“ENCUENTRO CON JESÚS Y LA CASA COMÚN”

En nuestra Misión de El Viejo en Nicaragua, hemos tenido la oportunidad de motivar al grupo de Catequistas y Jóvenes de la Pastoral del Centro Catequístico con la participación en el Retiro que anualmente preparamos como parte importante en su proceso de formación.

Con el objetivo de “Fortalecer la experiencia profunda del encuentro con Jesús a la luz de los Evangelios así como, en el cuidado de la ‘Casa Común’ para ahondar y enriquecer el sentido de vida y proyecto personal”, decidimos buscar los medios necesarios para que estas chavalas y chavalos pudieran tener una experiencia que continúe iluminando su vocación a la vida y el servicio que brindan a su comunidad en las diferentes áreas que se desenvuelven.

El lugar elegido fue maravilloso, una comunidad en el departamento de Estelí del municipio de San Nicolás. “La Garnacha” es una comunidad y reserva natural, ubicada a 1,400 metros sobre el nivel del mar y es parte de la reserva Tisey Estanzuela. Las y los habitantes de la comunidad de La Garnacha son quienes administran la reserva y se encargan de los toures en torno a los proyectos que realizan; ellas y ellos también trabajan con sus propias manos todos los productos que ahí se ofrecen y trabajan como cooperativa.

Esta realidad nos atrajo de manera especial para que las y los jóvenes pudieran cambiar de aires y ampliar su horizonte, desde recibir el gran regalo del clima en ese aire fresco y limpio durante el día y muy frío por las noches, la acogida de la naturaleza tan diversa y diferente a la acostumbrada en El Viejo y la convivencia con ese silencio natural y propicio para el encuentro personal con la Creación que Dios nos brinda a manos llenas.

La reflexión se centró en algunos encuentros que Jesús tuvo en los evangelios, como momentos clave para reconocer cómo la experiencia de encuentro con la propia realidad, posibilita una conexión profunda con el sentido de la vida, un descubrimiento de lo que el Dios de Jesús desea para cada una de sus hijas e hijos desde su historia de debilidades y virtudes. Las condiciones del lugar también dieron pie para preparar este retiro con la propuesta que hace el Papa Francisco en la Encíclica “Laudato Si”, sobre el “Cuidado de la Casa Común”.

Así que, partimos con el grupo de 17 chavalas y chavalos que estaban llenas/os de emoción por conocer el lugar que fue toda una sorpresa, y por supuesto, muy entusiasmadas/os de salir de la rutina, tener la oportunidad de convivir y disfrutar de la novedad que este Retiro les suponía al estar un fin de semana dispuestas/os a dejarse encontrar por Jesús.

Salimos el viernes 13 de mayo al medio día, haciendo el viaje de aproximadamente 4hrs. para llegar a nuestro destino. Llegando al lugar tuvimos la gran oportunidad de comenzar a disfrutar del recibimiento de la gente de esta comunidad, del entorno y la hermosura de contemplar el atardecer en un bellísimo mirador llamado “Apaguaji”, nombre de uno de los cerros que desde ahí se podía observar, además de las montañas del sureste del país y la cordillera volcánica del Pacífico… fue realmente un regalazo de Dios para irnos introduciendo al Retiro.

Después de esta experiencia y posteriormente, cenar un rico gallo pinto con café y té de limón cosechas de esta tierra… nos dispusimos a entrar de lleno al Retiro con una puesta en común para establecer los “Acuerdos de convivencia” que posibilitaron los medios y actitudes necesarias para disfrutar de la mejor manera esta experiencia. Enseguida aprovechamos esta noche para ahondar en las expectativas que cada una/o tenía acerca del Retiro y así, liberar la energía para poder contemplar el silencio que se propuso para este encuentro, silencio que fue indispensable para dejar pasar a Jesús en su vida y comenzar haciendo un “inventario” en ella.

