“JOVENES VOLUNTARIAS EN NUESTRAS COMUNIDADES”

Desde hace muchos años, al concluir el ciclo escolar de Bachillerato en nuestro Instituto de la Vera-Cruz, de Guadalajara hay algunas jóvenes, que desean hacer un voluntariado por algunos meses, a veces un año, en alguna de nuestras casas de Misión, y después de un largo proceso de selección y preparación realizan su objetivo. Generalmente han ido a Colomba en Guatemala, Soyatitán en Chiapas, México, El Viejo en Nicaragua y, cuando ha habido un número mayor, nuestras hermanas de Sudamérica les han acogido en Perú y Ecuador, cosa que agradecemos, incluso una joven estuvo en Filipinas.

Para estas jóvenes es una experiencia muy profunda que muchas veces les cambia la perspectiva hasta de la carrera universitaria que pensaban realizar, el contacto con la gente humilde les deja huella. Pero escuchemos a María Quezada y Atziri Lomeli que están actualmente en Chiapas. Ellas expresan lo que esta experiencia del Voluntariado les ha marcado:

Creo que es inexplicable, los niños me recordaron cómo no necesito tanto para disfrutar mi vida, me enseñaron a reírme y a recordar mi inocencia. Matías el papá de la familia donde vivo en la zona campesina, me trasmite el amor por su trabajo, me deja esa mirada de amor hacia lo que hace. Con la naturaleza hice una conexión increíble. En esa área hay un manantial donde se puede bañar una, ya que está al final de la calle y nadar ahí, me hace sentirme parte de algo, con las plantas, los peces, el entorno.

Mis aprendizajes son infinitos, no hay mejor escuela que experimentar tu misma, escuchar y hacer. Creo que espiritualmente crecí, aprendí a apreciar instantes, guardar sonrisas, recordar abrazos y valorar las pláticas nocturnas con la familia donde vivo. Chiapas me enseña a ser solidaria y dar más de mi, cien por ciento, a apreciar y demostrar amor de distintas formas, el saber valorarlo.

img-colegio_01


Aprendí a disfrutar mucho con poco, a valorar cosas que son un lujo, pero a veces se nos olvidan que lo son. Me ha marcado mucho la influencia que tenemos en las y los niños, y lo triste que es que a veces se desperdicie su inteligencia por la falta de educación.

Esto es lo que ellas expresan, pero dos catequistas donde el año pasado también estuvieron dos voluntarias y otro donde ahora se encuentran expresan lo siguiente:

“La experiencia de tener jóvenes voluntarias en nuestra comunidad, ha sido algo fascinante para la comunidad, para la familia, algo muy hermoso y fraternal. Son chicas muy comprometidas traen muchos valores, algo muy particular, mucha vibra y energía que motiva. Vienen a darnos vida y de que se pueden hacer las cosas mejor. Hicieron una gran labor yendo a la comunidad vecina para visitar familias, dar clases a las y los niños, tenían que caminar 4 kilómetros bajo el abrazante sol de Chiapas”.

Otro catequista dice: “Son chicas estupendas que traen mucha preparación, buena formación y nos contagian, hubo mucha química. Nos motivan para seguir nuevos caminos”.

Rebeca Cervantes Martín, MMB
Coordinadora del Área de México-Centroamérica

“ENCUENTRO ARQUIDIOCESANO DE PASTORAL”

El Encuentro se llevó a cabo los días, 13 y 14 noviembre. El P. Luis Gregorio Bautista Vicario de Pastoral, hizo un resumen del caminar de la Diócesis de los altos desde el año 1960 hasta llegar a la actualidad, y de cómo hemos trabajado el documento “Parroquias Misericordiosas como el Padre”, y los 100 puntos del documento Aparecida.

Intervino Monseñor Mario Molina con la “Conferencia de presentación del Encuentro Arquidiocesano de Pastoral”, del cual presento un extracto:

“Gracias ante todo a Dios, que pone en nosotros mociones y animación para la evangelización, para seguir siendo testigos de su Reino, para ser seguidores discípulos misioneros de Jesús. La Iglesia es obra de Dios con la colaboración de los hombres y mujeres. En la medida en que somos administradores del Evangelio y de la gracia divina, debemos ser conscientes de que administramos no un bien nuestro, sino una gracia divina que ha sido puesta inmerecidamente en nuestras manos.

La misma Iglesia nos dice cómo guiarla. La Iglesia debemos guiarla y configurarla según lo que la Iglesia dice de sí misma, inspirada por la vida y las palabras de Jesús y de los apóstoles consignadas en las Santas Escrituras. Nuestra guía fundamental para guiar y hacer la Iglesia es el Evangelio de Jesús, leído e interpretado, vivido y plasmado a través de los siglos en la misma Iglesia y sus instituciones.

La Iglesia se explicó a sí misma por primera vez veinte siglos después de su fundación en la Constitución Dogmática Lumen Gentium, del Concilio Vaticano II. Ese es el documento eclesiológico de referencia. A él se remite el Documento de Aparecida.

