“ENTUSIASMO POR SEGUIR A JESÚS”

En febrero de este año 2016, inició la preparación de las y los jóvenes para el Sacramento de la Confirmación en nuestra Parroquia de la Asunción en Soyatitán, Chiapas.

Son jóvenes con inquietud de hacer este sacramento por el compromiso de seguir a Jesús y su proyecto de vida. A lo largo de esta preparación, van descubriendo los diferentes servicios en donde pueden y desean apoyar, como en la Catequesis para Primeras Comuniones, en los Grupos Juveniles, etc.

También he ido constatando su compromiso como Catequistas su responsabilidad, sensibilidad y cercanía con sus grupos de niñas/os, jóvenes y adolescentes, con sus familias, con su comunidad.

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Los grupos que continúan esta preparación pertenecen a las diferentes comunidades de la Parroquia: Limón II, Hernández Hernández, Los Pinos, San Vicente Agua Bendita, Pujiltic, Gloria, El 20 de noviembre y Soyatitán.

En el recién pasado mes de junio se está llevando a cabo el “Primer Retiro-Taller” para enriquecer este caminar juntas y juntos, realizándolo en las diferentes comunidades. Desde este momento especial, se les nota muy entusiasmadas/os a todas y todos por seguir adelante en su compromiso al prepararse en esta Catequesis.

Sandra Barrios Tol, MMB

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“ESPECIAL VISITA A NICARAGUA”

La comunidad completa (Abdontxu, Ana Lourdes y Pau) y Nidia Martínez, exalumna del colegio de Chinandega, nos esperaban a mí y a Filo en el aeropuerto de Managua; después de una cálida bienvenida con comida nicaragüense, continuamos el viaje rumbo a El Viejo acompañado por un paisaje verde y los volcanes humeantes que se divisaban de lejos.

Por la noche hacia las 9:30pm tuvimos un remesón de un temblor de 6.3 grados, seguido de las replicas que nos han acompañado durante el tiempo de nuestra estadía en El Viejo y aprendimos a convivir con ellas. El día 10 tuvimos la reunión con la comunidad, un compartir profundo de la Vida-Misión con sus retos y esperanzas. A lo largo del día la gente conocida llegaba a saludar a Filo y algunos grupos que deseaban expresar su gratitud por los años compartidos con las MMB y otros a pedir la permanencia de las hermanas en El Viejo.

La gente está viviendo sentimientos encontrados al igual que nosotras, una tristeza grande por el cierre de la Misión de El Viejo y al mismo tiempo agradecimiento profundo, mirada esperanzadora hacia el futuro y compromiso por seguir adelante, poniendo en práctica lo aprendido de las hermanas durante estos 46 años.

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Visitamos los diferentes espacios en los que las hermanas han trabajado: Casa Esperanza, la Fundación Amigos de Holanda, el Centro Recreativo. La visita a la Casa Esperanza fue entrañable, cada una de estas personas discapacitadas han expresado entre lágrimas su gratitud por toda la ayuda recibida de las hermanas que han pasado por este centro y de manera especial a Filo, en este despedida no podía faltar el baile animado por los “Chicheros”.

El día 11 tuvimos la visita del Obispo acompañado del Párroco y de un Sacerdote viejano. Tuvimos un dialogo ameno y cordial, el Obispo Mons. Bosco Vivas, expresó su agradecimiento por el servicio prestado en la evangelización durante estos largos años en la diócesis.

Los 5 días de visita a Nicaragua fueron días intensos de encuentro con la gente, donde pudimos palpar y constatar toda una historia de vida compartida y entregada de tantas hermanas que han dejado huella en el corazón de este pueblo tan querido para todas las MMB.

Julia Prado, MMB
Miembro de la Comisión Central

“AGRADECIENDO LA MISIÓN”

Recapitulando las palabras de la Coordinadora General de nuestro Instituto de Mercedarias Misioneras de Bérriz, Filomena Hirota, queremos compartir nuestro agradecimiento por la Misión en Nicaragua.