El inventario ayudó para comenzar a dar pasos importantes a la escucha, a lo que la “Laudato Si” propone; conocer mejor lo que nuestra “Hermana-Madre Tierra” está viviendo y cómo esta realidad tiene que ver con el “sentido de vida” de cada una y cada uno de nosotras/os como seres humanos. Fue muy especial dar inicio, abriendo el horizonte a la realidad que vivimos como Creación de Dios y el amor que ha puesto en ella, en nosotras/os .Esta motivación preparó al grupo a la dinámica y oración que el día sábado fue propuesta. Así que, fuimos a descansar con el respiro profundo de ser abrazadas/os por el Dios de la Vida que anhela que ampliemos nuestra mirada ante la realidad maravillosa de nuestra Tierra y, a su vez, la realidad dolorida y sufriente en la cual estamos inmersas/os y somos parte.

El día sábado fue un día muy intenso, aprovechado desde muy temprano a cada instante. Los y las chavalos ya comenzaban inquietas/os a querer ver más, conocer y disfrutar de lo atractivo del lugar, así que en medio de estos deseos, dimos paso durante todo el día a diferentes momentos de encuentro grupal, de oración personal, trabajo en equipo y sociodramas, silencios largos y profundos, de contemplación y reflexión a la luz del encuentro de Jesús con: “La mujer hemorroísa”, “El ciego Bartimeo”, “El joven rico”, “Zaqueo el recaudador” y, “El Padre Misericordioso”.

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Estos tiempos de oración y reflexión, se complementaron de manera especial en espacios específicos del día con la reflexión de los radiales de REPAM (Red Eclesial Panamazónica) sobre: “La Hermana Agua”, “El Hermano Coltán”, “Las Hermanas y Hermanos” y “Cambiar de rumbo”, que dieron pie a las chavalas y los chavalos a preguntarse qué es lo que más les resuena de la realidad, ante la falta de cuidado de los recursos naturales, el impacto que estamos causando al medio ambiente, la violencia y falta de respeto a la dignidad y derechos como personas, sobre todo a las más empobrecidas y necesitadas frente a la “cultura del descarte”… una serie de temas que sobrecogen a nuestro mundo y que en el presente son determinantes para revertir en actitudes y acciones concretas, lo que causaría un deterioro irremediable para el planeta, para la creación y con ello, para la humanidad.

Cada momento de oración fue recogido de manera especial haciendo puestas en común, compartiendo de manera libre en el grupo, aquello que del texto bíblico y las reflexiones proporcionadas para la oración, les llamó más la atención, lo que más les impactó de la actitud de cada personaje que se encontró con Jesús o alguna invitación que hayan sentido para su vida, a partir de estas experiencias sanadoras, de fe profunda, de acogida a la debilidad personal, de esas experiencia de donación del amor de Dios que ama misericordiosamente y que revela en Jesús un amor infinito así como somos, con nuestras historias de dolor y gozo.

Así, las y los chavalos fueron tocando hondo su historia personal, las actitudes y acciones que les van posibilitando un encuentro más íntimo con Dios al reconocer sus deseos más profundos, sus motivaciones, las dificultades y limitantes que tienen en su vida diaria, que les impiden seguir libremente a Jesús en lo que cotidianamente viven. Fueron identificando llamadas concretas al cambio personal y comunitario, desde el cuidado personal, la importancia de ser coherentes y honestas/os consigo mismas/os y con las demás personas para propiciar una experiencia de verdadera apertura al amor de Dios en lo que sienten y hacen.

Parte importante fue celebrar la Eucaristía acompañadas/os por el Padre Patricio quien es parte de la Congregación de los Hermanitos de Jesús y coordina la pastoral de esta comunidad. Muy amable y cercano a todas/os, nos motivó a celebrar en vísperas, la gran fiesta de Pentecostés que abrazaba toda esta experiencia de iluminación y gozo en la habitación del Espíritu que impregnó toda la convivencia grupal.