La globalización y la secularización: retos de los tiempos

El Documento de Aparecida es el fruto maduro de una reflexión continental para responder a este desafío. Ese es el reto de la nueva evangelización, de la conversión pastoral, de hacer “parroquias en salida misionera, comunidad de comunidades al servicio del Reino”. El esfuerzo de conversión pastoral implicado en este programa tiene sentido, si estamos convencidos de la vigencia y validez del mensaje de Jesús.


Renovación pastoral y parroquial en función del Evangelio de Jesús

Este encuentro Arquidiocesano, que culmina el ejercicio del examen de conciencia parroquial en base a las “cien preguntas” entresacadas del Documento de Aparecida, describirá la situación de nuestras parroquias y de nuestra pastoral. Este ejercicio de las “cien preguntas” es parte de un diseño más amplio. Es parte del programa encaminado a hacer de cada parroquia una Parroquia misionera, comunidad de comunidades al servicio del Reino. Pero a mi juicio hay que tener dos puntos muy claros: el objetivo final de esta renovación es la salvación de las personas, es la evangelización. La Iglesia es instrumento, signo, sacramento al servicio de Jesucristo y de su Evangelio, no un fin en sí misma. La parroquia no existe para servirse a sí misma sino para servir a Jesucristo en su misión de ofrecer a todos la salvación. Y el segundo punto que debemos tener claro es que el mensaje, el Evangelio al servicio del cual está la Iglesia es el mensaje de Jesús, como Él lo propone, para lo que Él lo propone. Ni la Iglesia ni la parroquia existen en función de otros propósitos, por muy nobles que sean”.

img-colegio_01
img-colegio_01

Enseguida habló el P. Pedro Jaramillo, quien acompaña el caminar de COMGUA y vino a animarnos en este proceso, nos dijo que la fe responde a la existencia del hombre y la mujer en el mundo. Nos habló de Dt 26, 11 por es el testimonio de la gente, al participar en la fe de su pueblo que presenta una canasta llena de los frutos de la tierra, como agradecimiento a la acción salvadora de Dios. Nos dice como el Credo actual nos habla de los actos salvadores de Dios, lo que vivió Jesús, su muerte y Resurrección y ¿Cómo esta muerte y Resurrección nos salvan? Jesús nos dio un nuevo modo de vivir. Jn 3, 16, el encuentro con Jesús, es el motivo de unirse a Él por la fuerza del Espíritu, así se experimenta el amor de Dios, es decir la salvación, el deseo de felicidad y plenitud que Dios lo cumple.

La esperanza de los pueblos es unirnos a Dios y entre nosotros/as, porque Él nos libra de la muerte y del pecado. Misión y función de la Iglesia: El Evangelio es la única respuesta a la vida del hombre y a mujer globalizado/asy secularizado/a.

  • Alegría del seguimiento de Jesús
  • Gozo de vivir en comunidad
  • Cercanía a los empobrecidos
  • Hondura de la Oración
  • Presencia de Jesús en la Eucaristía
  • Perdonar

Después de estas dos conferencias nos fuimos a trabajar por decanatos sobre tres ejes: a) Como Jesús b) En Iglesia y c) Para el mundo.

Este encuentro ha sido para mí un motivo de alegría y esperanza, pues hemos hablado de la situación que se vive en cada parroquia, decanato y la Arquidiócesis, nos reunimos como cuatrocientos agentes de pastoral y el P. Jaramillo agradeció que haya laicos/as, que en lunes y martes puedan hacer el esfuerzo de estar presentes en algo tan importante para la Iglesia Continental.

Tengo la impresión que algo va a cambiar, que El Espíritu está soplando en estas tierras Latinoamericanas, donde queremos hacer presente el Espíritu de la Conferencia de Aparecida. Les compartiremos el caminar esperanzador que vayamos haciendo.

María Micaela Reynoso, MMB

“VIVENCIA DE LA VIRGEN DE LA MERCED”

Iniciando el mes de diciembre a la luz de las fiestas navideñas, compartimos con mucho gozo lo significativa que es María de la Merced en nuestro caminar en la experiencia de nuestra hermana Micaela para así, traer a nosotras/os la dicha de prepararnos para la venida de Jesús junto a María.

Quisiera compartir con ustedes lo que ha sido para mí este año la Celebración de la Virgen de la Merced. Comenzamos con la participación en las diferentes novenas de la Merced, donde las comunidades nos daban el tema a desarrollar, todo relacionado con las directrices del Papa Francisco desde “El cuidado de la Casa Común”.

En el “Sector la Merced”, es decir donde se edificaron las 20 casas en solidaridad con personas damnificados de por el huracán “Stan”, nos dieron dos días de novena, porque una comunidad se ausentó y nos pidieron a nosotras que los apoyáramos. Don Julio Tzoy el antiguo catequista, ya está mayor, así que ahora lo ha sustituido su yerno Isidro Flores quien es, junto con la coordinación del Sector quienes organizan a la comunidad.

Nosotras estuvimos con ellos el 15 y el 17 de septiembre, nuestra hermana Norlyn quien es de Filipinas y se ha integrado a nuestra comunidad MMB, se presentó porque es la primera vez que va al Sector, la recibieron con grandes aplausos y con mucho cariño. Como siempre, al final nos ofrecieron un cafecito.