Expresamos de nuevo con el corazón lleno de dicha, las gracias por haber acompañado nuestro caminar durante casi medio siglo en esta Parroquia de la Virgen de la Inmaculada de El Viejo.

Teniendo presente que Dios nos llamó a servir en esta tierra nicaragüense bendecida por la presencia de la Purísima hace 46 años, agradecemos esta Misión viejana llena de desafíos durante estos años en los que el país ha vivido muchos cambios y también sufrimientos. Hemos aprendido de ustedes lo que es “vivir dando la vida”, el sentido profundo de la fe, la confianza y la gran virtud de la resiliencia, es decir, saber vivir la “esperanza contra todas las esperanzas”. Su fe en el Dios de la historia y el gran cariño a María Santísima nos han acompañado a responder a Dios que nos sigue llamando a su Misión de la Merced.

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Nos retiramos de esta Misión entrañable de El Viejo, queriendo acompañarles a ustedes en el querer caminar, vivir y fortalecer su seguimiento a Jesús. Nuestro servicio misionero y pastoral seguirá dando frutos en cada una y cada uno de ustedes en la profundidad de su compromiso de ser seguidoras/es de Jesús.

Estamos contentas porque la Fundación Amigos de Holanda, regalo del querido y recordado Padre Teo, seguirá su presencia en El Viejo como una expresión de solidaridad internacional, compartiendo la vida y la esperanza con el enfoque siempre hacia las personas más necesitadas.

Pedimos que nos recuerden en sus oraciones. Nosotras llevamos al pueblo viejano en nuestro corazón siempre pidiendo que les siga bendiciendo con su ternura liberadora.

Comunidad MMB de El Viejo

“RECONOCIENDO EL QUERER DE DIOS”

“Maestro, ¿Dónde vives?…Vengan y verán”
(Juan 1,38-39)

Una vez más como es nuestro compromiso, hemos realizado nuestra Jornada Vocacional programada para el mes de junio, en la parroquia San Pedro Nolasco, de San José la Comunidad, donde fueron convocados los jóvenes y señoritas dispuestos/as a compartir reflexiones que iluminen el sentido de la vida y sus búsquedas personales, reconociendo el querer de Dios en su propia historia y caminar.

La Jornada Vocacional fue iluminada con el mensaje bíblico de Juan 1,38-39: “Maestro, ¿Dónde vives?…Vengan y verán”, ahondando en las preguntas que a cada persona le van asaltando en el camino, especialmente en su etapa de juventud. Muy conscientes de la necesidad de brindar espacios que orienten e iluminen el sentido de vivir de cada joven, descubriendo el llamado que Dios nos va haciendo a cada persona, dando pistas para ir construyendo sus sueños desde el querer de Dios, desde la libertad personal, sobre todo conscientes que todas y todos hemos sido llamadas/os para vivir plenamente, tal como lo anuncia Jesús.

Se inició con el tema de “Vocación a la Vida”, seguidamente, se presentó un espacio de experiencias y testimonios de personas que desde su opción de vida muy particular van viviendo entregadamente su vida al servicio de la familia, su comunidad y a la iglesia misma. En está ocasión, Ana Noemi, MMB, compartió su experiencia y caminar como Mercedaria, desde el inicio de sus búsquedas, preguntas e inquietudes, hasta hoy día. En seguida Sara Rodas compartió muy libremente su caminar y compromiso como Laica comprometida, luego tuvimos la oportunidad de iluminar con la experiencia de la vida matrimonial, con la participación de Felisa y Hermelindo, dos personas con un compromiso y fe arraigada en Dios que va acompañando su vida y su caminar, abrazando sus momentos de dificultad y regalo, como lo expresaron ambos. En cuanto a la experiencia de vida misionera masculina fue compartida por Domingo Francisco Caño, Misionero Oblato.

