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Colomba, Guatemala
“RENACER EN MÍ” |
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Quiero dar gracias al Señor por mi vocación misionera… “Quisiera clarificar y estampar en todos los pueblos, en todas las razas y hasta en los confines del mundo la imagen de Cristo Redentor oscurecida en la cruz” (M. Margarita), a la Comisión Central, por haberme regalado este tiempo para el año sabático, al Área de África de haberlo permitido y al Área de México-Centroamérica por recibirme. Llegué en octubre de 2015 a Guatemala y he estado en la Misión de Colomba, en Quetzaltenando donde he participado en las actividades apostólicas con las hermanas; desde esta pequeña experiencia de compartir la Vida-Misión con las hermanas, he visto, he vivido el amor y entrega de ellas al pueblo colombino. Hermanas, (Nila, Mica, Lilian y Nora) muchas gracias por su testimonio de vida, de cercanía y de amor al pueblo, vida entregada. La vida de este pueblo es una lucha en todos los sentidos, pero lo que me ha impactado es que desde su pobreza y sencillez, es un pueblo muy acogedor, muy cariñoso, muy solidario y muy confiado en Dios en su manera de expresar su fe, es algo que se siente y que se palpa…“para poder y escuchar aprender de otra persona hay que saber callarse”. |
Durante este año de renovación tengo dos momentos fuertes. Los 4 primeros meses en la comunidad, 4 meses en CEFAS (Centro de Ejercicios Espirituales de Formación Apostólica y Social) y un mes otra vez en la comunidad de Colomba. Son 9 meses que yo leo como el tiempo completo de un embarazo, tiempo suficiente para la gestación de un bebe en el vientre de su mamá, con esto quiero decir que así me siento renacida, siento que ha sido una experiencia recreadora, regenerativa “es un renacer en mí”. En el momento en que sentí que ya no tenía nada ni nadie, es el momento que me di cuenta de la presencia permanente de Dios manifestada en las hermanas, presencia que me sostiene y acompaña, lo que llamo yo providencia; Él nos regala lo que necesitamos en el momento oportuno. Los continentes Africano y Latino-Americano están muy lejos uno de otro geográficamente, pero muy cercanos culturalmente. Viviendo este tiempo en esta tierra, siento que son dos continentes gemelos que no se conocen y tienen la necesidad de descubrirse mutuamente, son dos pulmones en la evangelización, en la lucha por la dignidad de la persona humana, la justicia social, ecología, armonía entre el ser humano, la creación y la naturaleza. Una y otra vez, muchas gracias a todas las personas con quien he compartido, y que han sido luz de la aurora mostrando el camino. Elise Ngombe, MMB |