El 22 de septiembre nos invitaron a llevar la novena en la “Comunidad Agraria Las Mercedes”, nos dieron el tema a desarrollar y llevamos la celebración la hermana Lilliam y yo. La iglesia estaba a tope, es una comunidad que ya lleva muchos años de trabajo en la educación de la fe y tienen una gran organización.

img-colegio_01
img-colegio_01
img-colegio_01

img-colegio_01
img-colegio_01

A nivel parroquial, organizamos con JUMMER (Juventud Misionera Mercedaria) la Celebración, ellas/os junto con Norlyn prepararon el pequeño y bello altar el sábado 23 y el domingo 24 JUMMER trajo las mañanitas a la Virgen y nos reunimos en nuestra pequeña capilla, luego ofrecimos un café para compartir el momento.

En la Eucaristía parroquial, la hermana Nila fue la monitora, Lilliam hizo las moniciones y Norlyn organizo las ofrendas, que eran significativas: Biblia, mapamundi, flores, semillas, pan y vino.

La homilía estuvo compartida entre el Padre y Nila, quien lo hizo muy bien al hablar de María de la Merced, de la liberación de cautivos que es nuestro Carisma y de la Madre Margarita nuestra fundadora. Al finalizar su intervención le aplaudieron mucho, signo de agrado por su compartir.

Participaron con entusiasmo JUMMER, sus familiares y la gente del pueblo que suele venir a la misa de 7 de la noche. Hubo menos gente de la esperada, pues estuvo lloviendo mucho y eso impide la movilidad, pero con mucho gusto las MMB ofrecimos a las personas asistentes un panito y un café, JUMMER como siempre nos ayudó a repartirlo llenos de alegría ante esta celebración.

Agradecemos a Dios, los 47 años vividos como MMB en Colomba, donde tantas hermanas nuestras han ido dejando parte de su valiosa existencia y su compartir y así, fortalecer mutuamente la fe con este pueblo tan creyente, que vive con muchísima fuerza la trascendencia.

María Micaela Reynoso, MMB

img-colegio_01

“TODO TU SER SE ABRE A UNA EXPERIENCIA”

Desde el principio sabíamos que nos encaminábamos al misterio; era un país totalmente desconocido del otro lado del hemisferio.

En cuanto dejamos atrás nuestra querida Guadalajara supimos que la aventura había comenzado, pues nuestro viaje fue toda una travesía; las 7 horas planeadas de vuelo se transformaron en 16 horas a causa de una parvada migratoria, pero al momento de pisar tierras ecuatorianas y encontrarnos con las hermanas MMB nos dimos cuenta que seríamos recibidas de la mejor manera. Y después de todo el camino recorrido llegamos a nuestra nueva casa en la madrugada, sin nuestras maletas.

Al día siguiente amanecimos entre montañas que parecen salir de las nubes y desde ese momento nos dimos cuenta que nos encontrábamos en un lugar mágico: “Uzhcurrumi”.

Desde que llegamos las personas nos hicieron sentir como en casa y nos recibieron como las nuevas “hermanitas”.

Poco a poco comenzamos a formar parte de la vida en comunidad, adaptándonos a la organización y las actividades de las hermanas. A grandes rasgos la labor que tienen las hermanas aquí es coordinar los grupos de catecismo de niños/as y jóvenes; visitar a personas en condiciones desfavorables; organizar la Pastoral Juvenil; acompañar a las distintas comunidades de la zona; llevar a cabo reuniones y retiros con los padres de familia, catequistas, grupos juveniles y laicado mercedario; participar en las reuniones de Agentes de Pastoral; realizar misiones cada mes; dirigir el proyecto de Justicia Paz e Integridad de la Creación (JPIC) con las niñas ylos niños pequeños; apoyar en la Liturgia de la Palabra y encargarse de todos los asuntos parroquiales. Todo esto sin descuidar su vida espiritual como comunidad.

Nuestro camino ha estado lleno de aprendizajes; desde cosas del hogar, como ocinar y lavar nuestra ropa a mano, hasta poder ver la presencia de Dios en toda su creación y en nuestro caminar diario.

Estas últimas semanas han sido un encuentro con otra realidad, un despertar a la conciencia y salir de nuestra burbuja. Han sido días en los que nos hemos podido detener del ritmo de vida citadino tan acelerado que llevamos, para encontrarle un sentido a cada pequeña acción que hacemos en el día.

img-colegio_01

img-colegio_01
img-colegio_01

Siempre hemos creído que otro mundo es posible y estando aquí nos hemos sentido motivadas a realmente empezar este cambio, romper con todas las construcciones sociales que nos detienen y lograr ser mujeres auténticamente libres y liberadoras como la Virgen de la Merced.

