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Casa de Formación, Guatemala

“TODO ES GRACIA”

Este año ha sido de muchos movimientos internos, ya que estoy en mi segundo año de Noviciado, y es el momento de vivir profundamente la Misión. Se me ha dado la oportunidad de ir a Perú junto a mi compañera Mayra pero el proceso de visado se ha demorado el viaje, lo cual ha sido propicio para experimentar la paciencia y sobretodo la acción de Dios para preparar mí corazón misionero.

El año pasado tuve la oportunidad de ir de Misión a Petén, el departamento más grande de Guatemala, fue una experiencia que nutrió mi vida y pensé que no tendría nuevamente esa oportunidad pero se llego la Gracia de Dios y pude regresar este año.

Aunque en el corazón guardo los buenos recuerdos del año pasado, pude tener la experiencia de esta Semana Santa en otra comunidad llamada “Santa Rita, La libertad”. Una comunidad muy bien organizada, la cual, desde que les llego la noticia de que una hermana misionera llegaría, se alegraron y organizaron de tal manera que pudiera estar cada día viviendo en una casa diferente y así, compartir con todas y todos estos Días Santos.

La experiencia fue única porque por primera vez voy a una misión sola, lo cual me ayudo a saber dar lo máximo de mí, a saber darme con más generosidad, a ser organizada también para saber “estar”.

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En la comunidad de Santa Rita, viven alrededor de cien familias, todas retornadas del conflicto armado. La gran mayoría fueron familias que vivieron por más de 6 años en las montañas, sufrieron situaciones muy difíciles y crueles pero nunca se paralizaron, lucharon por la justicia y por tener una vida más digna, se hicieron escuchar y participaron en la recopilación de testimonios de personas víctimas del conflicto armado, lo cual tuvo como resultado “El Informe REMHI” (Recuperación de la Memoria Histórica).

Esta comunidad como muchas otras aquí en Guatemala es un gran ejemplo de lucha por la justicia, de amor a su pueblo y sobretodo de una fe envidiable, una fe que busca seguir creciendo, que motiva a renovar los compromisos y que invita a ser parte del Reino de Dios “aquí y ahora”.

Así es como Dios con su amor sigue moldeándome, preparándome y buscándome a través de estas experiencias maravillosas. Yo simplemente abro todos mis sentidos para percibirlo, aunque algunas veces parezca sencillo encontrar su rostro, otras veces simplemente me queda contemplar su silencio y descubrir su “Gracia”.

Betcy Chicoj Chet, Novicia MMB

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