“GRACIAS… DESDE EL CORAZÓN”

La Coordinadora en la Región México-Centroamérica del Instituto de Mercedarias Misioneras de Bérriz, Rebeca Cervantes Martín asistió a la celebración del 65 Aniversario de nuestro Colegio de Guadalajara, Jalisco en México. Deseamos compartirles su sentir y las palabras de aliento que en el marco de esta celebración ha compartido con la Comunidad Educativa del Instituto de la Vera-Cruz y así, con todas las hermanas de las distintas Comunidades de Misión.

Se ha tenido una hermosa celebración por los 65 años en el nuevo espacio de las canchas de Secundaria y Preparatoria, donde estuvo presente todo el personal del colegio. La Eucaristía fue presidida por el P. Alex de la Consolata y también estuvo Federico Jiménez quien por 30 años fue capellán del colegio, por lo que fue muy bella su presencia.

A continuación hubo una verbena en el patio central en la que se compartió con papitas, donas y bolis. Era hermoso ver a las pequeñas de Maternal y Kínder con los “bigotes de chocolate” saboreando el rico refrigerio. Por último y con broche de oro, el Mariachi alegró el momento y toda la Comunidad Educativa estuvo muy contenta.

Les compartimos de manera especial las palabras que al finalizar la Eucaristía fueron dirigidas por Rebeca Cervantes Martín en nombre de todas las MMB’s:

Gracias es una palabra que lo dice todo cuando se expresa desde el corazón, aunque a veces como que queda corta para toda la profundidad, cantidad y tiempo que quiere abarcar, porque 65 años del Instituto de la Vera-Cruz, no son pocos años… y menos si vamos a nuestras raíces.

Gracias a aquellas tres primeras mujeres que en 1540 iniciaron un beaterio, que luego se convertiría en un convento de Clausura Papal de doble reja.

Gracias a la Madre Margarita, que desde su profunda vida interior, y desde las tres miradas: a Cristo, a su Madre y a la Iglesia nació en ella y en las 94 monjas de aquel convento, entre montañas, el anhelo irresistible de hacerse misioneras, y así un 19 de Septiembre de 1926 rompieron la clausura y se fueron a China Continental, Japón, Micronesia…

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Porque todas esas hermanas supieron estar abiertas a la Sabiduría del Espíritu, a los signos de los tiempos, es que hoy existimos como Mercedarias en los 5 Continentes. Es por eso que este Instituto de la Vera-Cruz pudo nacer, crecer y enraizarse en esta tierra tapatía hasta el día de hoy. Por eso hoy ustedes son alumnas de esta institución que las acoge con cariño y dedicación.

Por estas aulas han pasado miles de alumnas, muchas de ustedes podrán ponerle nombre, rostros a ellas: sí, es mi mamá, mi abuela o bisabuela. Entre esas ex-alumnas me cuento yo, allá por 1952 cuando el colegio aún estaba en Vallarta y Unión, tiempo después ya aquí, y aunque fue breve mi estadía, el testimonio de aquellas hermanas, entregadas, con pasión por su Misión, alegres e irradiando felicidad, fue un impulso en la vocación que ya existía en mi corazón de ser misionera… gracias hermanas. Años más tarde tuve la alegría de poder prestar a distintos niveles servicios en “mi colegio” luego me fue dado el gran regalo de ser enviada a otras realidades entre las personas más empobrecidas, todas estas experiencias han dado profundidad y sentido a mi vida misionera.

Gracias también a tantas hermanas MMB’s, de diversas nacionalidades y culturas, que desgastaron su vida en este colegio, no voy a dar nombres de ninguna porque sería imposible, pero desde directoras, inspectoras que era como se llamaba entonces a las encargadas de cada grupo, también dando clases, o al frente del Internado donde había más de 100 niñas, a las que desde la administración velaron por la economía o quienes con su labor oculta, callada, fueron un gran pilar y sus nombres están inscritos con sudor y entrega en cada ladrillo de estos muros del colegio… si ellos hablaran cuántas cosas nos dirían.

Gracias al Laicado que ha dejado parte de su vida al servicio de la educación en esta Institución: directoras, maestras, o en otros muchos y diversos servicios escolares. Al personal de intendencia que mantienen estos jardines y la limpieza de colegio haciéndonos la vida agradable. A los Padres de Familia, a las Mesas Directivas por su apoyo incondicional.

Gracias a tantas ex-alumnas que han ido asumiendo como estilo de vida nuestro ser Mercedario Misionero, el Carisma Liberador, dando testimonio de compromiso radical por “Llevar la Verdad” en diversas situaciones aún de riesgo.

Gracias por el espíritu misionero de este colegio, como muestra el UNDOKAY, y a quienes a lo largo de los años han colaborado para que el fruto de él sea un apoyo a quienes más lo necesitan.