Nuestra vida en comunidad es íntegra, ya que incluimos todo tipo de actividades como ver películas, jugar juegos de mesa, discutir temas de justicia social, compartir distintas visiones del mundo, hacer manualidades con materiales reciclados para cuidar el medio ambiente, bailar, cantar, rezar, shibashi, cuidar el jardín y retiros. Juntas nos ayudamos a seguir creciendo como personas y como comunidad para poder seguir los ideales de la Madre Margarita. Además, hemos descubierto otra cara de la Iglesia por la convivencia que hemos tenido tanto con las MMB como con todos los Agentes de Pastoral de la Diócesis.
Jesús ha sido nuestro maestro en este caminar y podemos entender por qué decidió nacer entre las personas pobres: para demostrarnos que cuanto menos tienes más feliz eres y que la verdadera felicidad está en la simplicidad de las cosas; la sonrisa de un niño o una niña, la belleza de la naturaleza, la inmensidad de las montañas, la solidaridad de la comunidad, el abrazo de un anciano, el grito de ¡hermanitas! a las 7:00 de la mañana, el amor gratuito que te dan las personas, las ganas de acercarse a Dios de las y los jóvenes, la fe del pueblo, la nueva vida de un bebé, el agradecimiento de las personas, la entrega de las hermanas y la vida en todas sus expresiones.

Esta frase de la Madre Margarita resume lo que hemos vivido en esta experiencia de voluntariado: “Una nueva forma de existencia. Una nueva forma de vida en la que todo tu ser se abre a una experiencia de otros niveles de conciencia, de crecimiento espiritual.”

Pilar Toussaint y Fernanda Villanueva
Voluntarias

“LLEGAR AL LUGAR CORRECTO”

El 11 de noviembre cumplí tres meses siendo chiapaneca y, es una de las mejores decisiones que he tomado. Sería bueno comenzar diciendo que ningún voluntariado es igual, llegue con expectativas, con ideales de las voluntarias pasadas y la verdad he vivido cosas distintas.

El segundo día aquí conocí a mi familia, las personas con las que vivo en la comunidad, no sé cómo explicar lo que ahora ellas/os son para mí.

De pronto Chiapas me dio una hermana con la que llegue, unas madres con quien hablar, un padre que nos cuenta cómo repara las esculturas del templo, otro papá y otra mamá, que te hablan de su infancia, y te presentan al resto de la familia, una hermanita súper traviesa que me recuerda lo bueno de ser niña, unos tíos que caminan desde la comunidad de al lado para compartir anécdotas, una vecina que te invita a comer todos los días elote porque está orgullosa de su primera cosecha, niñas y niños llenos de energía con quienes trabajas todos los días de la semana, que te recuerdan como reír y como disfrutar de las cosas pequeñas.

A veces llega la nostalgia de la familia y las amistades, te sientes lejos, pero entonces, tus niñas y niños llegan por la ventana de tu cuarto y te dan cartas, te cantan y bailan contigo, te piden abrazos y te dicen que te quieren mirándote a los ojos y entonces, entiendes por qué estás, y que en ningún otro lugar estarás mejor en este momento porque estás en casa.

En la comunidad San Isidro es difícil no enamorarte de la tranquilidad, de las personas, de las familias, de los atardeceres vistos desde el patio, del montón de mascotas que todos tienen, de los mil clavados diarios para entrar a la poza a bañarte, de las paletas de piña que hace la señora de la tienda, de los peces nadando al lado tuyo, de las clases con las niñas y los niños, de la emoción de las mamás cuando los jóvenes tienen partidos de básquet, de la mirada de tu papá al hablarte de la caña, las fases de la luna, el amor a su familia, de la abuela que te cuenta lo orgullosa que está de su nietada, de tu compañera que te ayudará a ser una mejor persona cada día, y esa comida que no te gustaba ahora va a encantarte, y vas a valorar y apreciar todo, el amor que te dan y lo familiar que te sientes.

img-colegio_01

img-colegio_01

Tres meses suenan fáciles y rápidos, admito que ahora que me pongo a pensar sí se me pasaron rápido pero fácilmente no. Es un boom de emociones diarias, manejas frustración, impotencia, amor, alegría, y abandono a veces.

Hace tres meses Dios me ayudó a llegar al lugar correcto en el tiempo perfecto para mí, me dio miedo y coraje, amor y seguridad y me acompaña en esta experiencia, me enseña por medio de las personas todo un mundo dentro de mi país, me llena de realidades y también me da la oportunidad de asombrarme de la naturaleza, de la religión y la unión de un pueblo.

Mi voluntariado no ha sido nada parecido al de mis compañeras pasadas, pero es tan único como el de ellas, extraño cada día mi casa y cuando vuelva extrañare cada día el no estar aquí.

María Jesús Quezada
Voluntaria

img-colegio_01

“¿QUÉ ES EL SERVICIO?”

Desde hace quince años hemos tenido la oportunidad de compartir nuestra vida con las Mercedarias Misioneras de Bérriz y gracias a esto, hemos adquirido una filosofía de vida que tiene como base la entrega y el servicio a las y los demás.

A aún en medio de intentar vivir el Carisma Mercedario por tanto tiempo en nuestros distintos servicios sociales en el Colegio, nos quedamos con ganas de más y, decidimos que nuestro camino siguiera con las MMB en esta experiencia de Voluntariado.

