“CELEBRACIONES

QUE NOS CONVOCAN”

“…Esa es mi esperanza”

El día 2 de agosto conmemoramos el XXXIV Aniversario de la pascua de un hombre que vivió e hizo del Evangelio una práctica de amor y servicio a todas las personas, Teodoro A.S. Kint, Sacerdote de la Orden de la Comunidad de los Padres Paulinos. Vino desde Holanda a principio de los años 60’s y se entregó a este pueblo nicaragüense con quien compartió la vida en sus diferentes ámbitos: religioso, educativo, cultural y social, proyectándose en la transformación del modo de vida de mucha gente.

Colegios, escuelas y personal de los diferentes proyectos fundados por él, posteriormente con la ayuda de la Fundación Amigos de Holanda (FAH) y las personas del pueblo viejano, se hicieron presentes para recordar y agradecer su vida que dejó mucha semilla, como él lo decía: “Un sacerdote se siente realizado cuando deja un poquito mejor a su comunidad, cuando ha sembrado, y esa es mi esperanza”.

“Dar la vida para que
otras y otros tengan vida”

El 9 de agosto, las Hermanas MMB junto al pueblo viejano, celebramos con una solemne Eucarística el XIX Aniversario de la Pascua de cuatro hermanas: María del Rosario Martínez Manso Ruíz, María Luisa Martínez de Lejarza, María Natividad Saiz Sainz y María Begoña Bernaola Garate. Mujeres que hicieron evidente su opción por el 4to Voto: “Dar la Vida por las y los demás”.

Su Misión fue esperanzadora continuando la obra del Padre Teodoro Kint en las comunidades del área rural y ciudad de El Viejo, trabajaron arduamente acompañando a proyectos campesinos, evangelizando a grupos de jóvenes y de mujeres, visitas a las comunidades rurales y muchos otros proyectos. Estas y muchas experiencias contadas por personas que con su compromiso vivieron con ellas la Misión, dieron realce para celebrar la vida y la entrega de las hermanas.

En la celebración participaron colegios y escuelas que hacen honor a sus nombres, proyectos y personas que las recuerdan con gran alegría y enorme cariño. La celebración estuvo organizada por las MMB y de manera muy importante por el grupo de mujeres conocido como “Madres cristianas”, quienes generosamente al finalizar la Eucaristía, compartieron un refrigerio a todas las personas que nos acompañaron en el Centro Catequístico. Ellas expresaban que “es una tradición que no debemos dejar de compartir y celebrar porque esto nos recuerda la entrega de las hermanas y el gran cariño que está en nuestro corazón, y quienes nos preceden seguramente la continuarán”.

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“Solidaridad compartida”

Otra de las celebraciones que vivimos en el Centro Catequístico fue la famosa “Gritería chiquita” que en El Viejo se realiza el día 14 de agosto, vísperas del festejo de la Asunción de María.

En ella, las familias ponen a la puerta de sus casas un altar con la imagen de la Asunción de María y obsequian regalos a las personas que pasan a gritarle: “¡¿Quién causa tanta alegría?!” a lo que se responde: “¡La Asunción de María!” y después le entonan por unos momentos cantos marianos de la misma manera como se hace en las fiestas decembrinas para la Concepción de María el día 7.

Las y los Catequistas del Centro Catequístico, realizaron junto a los grupos de niñas/os la gritería. Al centro del salón se hizo un altar con la Purísima, mientras los y las niñas esperaban con entusiasmo la entrada para irle a cantar y gritar. Cuando llegó el momento de entrar, estaban muy contentas y contentos, sentándose alrededor de la Virgen las y los Catequistas les preguntaron a una sola voz “¿¡Quien Causa tanta alegría!?” y todas/os respondieron con gusto y a todo pulmón “¡La Asunción de María!” siguiéndole los cantos entonados por las vocecitas.

Después de cantarle a María se les hizo entrega de unos caramelos como símbolo del compartir solidario que en este pueblo se vive con mucha alegría e ilusión, experiencia mariana que se les transmite a los y las niñas desde pequeñas.