Hagamos unos momentos de silencio para honrar a todas las alumnas, a las MMB’s, a las diversas comunidades educativas que a lo largo de 65 años han pasado por esta Institución dejando jirones de su vida, y que han sido forjadoras de lo que hoy es este Instituto de la Veracruz…

Ustedes actuales alumnas tienen en sus manos la estafeta, les toca vivir una realidad que no es fácil en un mundo neoliberal, que crea cada día brechas más profundas entre las pocas personas que se enriquecen enormemente a costa de muchos millones de personas empobrecidas. Ustedes tienen una gran Misión, un gran reto, “Llevar la Verdad”, el Carisma Liberador que aquí están recibiendo para así, construir un mundo de justicia, de paz, donde todas y todos en verdad nos podamos llamar hermanas y hermanos.

Que Jesús fuente y sentido de nuestras vidas y María de la Merced acompañen a toda la actual Comunidad Educativa en este caminar.

Rebeca Cervantes Martín, MMB

“DAMOS GRACIAS POR 65 AÑOS

DE FORMACIÓN EDUCATIVA EN GUADALAJARA”

El pasado 5 de septiembre en el Instituto de la Vera-Cruz se cumplieron 65 años de presencia educativa en la ciudad de Guadalajara Jalisco, México; 65 años de formar mujeres que trascienden, mujeres con un sentido de vida humano, de servicio, de esperanza, de fe.

Con una acción de gracias dio inicio el año jubilar para conmemorar el Aniversario del colegio. La fiesta se llevó a cabo de manera interna con las alumnas y el personal de toda la Institución. En medio de un ambiente de comunidad, todas y todos, hicimos un alto para reconocer, admirar y agradecer todas las experiencias positivas que recibimos del colegio, valorarnos como mujeres, tener una visión nueva del mundo, vivir la amistad, la entrega en el servicio, una relación más cercana con Dios y con las demás personas, y como parte de este reconocernos como Comunidad Mercedaria, dimos gracias también a las familias y sus papás, que han confiado en el Instituto que hace que todas y todos seamos mejores personas, cada vez más libres y liberadoras.

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Como parte de la formación que nuestras alumnas reciben, en el marco de esta acción de gracias, se realizó el envió para el trabajo que las niñas y jóvenes realizaran a través del GRUMMER- Grupo Misionero Mercedario y el Servicio Social, invitándolas a vivir ese amor compartido en sus familias, con sus compañeras, profesoras/es, personal del colegio para que con su disposición, entrega, alegría, servicio para y por las y los demás, puedan hacer palpable el Carisma Mercedario en la creación de una sociedad más justa, de hermandad y solidaria. Recordando que construyendo, transformando y moviéndose son siempre portadoras de llevar la verdad.

Luego de la Eucaristía, continuamos nuestra celebración con una convivencia entre los cuatro niveles de la Institución, en la que las alumnas y personal del colegio nos dimos la oportunidad de compartir un espacio de tiempo y recreación juntas/os como Comunidad Educativa.

Natalie Alonso
Departamento de Pastoral Integral

“INTERIORIDAD”

“Nuestra oración y contemplación ha de ser tal…
que su fruto sea el trabajo, la entrega a la Misión”
M. Margarita

Vivimos en un mundo en el que cada vez hay más ruidos, más prisas, menos tiempo, menos silencio y menos paz. Por ello, como Instituto de la Vera-Cruz hemos apostado en este curso escolar, por ir introduciéndonos en algo tan importante como es la “interioridad”.

El objetivo de este proyecto es que la interioridad se convierta en nosotras y nosotros en un estilo de vida: que seamos capaces de vivir atentas y atentos a lo que sucede en nosotras/os mismas/os, en las demás personas y en el mundo que nos rodea y así, capacitarnos para vivir en el presente, siendo conscientes del acontecer de Dios en todo.

Algunos de los objetivos específicos a realizar son:

-Desarrollar y crear espacios para que el personal adulto del Instituto practique y viva el silencio.
-Desarrollar y crear espacios para que las alumnas del Instituto aprendan y practiquen el silencio diariamente.

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En concreto queremos potenciar acciones como:

-Dos momentos de silencio cada día: 10 minutos en la mañana de interioridad-oración y 5 minutos después del recreo para orar por la “paz”.
-Cada 15 días durante la media hora del recreo tenemos “Adoración al Santísimo” y oración guiada para las alumnas y el personal que quiera estar presente.

Ya hemos comenzado a practicar y hacer vida esto que deseamos crecer y apreciar más, podemos decir con alegría y esperanza que se va notando un ambiente de más silencio y tranquilidad.

Confiamos en que cada vez más gustemos de ello y lo vivamos como un regalo para contactar con nuestro interior y descubrir a Dios en él.