Seis meses atrás comenzamos nuestra preparación para esta experiencia junto con la hermana Licha Obregón y, en el proceso, vimos mucho más a fondo el Carisma Mercedario y sus objetivos de servicio y entrega. Estando aquí en Colomba Guatemala, nos hemos dado cuenta que es distinto creer que sabes cómo llevar a cabo tu misión, a estar aquí y tener que poner en práctica todo lo aprendido.

Mucha gente nos había comentado que al principio iba a ser difícil por el hecho de dejar atrás todo lo conocido y adentrarnos en una aventura desconocida. No vamos a negar que al principio fue difícil a pesar de la preparación y los comentarios que nos dieron, pero poco a poco, por medio de la oración, nos hemos dado cuenta de que no estamos solas, sino que venimos de la mano de quien nos envió aquí, Jesús.

Nos hemos topado con varios retos, como el practicar la paciencia, la disciplina, convivir con gente de una cultura distinta, etc., pero al ir trabajando con estos retos, nos hemos dado cuenta que Dios nunca nos va a dar más de lo que podamos soportar, siempre nos va a dar lo necesario para que esta misión dé los frutos que Él ha tenido planeados desde un principio.

Hemos llegado con las manos vacías, pero vamos con las manos llenas del amor y cariño de la gente que nos recibió.

Lo que nos dio la fuerza y fe que necesitábamos a lo largo de este camino, además de la oración, ha sido el gesto de la gente que nos ha recibido con tanto amor y tanto agradecimiento. Al sentir la fe tan grande y tan fuerte que tienen, nos contagiamos de ella y nos motiva a realizar de la mejor manera nuestra misión.

En el tiempo que llevamos aquí, a pocas semanas de nuestra partida, hemos aprendido a valorar experiencias que no veíamos tan importantes. Al ir a visitar a personas enfermas, le damos el valor y la importancia a la salud; al darle clases a niñas y niños en una escuela rural, hemos apreciado la educación que gracias a Dios y a nuestros padres pudimos tener; al ver los problemas familiares que existen aquí, agradecemos por las personas que conforman nuestra familia y por todo el amor que nos tienen y, a pesar de que no estamos con ellos en este momento, la gente que nos recibe nos hace sentir en familia.

Al estar en el grupo de JUMMER (Juventud Misionera Mercedaria) nos llenamos de vida y energía y, nos motiva bastante para seguir el camino de Jesús y su Evangelio. Durante el tiempo que nos estuvimos preparando para el día de la Merced en el mes de septiembre, nos dimos cuenta de la gran trascendencia que han tenido las MMB y el Carisma Mercedario en esta comunidad.

img-colegio_01

img-colegio_01

La experiencia más fuerte con la que nos hemos topado ha sido la “tapisca”, que implicó otras experiencias más allá del corte de café. Vivimos entre montañas con familias que nos acogieron como a sus propias hijas. Antes de llegar a Guatemala beber café implicaba únicamente pensar en su sabor y en su costo, pero nunca nos habíamos preguntado el mundo que hay detrás de esta bebida. Están los dueños, los proveedores y, hasta el final de la pirámide están las personas que duermen pocas horas por la noche para despertar temprano, caminar hora y media para llegar a los cafetales, ponerse sus canastos en la cintura y comenzar una jornada de trabajo que parece interminable; caminar hora y media de regreso con un costal lleno de trabajo sobre la espalda y en algunas ocasiones con tormentas que impiden ver claro el camino.

Si nos hubieran platicado todo esto antes de vivir la experiencia, sinceramente nos hubiéramos imaginado personas cansadas y probablemente enojadas por la explotación, ya que el salario que reciben se podría decir que es una miseria comparada con el trabajo que realizan. Sin embargo, nos topamos con gente que está consciente del esfuerzo que implica sobrevivir y que aun así la alegría, la fe y el amor es de lo que están hechos.

Esperamos poder conservar esa magia que nos ha dado Colomba y poder transmitirla a nuestro regreso.

“Dichosa la persona que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a quienes le aman” (Santiago 1,12).

Sofía Romero y María José Gómez
Voluntarias

img-colegio_01

“¡SER CATEQUISTA ES DARSE!”

Hoy quiero compartir que llevo 8 años siendo catequista. A los 15 años recibí una invitación para hacer equipo con una joven estudiante de psicología en el que formaríamos y guiaríamos un grupo de niñas adolescentes, era algo totalmente nuevo para mí, como principiante el reto era doble o triple; pues yo era una adolescente tratando de vivir mi vida. Inicié conociéndome y explorando mi propia experiencia, metas o búsquedas. Sin embargo, creo que lo mejor de todo fue lo que aprendí, incrementó mi hambre por buscar mi lugar en la humanidad y por ser siempre una persona original. Ahí, me di cuenta que quería lograr algo grande por mi familia y por mí. Despertó en mí un deseo de búsqueda por hacer la diferencia en mi ambiente, aunque aún faltaba que creciera y madurara.

La realidad con mi familia y mi comunidad me mantuvo siempre en el camino. Con el tiempo se volvió un compromiso para formarme, pues la meta era grande. Hace unos años atrás tuve la oportunidad de ser catequista de mi comunidad. Ha sido y sigue siendo un reto para mí “catequizar” a niñas/os, jóvenes y personas adultos.

