Nuestra
Filosofía







Es fuente de inspiración para nosotras hoy:


• Vivir el seguimiento de Jesús desde nuestro ser de mujeres contemplativas, con María de la Merced como inspiradora del discipulado, en actitudes de escucha, fidelidad, entrega, solidaridad e integración.


• Ser sensibles a los signos de los tiempos “viviendo la misión como diálogo” para responder al grito y a las necesidades crecientes del mundo.


• Entender el diálogo como un proceso de escucha y comunicación de vida; acogiendo las diferencias para trabajar por la integración. Somos imagen de un Dios que es relación y desea comunicarse.


• Acercarnos a las distintas culturas y religiones con actitud de escucha y admiración descalzándonos porque son tierra sagrada, respetando las diferencias y tratando de aprender de ellas.


• Optar por las personas empobrecidas de nuestro mundo, queremos vivir y situarnos desde la periferia en atención preferencial a las mujeres, a migrantes y jóvenes, impulsando una formación por la justicia, la no violencia, la reconciliación y la paz.


• Luchar por la protección y defensa del universo, de la tierra como nuestro hogar, siendo responsables de cuidarla, mantenerla y protegerla.


• Queremos abrirnos en un diálogo con el Cristo cósmico, para hacerlo concreto con las personas pobres, las culturas y las religiones, la tierra y el universo.


Visión






Las Mercedarias Misioneras de Bérriz de la Región México-Centroamérica, queremos contribuir al Sueño de Dios, en la construcción de una sociedad más justa, participativa y solidaria. Una sociedad incluyente, no violenta, donde se vivan unas relaciones liberadoras y armónicas entre las personas, la naturaleza y el cosmos para que sea posible un mundo sustentable y sostenible para la Humanidad, desde una visión holística.

Misión






Las Mercedarias Misioneras de Bérriz de México-Centroamérica, nos sentimos llamadas a vivir desde la universalidad e interculturalidad nuestro Carisma Misionero Liberador, con una clara opción por los sectores más vulnerables, empobrecidos y excluidos, dando la vida por la vida, en apertura a los signos de los tiempos, mostrando el rostro femenino de la Merced y Misericordia de Dios.