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El Viejo, Nicaragua
“UN SUEÑO HECHO REALIDAD” |
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Mayla Pantoja Bonillas, es una chica nicaragüense que pertenece al grupo de Casa Esperanza (personas con capacidades diferentes). Llegó a Casa Esperanza a la edad de 9 años. Ella padece distrofia muscular desde muy pequeña. Esta enfermedad es progresiva y se caracteriza por debilidad en los músculos que producen el movimiento voluntario del cuerpo humano. En Mayla la enfermedad ha hecho que su profunda fe en Dios la mantenga en un estado de esperanza y alegría, y de ningún modo, ha sido obstáculo para alcanzar metas y vencer dificultades. Con el correr de los años, Mayla ha ido venciendo muchas dificultades para alcanzar sus sueños, primero terminando su escuela Primaria y Secundaria. Al tiempo, sus acompañantes de Casa Esperanza la animaron a inscribirse en la Universidad. Para ella representaba un enorme reto y los miedos aparecieron en el horizonte: “¿Lo lograré? ¿Cómo haré para vencer la limitación del transporte hasta Chinandega?”. Todo se fue despejando y por fin se inscribió en la carrera de Leyes. Mayla cuenta que desde muy pequeña admiraba mucho las pinturas de un joven viejano y anhelaba llegar a pintar algún día como él. La vida quiso que ella realizara su sueño: haciendo sus primeros intentos a la edad de 11 años bajo la asesoría de Teresita González, arquitecta viejana y colaboradora desde los inicios de Casa Esperanza. Con el tiempo fue dando rienda suelta a su creatividad y venciendo otros obstáculos que se le presentaban al tomar el pincel entre sus manos. Otro de sus sueños era montar una exposición. Ella ha realizado muchas pinturas que ha ido regalando a sus amistades, muchas de ellas en países lejanos, por lo que cada vez el sueño se veía distante, ya que casi nunca tenía una pintura en portafolio para exponerla. En Casa Esperanza se le animó para exponer y se lanzó a la tarea de pintar sin regalar ninguna obra, cosa que le parecía difícil, más no imposible. Casa Esperanza junto con las/os Coordinadoras/os del Centro Recreativo y las Hermanas Mercedarias, se dieron a la tarea de organizar la exposición para realizarla el día 19 de marzo de 2016 en el Centro Catequístico. La exposición “Sueños y Esperanzas”, estuvo compuesta por 12 pinturas tamaño carta y otras 12 tamaño postal. Se invitó a las autoridades municipales, personas relacionadas con el arte y la cultura, familiares, compañeras/os de Casa Esperanza y amistades. Mayla estaba pletórica, radiante, bellísima, vestida con su color favorito: el rosa. |
A las 6 de la tarde dio comienzo el acto inaugural con unas palabras de apertura. Después se presentó un video que habla un poco de su vida y trayectoria como pintora. Enseguida Mayla expresó su agradecimiento a todas las personas que la acompañamos y a quienes organizaron el evento, así como a las personas que fueron referente importante para desarrollar ese don. También expresó lo que para ella significa la pintura. Compartió que pinta casi siempre desde sus estados de ánimo, que plasma en la gama de colores… oscuros cuando está triste o enojada, claros cuando está alegre, brillantes cuando está ilusionada, etc. y que le había costado mucho poner el nombre de cada obra, ya que las palabras no pueden abarcar todo lo que expresan sus pinturas. Enseguida se develaron las pinturas y se invitó a las personas asistentes a pasar a contemplarlas, concluyendo la actividad con un brindis y venta de pinturas. Para las Hermanas Mercedarias fue un honor poder apoyarla para que su sueño se hiciera realidad, ya que la han visto crecer en todos los aspectos de su ser de mujer. Quienes la conocemos de cerca, podemos decir que, su proceso interior ha sido como la transformación de una mariposa: de huevo a oruga, de oruga a crisálida, y de allí a una hermosa mariposa, con grandes alas de bellos colores, que la han hecho volar y alcanzar metas… metas nada fáciles, que han fortalecido sus “alas soñadoras”… cada meta, un horizonte nuevo… cada horizonte, una ilusión y una esperanza que la llevan a avanzar hacia nuevos retos… cada reto alcanzado, hace que su fortaleza de mujer ilusionada por la vida, se expanda y muestre el rostro de Dios enamorado en la fragilidad humana. Esta alma bella, respira y se nutre de una inquebrantable fe en Dios, en ese Dios que se complace en su propia creación y le da alientos para seguir creyendo que la vida es buena, que la vida es bella. Esta experiencia de la vida, es la que Mayla quiso transmitir con una pequeña muestra de lo que ha sido su obra pictórica. Casa Esperanza |