Es obvio que es importante formarse y también es muy importante actualizarse siempre y, lo más importante, es relacionar el tema con la experiencia. Siento que no puedo dar nada sin pasarlo por mi mente y corazón.

Actualmente tengo a mi cargo un grupo pequeño de niñas/os que se preparan para recibir la Primera Comunión en mi comunidad. He tenido en cuenta que cada niña y niño, recuerda a esa persona… “su catequista”, porque impactó su vida, dejó una enseñanza para siempre. No pretendo quedarme en la vida de alguna/o de ellas/os, quiero que mis enseñanzas, que mis correcciones, que mi experiencia quede en ellas/os. Estoy conciente que soy una pequeña parte de su vida y tengo fe en que esa pequeña semilla crecerá y dará frutos abundantes porque Jesús nos da vida y Vida en abundancia.

Les he enseñado que se puede creer desde la experiencia misma, que solo se puede ser libre con responsabilidad, que solo se puede amar si te dejas amar con respeto y, que ser feliz es su destino.

img-colegio_01

Me gusta enseñar para toda la vida y por eso, me he metido en la realidad de cada niña/o, no con el objetivo de juzgar, sino con el objetivo de enseñar. Estoy agradecida por la disponibilidad que he encontrado en cada una/o de ella/os aunque hay momentos difíciles, pero ninguno es suficiente cuando se tiene la convicción de lo que se hace… ¡Una catequista para la vida!
nvitación quedó abierta y la semilla se lanzó con la esperanza de que germine nueva vida y Vida en abundancia.

María Eugenia López
Pastoral Juvenil, Guatemala

img-colegio_01

“A UN MES DE LOS TERREMOTOS DE MEXICO”

Sobre esta realidad que ha sido tremendamente dura, porque no sólo fue un solo terremoto sino dos, afectando el primero sobre todo Chiapas y Oaxaca y el segundo más fuertemente la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, etc. Todo esto en un país en el que se está viviendo un desgarramiento del tejido social. Las y los jóvenes habían sido vistas/os como una generación apática, absorta en la cibernética, con poco sentido de comunidad, pero ha sido un bello testimonio que la sacudida de los sismos de septiembre, obligaron espontáneamente a la juventud a salir a la superficie, descubrieron la realidad y decidieron incidir en ella. A decir del escritor Juan Villoro “esto ha sido una de las principales lecciones que dejaron los terremotos de septiembre que cimbraron el país”.

La participación de las y los jóvenes ha sido una lección para todas y todos, porque salieron al mundo de lo real y lo transformaron y, porque además lo hicieron con disciplina y con orden. Incluso hubo momentos que asumieron el liderazgo de los rescates y fue extraordinario ver que ciertas autoridades se plegaban a lo que decidían las y los jóvenes brigadistas, expresa Villatoro entre la emoción y la sorpresa. Las y los jóvenes prácticamente condujeron el proceso con un innato sentido de organización y con una determinación a toda prueba. Y se sigue preguntando ¿Por qué es necesaria una tragedia mayúscula para que la gente saque lo mejor de sí misma?

El maravilloso ejemplo de solidaridad al remover escombros, rescatar vidas, organizar cadenas de abastecimiento y prestar los primeros auxilios. Esto conmovió al país y al mundo. Es como si hubiéramos redescubierto nuestra identidad solidaria, lo que la llamada ciudadanía universal significa, la vinculación esencial de las personas con la comunidad, cualquiera que sea su edad.

A diferencia del terremoto de 1985 que devastó la Ciudad de México, en este caso hubo mayor participación del gobierno, pero nadie tiene la sensación de que fue el gobierno el que salvó a la gente. Fueron las y los ciudadanas/os. El puño en alto como un símbolo para escuchar si alguien estaba viva/o no lo inventó el gobierno, sino las y los brigadistas. Hoy el puño en alto significa “silencio para escuchar la posible vida que late entre los escombros”.

img-colegio_01

Este cimbrar de la tierra deja muchas huellas y muy profundas desde distintos ángulos, la más fuerte y de larga duración sobre todo para quienes han perdido seres queridos… No sólo la pérdida material, con lo que eso conlleva de quedarse sin vivienda, sin sus pertenencias, con sólo lo puesto. Conozco personalmente el caso de una señora, humilde, pobre y trabajadora cuya “casita” consistente en una habitación, una pequeña cocina y baño hoy son sólo sueños del pasado, todo está en el suelo, y ella está viviendo “en el sillón de la sala de la casa vecina” a la espera de poder tener de nuevo algún techo donde cobijarse. Y como este caso hay miles y miles.

El dolor, la huella física, material, moral y psicológica que ha quedado en nuestra sociedad perdurará por muchos años, es una herida que costará mucho tiempo cerrar, pero este pueblo tiene fe, esperanza y ha demostrado su gigante organización solidaria.