Gema Castillo, MMB

“65 AÑOS DEJANDO HUELLA MERCEDARIA”

Celebrar 65 años del Instituto de la Vera-Cruz, es celebrar el paso de Dios Merced y Misericordia en nuestra historia a lo largo de seis décadas y media. Así lo estamos viviendo y sabemos que la huella mercedaria que se va dejando, transforma vidas, familias y espacios sociales a luz de María de la Merced que ilumina este caminar.

Vivimos con entusiasmo esta fiesta de aniversario y así mismo, la celebración de María de la Merced, participando en diversas actividades que están llenas de signos del Carisma Liberador de las MMB. Alumnas, personal docente y directivo, nos dimos a la tarea de preguntarnos acerca de la huella que el colegio va dejando en nosotras y nosotros; ante tal pregunta hemos quedado sorprendidas de las respuestas. Esta huella es posible, gracias al trato cercano entre alumnas y docentes, por los espacios de oración, las experiencias en misiones y servicio social.

He aquí algunas expresiones:

-“Gracias al colegio he aprendido a valorar y querer a las personas por lo que son, no juzgarlas ni por apariencias, ni por ninguna otra diferencia. He aprendido también a no excluir y a tratar a las personas como debe de ser”.

-“El espíritu de servicio a las demás personas, es haber aprendido que siempre hay una manera de ayudar y hacer algo por alguien, he aprendido a interiorizar conmigo misma…”

-“El colegio me ha dejado valores como la solidaridad, las ganas de apoyar, el ver por las demás personas, el tener la disposición de ayudar o dar algo de mí aunque me cueste. Me he dado cuenta que también la manera de tratar a la gente es parte de lo que el Carisma Mercedario ha dejado en mí, el tratar a todas las personas por igual, sin distinciones y también el no confundir la verdadera felicidad con el dinero”.

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Por otro lado, disfrutamos de la proyección del video de los 50 años, voces y hasta gritos de exclamación surgían ante datos, fechas, pero sobre todo ante las personas que aparecían, con este referente, volteamos la mirada a lo que en el colegio hemos aprendido en los siguientes quince años, es decir, desde aquella celebración hasta el día de hoy.

Además, reflexionamos la parábola del “Buen samaritano” relacionándola con la formación que vivimos al compartir el Carisma Mercedario desde esta Comunidad Educativa. Concluyendo que la vida y el corazón de quienes compartimos ese Don del Espíritu, se transforma de manera progresiva, de tal forma que nos vamos convirtiendo en personas compasivas, sensibles, que viven desde la gratuidad y hacen algo a favor de las personas y grupos más vulnerables.

En este primer marco del festejo por los 65 años, cerramos con una verbena y convivencia de todos los niveles, cantando, dialogando, bailando, sintiendo el espíritu de Familia Mercedaria Misionera.


Araceli Sánchez Llamas
Educadora en la fe, 3ro de Preparatoria

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“FIESTA A MARÍA DE LA MERCED

EN EL INSTITUTO DE LA VERA-CRUZ”

El pasado 24 de septiembre en el marco del 65 aniversario de fundación del Instituto de la Vera-Cruz celebramos la festividad de María de la Merced, ¡Nuestra gran fiesta Mercedaria! Lo hicimos con toda la Comunidad Educativa; alumnas, maestras, maestros, coordinaciones, personal administrativo, de intendencia, madres y padres de familia, exalumnas y personas que desde distintos momentos a lo largo de estos años han formado parte de la historia.

Con una asistencia de alrededor de 2,000 personas y con la participación de un coro formado por exalumnas, este año la Eucaristía en honor a la Virgen de la Merced, tuvo la característica particular de hacer partícipe a las exalumnas y exalumnos (ya que el Instituto fue mixto en sus inicios), a través de un desfile de generaciones desde 1949 hasta una proyección a futuro para el año 2030 con las alumnas de pre-kínder.

Desde un inicio se vivió un ambiente en familia, un ambiente de fiesta y de celebración, todas y cada una de las personas que llegaban a las instalaciones del colegio manifestaban una gran alegría de volver a “su” colegio, de compartir nuevamente una fiesta, con expresiones como “que hermosa bienvenida”, “que bonito esta todo”, “estoy muy emocionada”, “me siento muy contenta” entre otras, eran las expresiones que ponían de manifiesto la alegría que se comenzaba a vivir desde muy temprano.