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La jornada fue muy enriquecedora para todas y todos los participantes, puesto que se recogió la experiencia con una serie de preguntas lanzadas por las y los jóvenes que participaron durante la jornada. Como siempre agradecemos y honramos el trabajo y disponibilidad de las y los coordinadores de las Comunidades Eclesiales de Base, quienes generosamente nos apoyan en estas jornadas.

Agradecemos a nuestro buen Dios que nos ha permitido una vez más compartir y promover la vida toda como vocación y que, a través de la persona de Jesús, estamos todos y todas llamadas a vivirnos según el sueño de Dios, nos lleva a constatar y afirmar la elección tierna, libre y amorosa que Dios ha hecho en cada persona desde el vientre de nuestra madre.

Agradecemos a la juventud que supo responder en la actividad y fueron quienes dinamizaron el compartir con su participación. A nosotras las hermanas Mercedarias de la comunidad de Cotió en Guatemala, hemos podido trabajar en equipo uniendo los esfuerzos y energías para hacer posible esta actividad esperada y planificada con gusto y esperanza. Concluimos agradeciendo la novedad de Dios que se presenta en lo sencillo, en lo suave de la vida misma, quien apuesta por la felicidad y realización de sus hijas e hijos sin ninguna distinción.

Ileana Vásquez Chacaj

“CRECER EN EL SERVICIO Y LA ENTREGA MUTUA”

Soy Ana Noemi y quiero compartir que he tenido la gran oportunidad de hacer por un mes un voluntariado, en el Hospital Materno Infantil Juan Pablo II, que se encuentra en la colonia El Rosario, Mixco en Guatemala.

Desde el momento en que me acerque al hospital para solicitar un servicio voluntario, no dudaron en recibirme, y a partir de ese momento, forme parte del equipo de trabajadoras y trabajadores del hospital. Desde el inicio me brindaron la confianza y la oportunidad de poder aprender, capacitándome en la labor y que el servicio y la entrega fuera mutua. Me sentí con total disponibilidad a realizar cualquier trabajo que me propusieran, le decía a Dios que fuera el trabajo que fuera, lo deseaba hacer con calidad, con entrega, ofreciendo lo mejor de mí.

Este voluntariado lo hice en el “Departamento de Archivo” donde se necesita de la rapidez, la habilidad y la memoria, porque es donde se registran los expedientes de cada paciente. Todo el día muchos de los expedientes entran y salen del departamento ya que mucha de nuestra gente busca y necesita ser atendida para sanarse. Así que es un trabajo de hormiga que no para.

Me sentí muy a gusto, contenta, sobretodo porque hubo grandes mujeres que me acompañaron, me enseñaron con paciencia y esmero cada detalle para poder realizar con responsabilidad y atención el trabajo que me asignaron… especialmente agradecida con Herminia y Valeria. También agradezco la confianza y la credibilidad que pusieron en mí y así, poder acompañarles por un mes en esta tarea que realizan día a día.

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Algo que me gustó y me motivo mucho, lo cual es de agradecer y celebrar, es que en el hospital, todo trabajo y cada persona de cada departamento tiene su valor y su grano de arena para que cada paciente salga del hospital fortalecida físicamente y espiritualmente. Todo departamento ya sea Recursos Humanos, Administración, Archivo, Cafetería y otros, aunque no tenga contacto con la/el paciente son parte de su proceso de rehabilitación y así lo hace sentir este organización.

Por otro lado, el contacto con el hospital me ayudó a percibir cuánta necesidad tiene nuestra gente y que la salud es sumamente importante en nuestra vida y, cuando falta, no solo sufre el/la paciente, sino que sufre toda su familia con ella. Me encontraba con familias dolidas, angustiadas, tristes porque sus hijas e hijos se encontraban hospitalizados. Fue muy significativa esta experiencia para mí, porque el dolor se sentaba a mi lado con la necesidad de saber ser acompañado y escuchado. Por medio de ello, conocí a muchas personas junto con sus realidades y en ellas Dios se me hacía tan presente de manera vulnerable, pero también, lleno de energía porque se hacía presente en cada mujer y hombre que con su profesión respondían a esta necesitad tan vital en nuestra vida.

