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El Viejo, Nicaragua

“TIEMPO DE GRANDES CELEBRACIONES”

Con el ser lleno de la experiencia del Espíritu Santo por las gracias recibidas, hemos compartido en el mes de mayo acontecimientos muy significativos como comunidad de El Viejo en Nicaragua y así, en unión a nuestra Área de Misión e Instituto MMB. Y es que el 6 de mayo celebramos a San Pedro Nolasco en su día y de manera muy especial este año con él, en camino al Jubileo de la Orden de la Merced hacia sus 800 años de fundación.

Celebrar es dar gracias a Dios y con una oración comunitaria, acompañándonos de Catequistas, Laicado MMB y del grupo JUMMER dimos gracias por la vida de nuestro Santo Nolasco, por haber tenido la valentía de sensibilizarse ante la realidad de esclavitud y comprometerse con ella al escuchar el clamor de las personas cautivas y en ellas el clamor de Jesús cautivo.
Teniendo presente el Carisma Mercedario… “Mi vida por tu Libertad”, oramos y compartimos juntas y juntos las “Obras de Misericordia”, recordando a las personas que nos han ayudado en el camino de la fe y preguntándonos: ¿He sido apoyo de alguien para que pudiera caminar esperanzada/o?, ¿Tengo alegría en el compromiso como persona cristina?

Las experiencias a flor de piel no se dejaron esperar y varias de las personas reunidas fueron compartiendo la alegría y la esperanza en encuentros vividos en el día a día, en la hondura de los servicios donde podemos llevar siempre la presencia de Jesús, sobre todo a quienes más sufren, reconociendo el deseo de pedir la gracia de ser mujeres y hombres fuertes en la fe, capaces de vivir nuestro Carisma con la vida encarnada y comprometida.

Con este especial encuentro esperamos la venida del Espíritu y el reconocimiento de su habitación en nuestra comunidad y en nuestros grupos celebrando de manera muy, muy especial con una Eucaristía presidida por el Padre Dominico Rafael Aragón, el 23 de mayo ante la Vigilia de Pentecostés y llenas/os de gozo coincidiendo con los 85 años de fundación de nuestro Instituto de Mercedarias Misioneras de Bérriz y de la mano a la Beatificación de Mons. Oscar A. Romero. Al día siguiente honramos la vida del ahora “beato” y por supuesto, su seguimiento al ver la película que desglosa el acontecimiento de su martirio, reuniéndonos de nuevo en el Centro Catequístico donde compartimos y reflexionamos juntas y juntos su ejemplo de vida.

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Acogiéndonos en la gracia de la experiencia del Espíritu pudimos integrar estos acontecimientos con gran dicha, compartiendo este caminar que nos convoca e invita a renacer y recrear los dones que Dios nos brinda en nuestra humanidad.

Nuestro hermano Mercedario Xabier Pikaza comparte en este día que… “Amor de Dios en nosotras y nosotros, eso es su Espíritu. Dejar que nos invada y transforme, en libertad y gozo para las demás personas: eso es Pentecostés. Así lo supo el “beato” Óscar Romero, mártir y testigo del Espíritu de Dios… un hombre de Pentecostés, es decir, del amor hecho justicia”.

Han sido experiencias muy especiales donde el pan partido y repartido ha sido culmen de la experiencia comunitaria, alegría compartida en la fe y en Jesús que nos moviliza al seguimiento y la Misión. Deseamos que el lenguaje del Amor se siga manifestando en nuestras vidas como el centro y vínculo ante las realidades de opresión e injusticia, deseamos que este cúmulo de celebraciones no sea otra cosa, más que transmitir a Dios en la pequeñez y en la grandeza de nuestros muy diversos compromisos como personas cristianas. Que la vida prevalezca desde ese impulso creador que Dios sopla en nuestro ser y estar para seguir dando la vida “libres para liberar”.

Paulina Soltero Barba, MMB

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