar de que no estamos con ellos en este momento, la gente que nos recibe nos hace sentir en familia.

Al estar en el grupo de JUMMER (Juventud Misionera Mercedaria) nos llenamos de vida y energía y, nos motiva bastante para seguir el camino de Jesús y su Evangelio. Durante el tiempo que nos estuvimos preparando para el día de la Merced en el mes de septiembre, nos dimos cuenta de la gran trascendencia que han tenido las MMB y el Carisma Mercedario en esta comunidad.

img-colegio_01

img-colegio_01

La experiencia más fuerte con la que nos hemos topado ha sido la “tapisca”, que implicó otras experiencias más allá del corte de café. Vivimos entre montañas con familias que nos acogieron como a sus propias hijas. Antes de llegar a Guatemala beber café implicaba únicamente pensar en su sabor y en su costo, pero nunca nos habíamos preguntado el mundo que hay detrás de esta bebida. Están los dueños, los proveedores y, hasta el final de la pirámide están las personas que duermen pocas horas por la noche para despertar temprano, caminar hora y media para llegar a los cafetales, ponerse sus canastos en la cintura y comenzar una jornada de trabajo que parece interminable; caminar hora y media de regreso con un costal lleno de trabajo sobre la espalda y en algunas ocasiones con tormentas que impiden ver claro el camino.

Si nos hubieran platicado todo esto antes de vivir la experiencia, sinceramente nos hubiéramos imaginado personas cansadas y probablemente enojadas por la explotación, ya que el salario que reciben se podría decir que es una miseria comparada con el trabajo que realizan. Sin embargo, nos topamos con gente que está consciente del esfuerzo que implica sobrevivir y que aun así la alegría, la fe y el amor es de lo que están hechos.

Esperamos poder conservar esa magia que nos ha dado Colomba y poder transmitirla a nuestro regreso.

“Dichosa la persona que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a quienes le aman” (Santiago 1,12).

Sofía Romero y María José Gómez
Voluntarias

img-colegio_01