Gracias al Hospital Materno Infantil por abrirme las puertas y vivir el valor de la entrega sin reserva, de la lucha cotidiana y la sensibilidad por las personas más necesitadas.

Ana Noemi Chocón Ajcú, MMB

“RENACER EN MÍ”

Quiero dar gracias al Señor por mi vocación misionera… “Quisiera clarificar y estampar en todos los pueblos, en todas las razas y hasta en los confines del mundo la imagen de Cristo Redentor oscurecida en la cruz” (M. Margarita), a la Comisión Central, por haberme regalado este tiempo para el año sabático, al Área de África de haberlo permitido y al Área de México-Centroamérica por recibirme.

Llegué en octubre de 2015 a Guatemala y he estado en la Misión de Colomba, en Quetzaltenando donde he participado en las actividades apostólicas con las hermanas; desde esta pequeña experiencia de compartir la Vida-Misión con las hermanas, he visto, he vivido el amor y entrega de ellas al pueblo colombino. Hermanas, (Nila, Mica, Lilian y Nora) muchas gracias por su testimonio de vida, de cercanía y de amor al pueblo, vida entregada.

La vida de este pueblo es una lucha en todos los sentidos, pero lo que me ha impactado es que desde su pobreza y sencillez, es un pueblo muy acogedor, muy cariñoso, muy solidario y muy confiado en Dios en su manera de expresar su fe, es algo que se siente y que se palpa…“para poder y escuchar aprender de otra persona hay que saber callarse”.

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Durante este año de renovación tengo dos momentos fuertes. Los 4 primeros meses en la comunidad, 4 meses en CEFAS (Centro de Ejercicios Espirituales de Formación Apostólica y Social) y un mes otra vez en la comunidad de Colomba. Son 9 meses que yo leo como el tiempo completo de un embarazo, tiempo suficiente para la gestación de un bebe en el vientre de su mamá, con esto quiero decir que así me siento renacida, siento que ha sido una experiencia recreadora, regenerativa “es un renacer en mí”. En el momento en que sentí que ya no tenía nada ni nadie, es el momento que me di cuenta de la presencia permanente de Dios manifestada en las hermanas, presencia que me sostiene y acompaña, lo que llamo yo providencia; Él nos regala lo que necesitamos en el momento oportuno.

Los continentes Africano y Latino-Americano están muy lejos uno de otro geográficamente, pero muy cercanos culturalmente. Viviendo este tiempo en esta tierra, siento que son dos continentes gemelos que no se conocen y tienen la necesidad de descubrirse mutuamente, son dos pulmones en la evangelización, en la lucha por la dignidad de la persona humana, la justicia social, ecología, armonía entre el ser humano, la creación y la naturaleza.

Una y otra vez, muchas gracias a todas las personas con quien he compartido, y que han sido luz de la aurora mostrando el camino.

Elise Ngombe, MMB

“NUESTRO CAMINO POR EL INSTITUTO DE LA VERA-CRUZ”

Hoy nos tocó a nosotras terminar de escribir la última página del que será, tal vez, nuestro libro favorito por siempre: Nuestro camino por el Instituto de la Vera-Cruz. Hoy, tenemos que despedirnos de él y colocarlo en nuestra repisa de historias, porque sólo cerrando este, podremos escribir nuevos libros.

No nos dimos cuenta de cuándo comenzamos a escribir nuestra historia, éramos muy pequeñas cuando nuestros pies cruzaron la puerta de Preescolar, llegando a un mundo totalmente desconocido para nosotras. Y desde ahí comenzamos a recibir cada día, una serie de regalos que pudimos disfrutar y adueñarnos de ellos, sin embargo, hoy nos toca compartirlos. Regalos que se desprenden de un mismo envoltorio: “El Carisma Mercedario”.

