“PRESENCIA MISIONERA SIEMPRE AL SERVICIO”

El pasado 23 de mayo, la Comunidad Hermana Vicky de Colomba en Guatemala, ha realizado una celebración especial para despedir a la Hna. Nora, MMB.

Doña Yoli de Gutiérrez, responsable de la comunidad Hna. Vicky, organizó junto con Rocío y Don Otto quienes son Catequistas de la comunidad, este reconocimiento por la presencia misionera de Nora en su caminar como comunidad.

Tuvimos varias actividades como la oración realizada por Doña Yoli, Rocío dirigió los concursos, que fueron de “modelaje” allí participó la misma Nora quien ganó el premio. Yo, como voluntaria en el concurso, no sabía que me iban a pedir, pero fue fácil, me dijeron que imitara a Nora en lo que más hacia en Comunidad, la imite en el manejo del vehículo, porque siempre está al servicio de lo que se necesita y removiendo las cazuelas, porque le gusta cocinar y lo hace muy sabroso.

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Hubo cantos de la comunidad, las palabras de agradecimiento fueron muy emotivas. Llegaban al corazón los testimonios de cómo Nora les ha ayudado a consolidar su fe. Recordaron también a Vicky, porque ella participaba en la comunidad al menos una vez a la semana aunque ya estaba bastante enferma. Don Israel Barillas ofreció un gran testimonio, diciendo que gracias a Vicky el seguía en su compromiso cristiano.

Al finalizar este compartir, nos ofrecieron el consabido tamalito con café y le regalaron a Nora un enorme pastel. Fue una bella velada, donde participamos todas las Hermanas de la Comunidad MMB.

María Micaela Reynoso, MMB

“UNA REFLEXIÓN QUE BROTA DE LA IMPOTENCIA”

“Dar al Cesar lo que es del Cesar
y a Dios lo que es de Dios”

En una realidad como la actual, en la que la mayoría de las personas viven asediadas por la violencia, la impunidad y las extorsiones, cabe preguntarnos ¿Qué es lo del Cesar y qué es lo de Dios? Cuando vemos que la población en nuestra misión de Colomba en Guatemala, vive de lo que gana en el día a día y que difícilmente se puede ahorrar debido al encarecimiento de la canasta básica, la falta de recursos en el sistema hospitalario, la precariedad del sistema de educación y sobre todo la falta de trabajo. Estas son sólo algunas de las necesidades que se tienen que cubrir a un alto costo, simplemente porque hay quienes se sirven del dinero del pueblo y matan con sus acciones a muchas guatemaltecas y guatemaltecos.

El Cesar se sirvió del pueblo, lo que le interesaba era ganar, tener, poseer riqueza a costillas de las personas pobres. A él no le interesaban las necesidades de las demás personas y simplemente, en el hoy, pide-extorsiona, se inventa impuestos o roba lo que no es suyo. La disyuntiva de dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios, no separa aquí los intereses de unas personas de otras.

A Dios le pertenece todo, es el dueño de la mies y todo lo que hay en ella. Lo que Jesús quería dar a entender es que como ciudadanas y ciudadanos debemos cumplir con unos compromisos adquiridos por ser miembros de la sociedad y esto se paga con la moneda que lleva el rostro del mismo Cesar. Pero también quiere dar a entender que es necesario darle a Dios lo que es suyo. En el caso de las y los jóvenes, que aún no cuentan con algo propio, sino que viven de lo que sus padres les dan, se traduce en tiempo, esfuerzo, participación y voluntariado, en otras palabras, en el servicio que pueden prestar para mejorar su entorno social, cultural o religioso. Y por ningún motivo deben de darle a los poderes dominantes (Cesar) algo que sólo le pertenece a Dios, su dignidad, el sustento de la vida y con ello la vida de las hijos e hijos de Dios.

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Nadie tiene derecho de arrebatar la vida a las hijas e hijos de Dios, simplemente porque nadie pagó la extorsión, nadie puede servirse de la dignidad humana y quedarse con el fruto del trabajo de las personas pobres como si nada pasara. Quitarles a las más pobres el pan, para cubrir necesidades de estructuras sin rostro, que tienen atemorizada a la población, es sin duda una de las más grandes aberraciones que nos está aconteciendo, porque se alimenta a los y las hijas con la sangre que derrama el pueblo.

Hay un dicho que versa “el valiente vive, hasta que el cobarde quiere”, en Guatemala hay más personas buenas que malas y hay un tiempo para todo. Llegará el día en que, quienes se creen valientes se darán cuenta de su cobardía y las voces de las personas empobrecidas se oirán, gritarán tan fuerte que nadie podrá dejar de oírlas.

Nora A. Gómez Mares, MMB

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