Rebeca Cervantes Martín, MMB
Coordinadora del Área de México-Centroamérica

img-colegio_01

“ESCUCHAR Y ATENDER LA LLAMADA DE DIOS”

La comunidad de Cotió en Guatemala, tuvimos la oportunidad de participar en el Encuentro Juvenil Vocacional gracias a la invitación de la Pastoral Vocacional de la Vicaría del departamento de Sacatepéquez, junto con las y los delegados de la Pastoral Juvenil del Decanato 20 de la misma región.

Nosotras como Mercedarias Misioneras de Bérriz, nos preparamos antes del encuentro para compartir nuestro Carisma, nuestra espiritualidad, la vida de la Madre Margarita y nuestro compromiso en los distintos lugares del mundo donde nos encontramos, especialmente en Guatemala y México donde compartimos la Vida-Misión.

El día 15 de octubre llegamos a la Plazuela de la Parroquia de San Bartolomé Milpas Altas en donde nos reunimos aproximadamente 30 congregaciones, cada congregación con un espacio para colocar pancartas, afiches, símbolos, libros, fotos etc., que reflejaban la historia de su fundador/ra, su carisma y su forma de vivir el seguimiento de Jesús en la historia.

El objetivo del Encuentro era convocar a los jóvenes de la Parroquia y del Decanato 20 para que tuvieran la oportunidad de conocer las distintas opciones que se pueden tener en la vida. Una forma de despertar en ellas y ellos la inquietud de poder replantearse preguntas existenciales- vocacionales como: “¿Dios, Jesús qué quieres de mí?, ¿A qué me llamas? y ¿Cómo quieres que viva?”

img-colegio_01
img-colegio_01
img-colegio_01

img-colegio_01

La actividad estaba programada con espacios de oración, dinámicas, Eucaristía y cantos adaptados la realidad de la juventud. Durante el día tuvimos un momento en donde cada congregación presentó su carisma y su espiritualidad a los distintos grupos de jóvenes que pasaban por cada lugar.

Realmente era un encuentro porque la preparación estuvo muy organizada por las/os jóvenes, laicado, religiosos/as, sacerdotes y catequistas de la Parroquia quienes impulsaron este espacio para abrir horizontes a la vida del mundo juvenil. Se sentía un ambiente de mucha cercanía, de inquietud, de curiosidad y de interés para quienes deseaban conocer más a una congregación.

El encuentro lo finalizamos con la Eucaristía llena de símbolos y el dinamismo de las y los jóvenes que reflejaba la energía, el buen espíritu y mucha vida porque la mayoría eran jóvenes. Los cantos, lecturas, ofrendas, peticiones y homilía, fueron en torno a la búsqueda de la vida y para ello se necesita una dosis de escucha y saber responder a la llamada que Dios nos hace a cada una, a cada uno. La invitación quedó abierta y la semilla se lanzó con la esperanza de que germine nueva vida y Vida en abundancia.

Comunidad de Cotió,
Guatemala

img-colegio_01

“DIOS SOLO PUEDE DAR AMOR”

Ha pasado más de un mes que regresé de Taizé, una comunidad ubicada en la región de Borgoña, Francia. Tuve la oportunidad de representar a la Pastoral Juvenil de mi país en dicha comunidad.

Taizé es una comunidad ecuménica fundada por el hermano Roger en 1940, una de las principales preocupaciones del hermano Roger era la reconciliación entre los cristianos. Taizé reúne hoy en día a miles de jóvenes que buscan vivir una experiencia diferente.

Fui participante de Taizé por 3 meses, fue difícil aceptar esta oportunidad que se me presentaba ya que eso significaba dejarlo absolutamente ¡todo! para aventurarme a algo que era desconocido para mí., pero a pesar de mis dudas y de mis miedos (los cuales eran muchos), decidí vivir la experiencia.

Llegué a Taizé la madrugada del 27 de junio y en ese momento da inicio una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida.

Uno de mis principales retos fue el idioma, ya que no entiendo, ni hablo inglés. Hubieron momentos en los que eso pesaba demasiado pero no dejé que eso me desmotivara, la mayoría de veces había alguien que me ayudaba con las traducciones, otras aprendía al observar como hacían las cosas las demás personas, especialmente cuando se trataba de los trabajos de la semana.

San Juan Pablo II describió a Taizé como una fuente donde llegas cansada/o, sedienta/o bebes de esa agua, retomas fuerza y sigues tu camino, creo que no pudo encontrar mejores palabras para describir este lugar porque de hecho es así, muchas veces necesitas darte un respiro, descansar para tomar fuerzas y continuar tu camino.

Algo de lo que más disfruté fueron sus 3 oraciones al día, el rezar en comunidad sin importar tu credo es lo principal en Taizé, ese sonar de las campanas que te indicaban que tenías que encaminarte a la iglesia de la reconciliación, esos cantos con frases sencillas que se repiten una y otra vez, el silencio en cada oración, ese silencio que te invitaba a contemplar, meditar o simplemente vivirlo y disfrutarlo. Luego de la oración de la noche algunos hermanos se colocan en espacios determinados dentro de la iglesia para que quienes quieran acercarse y charlar con ellos lo puedan hacer, esto lo hacen ya que muchas/os jóvenes a veces, lo único que necesitan es ser escuchadas/os, es un gesto muy bonito ya que hasta el hermano Alois quien es el prior de Taizé se ubica en algún punto para escuchar y compartir con las y los jóvenes.

