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Instituto de la Vera-Cruz, Guadalajara, Jal. México
“VIVIR LA EXPERIENCIA DE GRUMMER” |
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Hablar de GRUMMER- Grupo Misionero Mercedario en el Instituto de la Vera-Cruz, nos remonta a más de treinta años de vivencias con grupos de adolescentes de Secundaria que, desde la vivencia del Carisma Mercedario y Misionero, quieren iniciar un contacto con una realidad de personas excluidas y desprotegidas de la sociedad. Al volver al colegio en el 2013 quise retomar esta experiencia y, buscamos la forma de hacerlo en Primaria y Secundaria, involucrando a alumnas de Preparatoria, que desde su servicio social acompañaban a las alumnas de Primaria. En Secundaria, continuaban con su experiencia habitual; diversas razones nos llevaron a dejar la experiencia de Primaria y buscar reforzar de manera nueva la de Secundaria. Muchas cosas han pasado en estos cuatro años, hemos tenido logros y desaciertos, buscado caminos nuevos, tratando de abonar a esta experiencia desde una nueva realidad de la actual juventud. Me di cuenta que las muchachas y niñas han cambiado su forma de ver la vida y el compromiso es diferente, pero creo que, en medio de todo, encontramos la forma de seguir manteniendo esta experiencia. |
![]() Hoy un grupo de 30 jóvenes asisten a dos centros de niñas/os simplemente con el fin de compartir una hora y media con ellas y ellos que quienes están abandonadas/os, huérfanas/os y hay quienes son hijas/os de madres solteras. Las actividades que comparte son en su mayoría lúdicas, pasar y hacer pasar una tarde alegre a las niñas y los niños que carecen de amor y muchas otras seguridades. Muchas de las alumnas que llevan 3 años seguidos realizando esta actividad social y misionera y, otros más años, ya que en Primaria estuvieron los tres años y ahora llevan cuatro o cinco años de presencia ininterrumpida. Esta experiencia esponja el espíritu y nos anima a seguir esforzándonos para que ellas sigan viviendo esa experiencia que las lleva a encontrar a Jesús en el rostro de una niña o niño abandonado o con carencias grandes. No dejo de dar gracias al Dios de Jesús por ser testigo del trabajo desinteresado de las voluntarias que acompañan y reflexionan con las niñas cada viernes que van a vivir su experiencia de GRUMMER. Alicia Obregón Torres, MMB |