“ENCUENTRO Y COMPROMISO CON LA CASA COMÚN”

Un encuentro con la Casa Común, eso fue lo que tuvimos el domingo 13 de noviembre justo a una semana de culminar el Año Jubilar de la Misericordia, en donde nos cuestionábamos que no se trataba solo de tener misericordia hacia nuestro prójimo, sino que, es necesario también tener misericordia hacia nuestra Casa Común nombrada por el Papa Francisco a nuestra Madre Tierra, que está siendo golpeada de la peor manera debido a nuestro consumismo y al poco interés que se le tiene a la misma.

Nos dirigimos hacia el lugar donde se llevaría a cabo nuestro Encuentro como Pastoral Juvenil, en la comunidad de Magnolia Miramar del área del Chuvá de Colomba. La primera parte del tema fue concientizarnos sobre qué y cuál es nuestra Casa Común, con la invitación que nos hace el Papa Francisco a cuidar de todo lo que nos rodea, ya que es responsabilidad de todas y todos sin excepción alguna.

Fue increíble la participación que tuvimos, llegaron alrededor de 55 jóvenes, algunas/os sin importar que tuvieron que caminar hora y media para llegar al lugar del encuentro, eso para empezar nos da una muestra de la necesidad que la juventud de hoy en día tenemos de contar con estos espacios de formación.

Compartimos un momento acerca del cuidado de la Casa Común por medio de algunas ideas de la Encíclica Laudato Si, haciendo un espacio de trabajo individual para posteriormente empezar con nuestra peregrinación hacia una cascada en aquel lugar, todo en un ambiente de oración y reflexión. Nos dirigimos hacía las cascadas del Rubén para tener un encuentro más a fondo con nuestra Madre Tierra y, conforme íbamos avanzando no podíamos evitar admirarnos con toda la creación que Dios nos ha regalado y que lamentablemente estamos descuidando.

Fue maravilloso desconectarnos del bullicio que tenemos a diario y adentrarnos más a fondo con la naturaleza, escuchar el canto de los pájaros, el sonido del aire o simplemente adentrarnos en el silencio, simplemente avanzando y maravillándonos de todo lo creado.

Llegamos a nuestro destino, no pudimos evitar admirarnos del lugar, ver la caída del agua, el frío que nos daba la bienvenida de la brisa que tocaba nuestro rostro, obviamente las fotos no se hicieron esperar (no estábamos a diario en un lugar como ese) algunas compañeras y compañeros se dejaron abrazar por el agua que caía majestuosa por el lugar, como si estuviera dándonos la bienvenida.

Luego llevamos a cabo la Celebración de la Palabra guiada por mi persona y la reflexión por la hermana Pau. Pedimos perdón a nuestra Madre Tierra por el daño que le hemos causado debido a nuestro consumismo, al hacer o dejar de hacer algunas cosas, al hacernos las/os desentendidas/os a la realidad que estamos viviendo. Hicimos conciencia que como jóvenes tenemos un gran compromiso con nuestra Casa Común y que debemos ser ejemplo para las nuevas generaciones, que debemos amar y cuidar todo lo que nos rodea.

Tomamos conciencia de que nosotras y nosotros aún podemos admirar maravillas como las que nos rodeaba en esos momentos pero que había lugares donde ya no se podía contemplar este tipo de paisajes.

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Se nos hizo la invitación a comprometernos y ser signos de esperanza para las demás personas, que como Iglesia debemos ser las y los primeros en dar ejemplo, que debíamos tener misericordia también por nuestra Casa Común y que podemos ser agentes de cambio ante una realidad tan dura, que no importara que tuviéramos que nadar contra la corriente, que como jóvenes tenemos que ser portadores de esperanza para un mejor mañana porque todo esto es entregado por el amor gratuito de Dios que nos quiere a todas y todos felices.

Al terminar la Celebración de la Palabra, compartimos juntas y juntos el almuerzo, cada quien puso en común lo que llevaba de manera que todas y todos nos deleitamos de los sagrados alimentos. Luego nos pusimos en marcha para regresar a la comunidad y reiteramos nuestro compromiso por cuidar la creación que Dios nos ha dado.

Íbamos a medio camino cuando nos sorprendió la lluvia, nuestra primera reacción fue correr para refugiarnos en algún lado pero luego dejamos que esa lluvia nos envolviera en sus brazos, sentimos que fue una manera en que Dios nos hablaba y nos hacía ver que Él, también se hace presente en nuestro entorno solo que a veces no nos percatamos de eso, el resto del camino lo disfrutamos al máximo, jugábamos con el agua, era como recordar viejos tiempos como cuando disfrutábamos de la lluvia sin importarnos que nos fuéramos a enfermar. Entre risas y un profundo agradecimiento regresamos al lugar donde ya nos esperaba el carro que nos iba a traer de regreso al centro de Colomba, a nuestra realidad.