Por otra parte están los trabajos que realizas durante la semana, uno en la mañana y otro por la tarde. A través de ellos vas aportando tu granito de arena para que las cosas funcionen en la comunidad, unas veces te toca colaborar en la cocina, lavando los trates, distribuyendo la comida, apoyando en la iglesia, en la exposición, entre otros.

Vivir 3 meses con personas de distintos países, distintos continentes tampoco es fácil, al inicio te cuesta ya que las culturas son tan diferentes pero luego llegas a disfrutar tanto esas diferencias que, poco a poco te das cuenta que no somos tan diferentes, al contrario. Amé vivir en comunidad con otras chicas y chicos, creo que esa convivencia es la que me ha hecho crecer y madurar más, hice buenos amigos y amigas, personas que ahora considero como parte de mi familia, esto es algo que valoro demasiado.
En Taizé se vive una Pascua perpetua por llamarlo de algún modo, los viernes teníamos la veneración de la cruz, los sábados la oración de la luz y los domingos la Eucaristía y los domingos por la tarde se reza en silencio pidiendo por la paz del mundo. Es lindo también el hecho de que la iglesia nunca se cierra, hay jóvenes que extienden las oraciones hasta la madrugada, vas a la hora que quieras y la iglesia siempre permanece abierta.

Durante mi estadía me asignaron una hermana de contacto con la cual me reunía una vez a la semana para platicarle cómo me sentía, hermana Angelina que pertenece a la congregación de las hermanas de San Andrés. Una mujer que me inspiró tanta confianza, ternura y una profunda admiración, esa mujer que se convirtió en uno de mis pilares más importantes en el tiempo que estuve en Taizé.

img-colegio_01
img-colegio_01

img-colegio_01
img-colegio_01

También estaban las hermanas de la congregación de San Vicente de Paul, ellas eran las encargadas de la enfermería, era increíble cómo se desgastaban por atendernos, por estar al pendiente de todo lo que nos pasaba, eran como unas madres para nosotras y nosotros.

Fueron tantas experiencias vividas y aprendidas que no terminaría de escribir nunca, quizá algunos no me entiendan, pero Taizé me cambió la vida, vivir en la simplicidad es algo maravilloso, estar rodeada de paisajes maravillosos, creo que por eso varias personas llamamos a Taizé nuestro “Pedacito de Cielo”.

Tuvimos la oportunidad de mostrar cómo es América Latina a través de talleres que se preparaban para el resto de participante y las personas que iban por una semana. Como continente nos correspondió participar en tres ocasiones y como país de Guatemala participamos en dos de las tres veces ya que al ser muchos países latinos tocaba dividirnos. Fue lindo dar a conocer nuestra cultura, nuestras luchas, nuestros sueños a las y los demás.

Durante mi estadía también tuve la oportunidad de tener una semana de silencio la cual disfruté tanto, confirmé algunas cosas, surgieron muchas preguntas, fue un regalo tan grande… Caminé mucho, contemplé mucho, en conclusión recibí mucho.

Pero el tiempo pasó demasiado rápido, el regreso era inevitable, recuerdo que quería que los días pasaran cada vez más lento pero era todo lo contrario. Una madrugada decidí caminar sola por la comunidad, llegué a un lugar que era muy especial para mí, quería quedarme más tiempo, unas palabras hicieron eco en mí… “Se siente tan bien acá”. Recordé la escena de la transfiguración de Jesús cuando sus discípulos le dicen que hicieran tres chozas y que se queden ahí. No tengo idea de porque se me vino este texto a la mente pero era así como me sentía, luego comprendí que era necesario bajar de la colina, regresar a mi realidad, mi tiempo había concluido y lloré, lloré mucho. Fue a partir de ese momento que comencé a desprenderme poco a poco del lugar, de mis amigos y amigas.

Parte de mi corazón se quedó en Taizé, otras más se quedaron con mi familia latina, asiática, africana, europea. Es lindo tener familia por todo el mundo, tener recuerdos en común, el darte cuenta que el idioma más importante es el idioma de Dios, el idioma del amor. En el fondo de mi corazón deseo coincidir nuevamente con estas personas que me dieron tanto, pero si la vida no me lo permite me quedo con cada risa, cada abrazo, las charlas por las madrugadas, las veces que cantábamos juntas/os, las veces que íbamos por un helado, las veces que lloramos, rezamos, con cada locura vivida. Porque de eso se trata la vida, de disfrutar de esos pequeños detalles al máximo.

Confirmo lo que decía el hermano Roger: “Dios solo puede dar amor”, porque si algo recibí fue mucho pero mucho amor, el amor que descubrí no solo en las personas sino en el ambiente que se respiraba en el lugar, en todo lo que me rodeaba se reflejaba el amor tan grande de Dios.

“Felices los que se abandonan en ti, oh Dios, en la confianza de corazón. Tú nos guardas en la alegría, la simplicidad, la misericordia” (hermano Roger).

Marleny Yoc
Integrante de Jummer Colomba

img-colegio_01
img-colegio_01

img-colegio_01