Ana Noemi Chocón Ajcú, MMB

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“SENSIBILIDAD QUE ACERCA Y ACOMPAÑA”

En los Grupos Mercedarios de la Pastoral Juvenil y Vocacional de El Viejo deseamos potenciar una evangelización integradora, inspirada en el Carisma y Espiritualidad MMB, es por eso, que el grupo JUMMER- Juventud Misionera Mercedaria de esta ciudad, como los de cada una de las misiones de nuestra Región, parten de la experiencia de fe en el Dios de Jesús Liberador.

JUMMER ha venido reflexionando temas como “El seguimiento de Jesús”, “Juventud profética”, “Nuestras decisiones y compromisos”, así como, el espíritu y obra de la “M. Margarita” quien es fundadora de nuestro Instituto. La formación de JUMMER les permite a las y los jóvenes nutrir la realidad personal y comunitaria desde la experiencia misionera como “servicio a la comunidad”, el acercamiento a las realidades más vulnerables de nuestro pueblo y en el pasado mes de agosto pudo reflejarse en el acompañamiento a las personas enfermas del Hospital España en Chinandega.

En esta ocasión asistieron a la Misión las jóvenes de JUMMER junto a las Hnas. Ana Noemi y Paulina para compartir con las mujeres del área de “Medicina Interna”. Fue una experiencia muy bonita, de encuentro profundo con la vulnerabilidad humana, la impotencia y así también, con la esperanza y la fe de quienes están sufriendo dolor.

Al llegar al lugar como en cada encuentro del grupo, encomendamos nuestro estar y compartir en oración, sintiendo la invitación de Jesús de ser sensibles ante el sufrimiento y debilidad, acompañar y dejarnos acompañar por la vida de estas personas ante su necesidad de salud y bien estar.

Nos sentimos muy bien recibidas por el grupo de enfermeras quienes se mostraron disponibles y amables, ya nos esperaban y nos dieron la bienvenida en la habitación donde se encuentran las mujeres. La gran mayoría se hallaba con algún familiar y podíamos reconocer cómo las pacientes se sentían mejor en compañía de sus seres queridos.

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Las chavalas de JUMMER se fueron acercando a cada una de las 12 camas que se encontraban en ese pequeño cuarto, tratando de compartir un poco con cada una de las pacientes sobre su enfermedad, su estado de recuperación, algunos datos familiares que querían compartir, así como, palabras de ánimo que en momentitos se tradujeron en silencios y simples miradas de compañía. Fuimos orando con las enfermas, poniendo en manos de Dios y María lo que cada una, en la medida de sus posibilidades deseaba expresar, pidiendo a Dios esperanzadamente la fortaleza necesaria para salir adelante y la sanación que tanto desean.

Nos encontramos con situaciones críticas, con múltiples enfermedades, unas más avanzadas que otras y algunas situaciones complicadas que detonan varias enfermedades a la vez. Sus familiares nos explicaban un poco sobre la situación en la que se encuentran, el tiempo que tienen de estar ahí, que en su mayoría tiene una semana o más tiempo, dada la complejidad de la enfermedad. Aún en medio de ello, mostraban sonrisas y sencillamente nos daban gestos de agradecimiento por acompañarles en este momento.

Al finalizar pudimos compartir un pequeño refrigerio con las mujeres y también con los hombres, que de igual manera se mostraron muy agradecidos junto a sus familiares. Culminamos con el agradecimiento grupal por todo lo que nos ha brindado esta experiencia, logrando identificar en frases de las chavalas que esta Misión ha sido: “Una oportunidad de encuentro cara a cara con Dios”, “Compartir con libertad y con gran confianza aún sin conocernos”, “Aprendemos a ser sensibles, viendo las necesidades que otr@s personas tienen en su vida”, “Es un experiencia que motiva y un momento para compartir alegría en medio de estas personas que sufren tanto dolor”, sintiendo la invitación constante de la M. Margarita en este mensaje que nos impulsa en el ser JUMMER…
“Todo se resuelve amando”.

Paulina Soltero Barba, MMB

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