El agua no paraba, así que en todo el camino algunos/as veníamos disfrutando de la lluvia, otros/as refugiándose bajo el nylon que llevaba el carro, cada quien disfrutando a su manera. Fue un encuentro muy bonito, el lugar se prestó para ello y el toque mágico lo dio la lluvia que nos sorprendió.

En lo personal fue uno de los encuentros que más he disfrutado, no solo por la alegría de todo lo vivido sino también por el compromiso que eso significa en mi vida, el compromiso de cambiar en pequeñas cosas para contribuir con el cuidado de nuestra Madre Tierra que pide a gritos que se le preste atención, en la Casa Común que se está deteriorando día a día y que si no hacemos nada estaremos contribuyendo a la agonía de la misma.

Como jóvenes, debemos sentirnos parte de la creación, como una semilla que va germinando en el vientre de nuestra Madre Tierra para luego convertirnos en fruto de esperanza, esa esperanza que ella tanto anhela como sueño del Dios de la Vida.

Cabe preguntarnos individualmente ahora… ¿Qué estoy haciendo yo por cuidar y defender a la Madre Tierra? ¿Qué acciones concretas estoy realizando? ¿Realmente me importa cuidar la creación de Dios?

Sería importante evaluarnos primero y ver si realmente estamos trabajando en ello o, solo somos simples espectadoras/es que no hacemos nada por defender y detener este deterioro hacia nuestra Casa Común.

Marleny Yoc
Integrante de la Pastoral Juvenil
Parroquial de Colomba

“LA FORMACIÓN ES CONSTATE Y NECESARIA”

El 13 de mayo del 2015 inicio la formación del personal que brinda su servicio en el Dispensario de Sta. María de la Meced. El grupo que trabajamos en este dispensario lo conformamos 7 personas. Los temas que se dieron durante casi ya dos años fueron relacionado con el crecimiento personal y conducido por la hermana Nila, especialista en estos temas, coordinada conjuntamente con la hermana Liliam.

La experiencia que hemos tenido todas es que, al recibir nuestros temas, hemos ido descubriendo cada quien lo que tenemos guardado dentro y que lo sacamos en el momento preciso y que nos hace daño a nosotras, a quienes tenemos más cerca en nuestra familia y la sociedad con la que convivimos diariamente.

Durante estos años hemos descubierto muchas experiencias negativas que nos han metido en nuestro interior debido a nuestra historia y otras experiencias recibidas. No perdemos la esperanza de que al descubrir todo lo que nosotras tenemos dentro, un gran potencial, podemos ayudar a las demás personas y seguir una transformación para tener una mejor sociedad.

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No se puede cambiar sin descubrir lo que tenemos guardado dentro si no perdonamos. Nuestro grupo es muy afortunado por haber recibido estos talleres gratuitamente. Hemos aprendido que no solo existen enfermedades corporales o físicas, si no que estamos enfermas/os del alma y que esto repercute en el cuerpo.

Nuestro sincero agradecimiento a la coordinación de las hermanas por haber pensado en nosotras/os para cambiarnos nuestro mundo interior y que seamos luz para las demás personas. Esperamos seguir formándonos porque la formación es constante y necesaria. Agradece todo el grupo participante.

Enfermera Laura Escobar Menchú
Encargada de Medicina Natural

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“VISITANDO CON MUCHO CARIÑO”

Conocemos cómo para las personas latinoamericanas el amor y respeto por las personas difuntas es muy grande, así que nuestra comunidad MMB en Colomba, Guatemala en pleno y las dos Voluntarias de México, Ani y Magui, que han estado por varios meses con nosotras, fuimos a rezar y llevar flores a nuestra Hermana Vicky Ramíez.

Cuando llegamos a su tumba, ya algunas personas le habían visitado, porque ya tenía flores y adornos, nos pusimos a limpiar las yerbas y ordenar las flores. Estando ahí, llegaron algunos miembros de la “Comunidad Hermana Vicky” que en honor a ella tiene su nombre.

Acomodaron sus flores y rezamos con ellas y ellos. Doña Yoli, quien es la responsable de la Comunidad, entusiasma a sus miembros y siempre están dispuestos a acompañar y visitar a las enfermas, realizar las posadas y acompañar a quienes han perdido a un ser querido. Ella, Doña Yoli tiene la gran cualidad de hacer unas oraciones muy significativas, que llegan al corazón.