Después de la Eucaristía y la cena, se vivió otro momento especial de contemplación haciendo una caminata en silencio por el calle principal de la Comunidad, que con un cielo estrellado nos condujo a encontrarnos con el silencio hondo de la noche para así, poder disfrutar y admirar la maravilla de la creación entorno nuestro y en nosotras/os mismas/os. Caminando de regreso a la capilla, siempre invitando al grupo procurar mantenerse en sí mismas/os, se les invitó a recordar los dones del Espíritu Santo de los que se habló en la misa y así, se les motivó a las y los jóvenes a recoger el día haciéndose las preguntas… ¿Quién es Jesús para mí? y ¿Cómo me invita el Espíritu Santo a ser don? Las y los chavalos fueron recogiendo sus experiencias, cerrando el día con el compartir grupal, impregnadas/os de las sensaciones e invitaciones vividas durante estos días.

Pudimos conocer lo que ha llevado a la comunidad de “La Garnacha” a hacer un caminar en conjunto, solidario, de esfuerzo común que les ha traído grandes beneficios y una vida comunitaria sostenible, en base a los proyectos que han impulsado desde el cooperativismo.

Un miembro de la comunidad y de la cooperativa, nos introdujo a lo que fue un recorrido por parte de la comunidad para conocer lo que ha supuesto todo este trabajo comunitario, nos habló de la historia del cooperativismo que han vivido, donde todas las personas son dueñas de la tierra, la cuidan y la trabajan de una manera respetuosa, de forma que todas vivan de manera digna y armoniosa. Las chavalas y los chavalos prestando mucha atención a toda esta experiencia se llenaron de alegría al hacer esta visita por los campos de cultivo, el bosque, los senderos, los paisajes, la granja de cabras, los semilleros medicinales y la granja de lombrices, conociendo en vivo y en directo todo aquello que ha sumado gran parte de la experiencia del cuidado de la “Casa Común” y de “Cambio de rumbo” que esta comunidad se ha propuesto realizar.

Esta experiencia fue el culmen de este Retiro de encuentro y oración con el Dios de la Vida que en las y los chavalo se manifestó en el deseo por cuidar más de sí mismas/os, de su entorno, sus relaciones y de su ciudad, desde la experiencia honda con Jesús ante el respeto a la Vida. Así, llenas/os de novedades, propuestas, invitaciones y llamadas por el bien común, recogidas en la evaluación del Retiro y en el compartir de la oración final, regresamos a El Viejo después del almuerzo, deseando poner en práctica los aprendizajes que esta oportunidad nos ha regalado a quienes participamos de esta maravillosa experiencia.

Paulina Soltero Barba, MMB

“CONVOCACIÓN DESDE LA MISERICORDIA”

En nuestra misión de El Viejo, en Nicaragua, tenemos la suerte de vivir junto a la Basílica de Nuestra Señora de la Concepción, Patrona de Nicaragua, conocida como la “Virgen del Trono” y este año declarado por el Papa Francisco como el Año de la Misericordia, se le ha concedido el privilegio de tener la Puerta Santa, por donde al atravesarla, se puede ganar una indulgencia especial concedida por el Papa.

Con ese motivo, este año el día 1 de mayo, la CONFER (Conferencia de Religiosas/os) de nuestra Diócesis, organizó una visita a la Basílica de El Viejo, como peregrinación de las religiosas y religiosos de nuestra Diócesis, para visitar a la Virgen en este mes de mayo, ganar la indulgencia y tener un día de convivencia como Vida Religiosa.

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Participamos 12 Congregaciones. Hicimos el paseo de peregrinación, donde era bonito ver los rostros de la gente que nos veía pasar, pues es la primera vez que se ve en El Viejo una peregrinación de religiosas y religiosos. Después de hacer el recorrido desde el templo del Calvario a la Basílica entramos por la Puerta Santa, participamos en la Eucaristía y después todas y todos vinimos a nuestra casa, el Centro Catequístico, para almorzar.

Nuestro salón estuvo alegre, con la presencia de tantas hermanas y hermanos. Fue un día muy especial, en el que nos pudimos encontrarnos, orar, convivir y animarnos a continuar en la búsqueda de ser cada vez más fieles a la misión de seguir y anunciar a Jesús, respondiendo cada quien desde nuestro Carisma a los retos que nos presenta la evangelización en el mundo de hoy.

Abdonda N. Viar Bilbao, MMB

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