Hubo varios y diferentes momentos emotivos en la celebración, uno de ellos fue contar con la participación como celebrante el P. Gonzalo Rosas SJ, quien por muchos años colaboró muy cercanamente con las hermanas MMB y con el colegio; acompañaron al P. Gonzalo concelebrando el P. Alejandro Conti y Abishu Morke misioneros de la Consolata quienes actualmente nos acompañan en las diferentes celebraciones en el colegio y el P. Miguel quien es párroco de la parroquia a la que esta adjunto el colegio. El padre Gonzalo motivo en todo momento la celebración haciendo participe a todas las personas en distintos espacios, desde porras por parte de las mamás y los papas, hermanas MMB y alumnas, hasta las emotivas palabras de la primera alumna del colegio la Sra. Beatriz Watanabe de Cárdenas. Durante la Eucaristía se nos invitó en más de una ocasión a la reflexión de cómo vivimos hoy los valores del Evangelio, cómo podemos ser mujeres que trascienden desde el Carisma Mercedario y compartimos la vida con las personas más desfavorecidas.

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Otro momento especial fue durante las ofrendas al presentar los diferentes uniformes del colegio, ofreciendo el trabajo de 65 años de la Comunidad Educativa; cada una de las alumnas portó un uniforme representando una época en la historia del colegio y simbólicamente, cómo ha ido evolucionando con apertura a los signos de los tiempos y respondiendo a las necesidades de nuestras alumnas.

Antes de finalizar la celebración y hacer la consagración a Maria de la Merced, se nos compartió un saludo por parte de la Hna. Martha Elena Huerta Directora General del Colegio, quien por cuestiones de salud, no nos pudo acompañar. La emoción llegó cuando todas las alumnas gritaron una porra para ella quien posteriormente se asomó por una de las ventanas de la residencia y saludó a distancia a todas y todos. La alegría de la fiesta era evidente y las lágrimas en algunas de las persona no se hicieron esperar.

Hacia el final de la celebración todas las alumnas y personas asistentes realizamos la Consagración a la Merced dirigida por la Hna. Gloria Alicia Garcia de Alba, todas y todos unidos en una sola voz, nos consagramos a Maria de la Merced para que así con su presencia, podamos ser “Libres para Liberar”. Con la lectura de las palabras de felicitación de las hermanas Filomena Hirota Coordinadora General y Rebeca Cervantes Coordinadora Regional del Instituto de Mercedarias Misioneras de Bérriz, se dio la pauta para entonar el Himno del colegio y así con un sentido de pertenecía muy fuerte dio por termina la acción de gracias.

Luego de la Celebración Eucarística se invitó a las personas a pasar al auditorio del colegio para presenciar la exposición de fotografías de la historia del colegio que se había montado en ese espacio, así mismo a un costado del auditorio en “el patio de los cantaros”, se dispuso de mesas con un refrigerio y bebidas para ofrecer a las personas asistentes. En este mismo espacio, se montaron dos vistas para tomarse la foto del recuerdo, muchas de las generaciones asistentes, así como el personal del colegio, no perdieron la oportunidad para hacerlo.

En este día la Comunidad Educativa, agradecemos por las vocaciones Misioneras Mercedarias de esta tierra mexicana y de otros muchos lugares del mundo, que durante 65 años han entregado su vida a este colegio, gracias por las que fundaron esta comunidad, gracias por las que después de haber cumplido con la Misión que les encomendaste ya están contigo, gracias por las que están en formación y por todas aquellas que siguen viviendo su Misión desde y en nuestro colegio.

Damos gracias a todas y cada una de las personas que han formado parte de la historia de la institución, hacer mención a cada una de ellas me haría caer en el error de dejar fuera a alguien, por ello este ¡Gracias! es para cada una de las personas que han colaborado con el Instituto de la Vera-Cruz y por aquellas que formaron parte de la organización de esta hermosa fiesta a María de la Merced.


Natalie Alonso
Departamento de Pastoral Integral

“ALEGRÍA COMPARTIDA CON LAS NIÑAS”

Soy Gema Castillo y de nuevo les comparto que tengo la suerte de acompañar mi vida en una casa de acogida para niñas con problemas familiares de maltrato y abandono en Guadalajara, Jalisco en México.

En la casa viven 35 niñas con edades comprendidas entre los 2 y 18 años. Por las tarde les ayudo a hacer las tareas del colegio y también hacemos manualidades como pulseras, bolsitos, dibujos, etc.

Las sencillas actividades que realizamos juntas, son una gran ocasión para hacerlas felices y enfatizar su valor con un simple: “¡qué bien dibujas!”, “que bien combinas los colores”, “que bolso tan bonito has hecho” dándoles en este tiempo, la atención y el cariño que tanto necesitan y del que tienen todo el derecho, simplemente por ser niñas.

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Una vez más, siento que es más lo que recibo que lo que doy, ya que me aportan inocencia, sencillez, alegría, cariño y muchos otros valores. Además, hacen que crezca en mí la certeza de que la alegría compartida genera más alegría y esperanza, y afianzan en mí la experiencia de que lo que se invierte en amor, permanece y da frutos.

Gema Castillo, MMB