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Permanecimos en este ambiente familiar un rato, compartiendo y agradeciéndoles que se acordaran tanto de Vicky. Incluso la Comunidad Vicky se quedó porque dijeron que tenían algo que confirmar con Vicky, platicar un ratito con ella.

Así, nosotras nos retiramos porque queríamos solidarizarnos con otras personas que estaban también en el cementerio e irles acompañar en este momento especial.

Desde esta experiencia del Día de los Fieles Difuntos como tradicionalmente le conocemos, sentimos que es muy agradable saber cómo recuerdan a nuestra hermana Vicky, con tanto cariño, con tanto aprecio y cómo se siguen encomendando a su intercesión.

María Micaela Reynoso, MMB

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“PASO A PASO HACIA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD”

“No hay cambio sin sueño, como no hay sueño sin esperanza”

Paulo Freire

El Instituto Guatemalteco de Educación Radiofónica, IGER. El Maestro en Casa. Con sede en Colomba Costa Cuca Quetzaltenango, es un medio alternativo para jóvenes y mujeres adultas que trabajan en la agricultura durante la semana y luego vienen a estudiar los domingos al círculo de estudios ubicado en Colomba.

Cada estudiante joven o adulta/o madruga para venir a estudiar los domingos, porque sueña y tiene esperanza que a través del estudio se pueden logran grandes cosas, paso a paso se alcanzan nuevas alternativas para vivir mejor y llevar el pan de cada día al hogar. IGER promueve una educación de acompañamiento para que jóvenes y mujeres adultas sean protagonistas de su propio desarrollo personal, familiar y comunitario.

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Que paso a paso se logra una mejor educación en las comunidades del área rural, de las cuales es la mayoría de jóvenes y mujeres adultas las que asisten al centro de estudios en Colomba. IGER facilita una educación de autoestudio donde el mismo estudiante es el eje central de su propio aprendizaje.

En estos años se ha tenido la experiencia de acompañar a Edison un joven de capacidades especiales, que alcanzo su triunfo de salir de 3ro Básico (Secundaria), que se hizo participe en la clausura 2016, recibiendo el Diploma de Reconocimiento, por su ardua labor y persistencia en la realización de sus estudios de nivel medio.

Este joven nos deja una cátedra de vida ¡Que no hay obstáculos que no se puedan vencer! Con perseverancia y corresponsabilidad todo es posible. Gracias a todas y todos las/os que creen y hacen posible que esta educación a distancia sea una realidad en nuestro pueblo de Colomba.

Nila Torres, MMB
Coordinadora IGER Colomba

“EDUCAR EN LA FE”

Con motivo de nuestro Retiro para Catequistas, nos reunimos en la casa de las Hermanas, para irnos todas/os juntos en la picop de don Otto, porque la situación con los mareros, aquí en Colomba, Guatemala está difícil, y el retiro lo íbamos a realizar en el salón de San Antonio, donde hay más espacio para ejecutar actividades al aire libre.

No llegaron todas y todos los Catequistas que esperábamos, con los 32 que llegaron, iniciamos las actividades a las nueve de la mañana, en base a los temas que habían pedido ellas/os sobre la “Psicología Evolutiva” y “María Reina y Madre de Misericordia”.

Comenzamos con la oración teniendo en cuenta el texto bíblico de Lc. 1, 39-56, María se pone en camino para abrir la puerta de la Misericordia en su encuentro con quienes eran descartadas/os por la sociedad. La Madre Misericordiosa ya asumiendo la voluntad de Dios, hace el camino de la Misericordia y comienza a transmitir ese amor del Padre que nos concede con el nacimiento de Cristo.

La primera parte que vimos, fue sobre el trabajo que elaboró la Hermana María Gloria Borobio en el Secretariado de Catequesis sobre la Psicología Evolutiva, una reflexión muy sencilla y profunda que se comprende fácilmente. Ellas/os mismas se identificaban con experiencias vividas y que tenían su origen en su tierna infancia.

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Profundizamos sobre las características psicológicas de 6 a 12 años, que es la edad en que las y los niños se preparan para su Primera Comunión, y profundizamos sobre los puntos necesarios a educar en la Fe a esta edad.

Seguidamente tuvimos la Eucaristía para afirmar nuestra Fe y compartimos el almuerzo, cada quien pusimos en común lo que traíamos y alcanzo para todas/os.

En la segunda parte, vimos a María que se hace cercana a las personas humildes, a las pobres, a quienes necesitan de la Misericordia de su Hijo. Nos llama la atención su presencia maternal, que en espera del nacimiento del Salvador ya asume su desempeño misionero y va en camino para compartir la alegría de Dios.

María Micaela Reynoso, MMB