Hay esencias que sellan nuestras vidas, y yo veo el Carisma Mercedario como un sello de tinta permanente que logrará dejar huella en todas las acciones que realice. A veces tendré que apretar más fuerte para que se marque, pero quedará allí.

Para unas fueron 15, 13, o 5 años tal vez los que fueron afortunadas de formar parte de una familia, y de poder llamar a este espacio “casa”. No nos dábamos cuenta de que día con día fuimos formando recuerdos y anécdotas que harían que hoy, la despedida fuera extremadamente difícil.

Cerrar este ciclo es hoy, para mí, una de las acciones más fuertes, significativas, nostálgicas y valiosas. ¿Cómo cerrar algo cuando tú todavía estás dentro de él? Sin embargo, creo que aquí nos han dado las herramientas para salir y brincar al mundo, porque desde siempre nos han dado una misión muy especial a cada una de nosotras, resumida, casi totalmente así: “Lograr que no se nos pase la vida nunca sin hacer algo grande por Jesús, porque en el colegio nos han educado para ser mujeres que trascienden, llevando siempre la verdad y viviendo relaciones incluyentes”.

Hoy, nos toca lograr que lo aprendido dentro de este lugar traspase las paredes del Colegio: Hoy, nos llevamos lo más importante con nosotras, que es el Carisma Mercedario, el cuál logró crecer dentro de nosotras con el contacto que tuvimos con diferentes realidades a lo largo de estos años, empezando por el Servicio Social, donde se tronó un pedacito de la burbuja que nos cegaba de la realidad, mostrándonos mediante distintos casos que, cerca de nosotras hay mucha necesidad de amor, de mejora, y de felicidad.

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Por si la burbuja de la comodidad todavía no había sido tronada, entonces llegaron las misiones de Semana Santa a cambiarnos la vida a muchas de nosotras. Esta fue, sin duda alguna, una experiencia que, al menos a nivel personal, me hizo darme cuenta de todas las herramientas que nos da el Carisma Mercedario para poder asimilar las distintas realidades y, sobre todo, verlas con ojos de querer cambiarlas, de querer trabajar por ellas.

Personalmente, el recorrido por el Vera me ha dejado un sentimiento permanente: El de tener un hogar. Me ha regalado a las personas más importantes de mi vida, que hoy considero familia, porque conocí amigas increíbles, sinceras, reales… conocí maestras sabias, inteligentes y pacientes, directoras y subdirectoras que se preocupaban día con día para que nuestro aprendizaje fuera real y significativo. Pude ver la alegría de las hermanas Mercedarias cada mañana, compartiéndome sus ganas de amar la vida y sonreírle a las demás personas.

Y hoy puedo decir, que lo aprendido aquí no se queda sólo en mí, porque como dijo la Madre Margarita: “Hay que dar la felicidad que Dios me ha dado a manos llenas y que no todas las personas gozan. Pasar como Jesús haciendo el bien”. En este caso, mi felicidad fue todo lo aprendido en este colegio, y hoy me toca salir al mundo a compartir un poco de lo que aprendí, para que sea algo que todo el mundo pueda tener, y así, crear un mundo más justo, un mundo con más amor y en donde haya paz, pero no sólo que haya, si no que trabajemos día con día por ella.

Hoy, al ser una ex-alumna del Instituto de la Vera-Cruz, me llevo el compromiso de que el Carisma Mercedario se expanda por horizontes desconocidos. Y así como hoy se cierra este libro tan bonito, significativo y lleno de aprendizajes, tengo la certeza de que siempre estará ahí para releerlo una y otra vez, y que, mejor aún, puede tener una continuación.

Ana Sofía Güémez Palomar
Alumna de 3ro de Preparatoria