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Instituto de la Vera-Cruz, Guadalajara, Jal. México

“TRATAR AL PRÓJIMO COMO JESÚS”

En mis tres años de Preparatoria tuve la oportunidad de asistir a tres centros de servicio diferentes. En mi primer año fui a Hellen Keller, ahí ayudábamos con las clases de computación y en esta primer experiencia de servicio , a pesar de que ya había tenido la oportunidad de ir a GRUMMER (Grupo Misionero Mercedario) en Secundaria, me ayudó mucho a valorar mis capacidades, pero sobre todo, a valorar a las personas que tienen alguna discapacidad, pues muchas veces las subestimamos y las tratamos con lástima, cuando en realidad son igual de capaces que las personas que no tenemos ningún impedimento, simplemente hacen las cosas de una manera distinta a la convencional.

A mí personalmente me impresionó mucho la habilidad que tienen estos niños para usar la computadora, un aparato que pensando convencionalmente es, principalmente, visual. Su discapacidad visual no les presentaba un impedimento, como muchos podríamos pensar.

Viví sobre todo la inclusión y el respeto. Inclusión al aceptar a las personas discapacitadas como personas que tienen el mismo valor y sin tenerles lástima, respeto a la manera en que hacen las cosas, que si bien no es igual, no tiene por qué ser incorrecta.

En mi segundo año fui al Hogar Cabañas, lo cual representó un reto muy grande para mí. Antes de ir ahí, me consideraba una persona poco capaz de tratar con niñas/os, con muy poca paciencia. Además, cuando entré ahí estaba pasando por muchos cambios al reincorporarme a la escuela después de vivir un semestre en California. Sin embargo, hoy puedo decir que fue un servicio que, aunque en el momento no lo disfruté tanto, me ayudó mucho.

Trabajé mucho en mi responsabilidad, pues muchas veces ésta tenía que ser lo que me impulsaba a ir, ya que si faltaba el trabajo iba a ser más pesado para mis compañeras. Conforme pasó el tiempo asistiendo al Cabañas, logré tomarle cariño a este centro y a las y los niños con los que trabajaba.

Me impactó mucho la situación en la que se encontraban, tuve que ser empática con ellas/os pues eran niñas/os en general, muy difíciles de tratar, algunas/os era muy groseras/os con nosotras y entre ellas/os. Además era preocupante el rezago educativo de muchos. Me pareció muy importante el brindarles ese acompañamiento en sus estudios, pues aunque es muy poco lo que podemos enseñarles pienso que lo más importante es motivarles a que sigan estudiando, ya que la educación es uno de los primeros pasos para mejorar la situación de nuestro país y del mundo.

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Mi tercer año tuve la oportunidad de ir a FM4 con las personas migrantes. Éste ha sido mi servicio favorito, por muchas razones, pero pienso que lo principal es la madurez que forjaron los otros dos servicios a los que asistí, pues de cierta manera este año he sido capaz de valorar más la oportunidad que se nos da de asistir a Servicio Social y cambiar nuestra perspectiva de la realidad, salirnos un poco de nuestra burbuja.

En este servicio me ha tocado vivir muchas experiencias, desde adaptarme al trabajo en equipo con compañeras que, desde afuera, había juzgado previamente. Y, no sólo es adaptarse al equipo del colegio, también es adaptarse al equipo de voluntarias/os de FM4. Logré romper algunas de mis barreras para abrirme más con las personas, platicar con las personas migrantes y escuchar sus historias y, te las cuenten desde la experiencia propia cambia muchísimo tu perspectiva.
Mi compromiso con este servicio ha sido mucho más grande que con los anteriores, pues además de lo que mencionaba de la madurez, en verdad te das cuenta de lo necesario que es tu servicio y el agradecimiento que te muestran las personas es increíble.

Definitivamente he notado un crecimiento personal muy grande en estos tres años de servicio, y aunque aún me queda mucho por mejorar y aprender, siento que logré aprovechar de la mejor manera la oportunidad que nuestro colegio, el Vera-Cruz, me ha dado para sensibilizarme con la realidad del mundo fuera de la pequeña burbuja en la que vivo. Creo que lo más importante de esto es, que no se quede aquí la experiencia, no simplemente cerrarla como cierro el ciclo, sino seguir viviendo y aplicando los aprendizajes obtenidos desde las situaciones que se me presenten.

Creo que en esta etapa que empezamos, es cuando más importantes van a ser estos aprendizajes y más importante va a ser llevarlos a la práctica, porque el servicio social va a dejar de ser una “obligación” de la escuela y se va a convertir en una decisión personal el decidir tratar al prójimo como Jesús nos enseñó… con amor.

Fernanda Villanueva Gudiño
Alumna de 3ro de Preparatoria