“COMPARTIENDO SABERES CON LA JUVENTUD”

Desde hace siete años vengo compartiendo saberes con jóvenes de distintas congregaciones que ingresan a la Vida Religiosa (Postulantes y Novicias). Los primeros años CONFREGUA (Conferencia de Religiosas/os de Guatemala) me pidió el curso de Teología Catequética, lo cual me ponía en ruta de introducirles a toda la metodología de la Teología de la Liberación y de las Comunidades Eclesiales de Base, a través del Ver, Juzgar-iluminar, Actuar y Celebrar, de una manera pedagógica.
 
Pero este año 2014 cambiaron un poco el “pensum”, por lo que ahora estoy trabajando la Historia de la Vida Consagrada. Les cuento que me está resultando sabrosísima y apasionante, ya que las y los jóvenes me van diciendo que se les está despertando el gusto por “contextualizar” la vida de sus fundadoras/es, las causas de la evolución y retrocesos en la vida de la Iglesia.
 
 

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Van aprendiendo a pasearse por la Historia de la Iglesia desde el monacato del desierto, pasando por la Cristiandad Constantiniana, el Medioevo, Renacimiento, Modernidad y se van familiarizando con “las claves de lectura” para comprender la historia, para entender el presente críticamente, nuestras involuciones e impulsos proféticos. Vamos también descubriendo mujeres significativas que estaban invisibilizadas y que han sido fuente sólida de inspiración en el seguimiento de Jesús.

El grupo actual de 1º es de 33 alumnas/os (21 mujeres y 12 varones), de 12 congregaciones. El de 2º es mínimo, son tres mujeres y un varón, de cuatro congregaciones. Finalmente, les comparto un detalle interesante, nuestro salón de clases se llama de “los mártires”, ya que en la pared del fondo está la memoria viva de ésta Guatemala bendita, bañada con sangre de mártires, experiencia que vamos también recogiendo y nutriendo al compartir los saberes con la juventud.

Beatriz Eugenia Becerra Vega, MMB

“SI A LA VIDA, NO A LA MINERIA”

“¡La Puya resiste!”…. La Puya es una comunidad en Guatemala que ha estado en resistencia pacífica desde el 2012. Defienden nuestra patria de la minería norteamericana a cielo abierto “El Tambor”. El 23 de mayo el gobierno usó la fuerza y la violencia estatal con policías y antimotines para desalojar violentamente a pobladores/as de la resis tencia pacífica “La Puya”, frente a la imposición también violenta de la empresa norteamericana Kappes Kassiday & Associates -KCA- y de su subsidiaria Exploraciones Mineras de Guatemala S.A. –EXMINGUA- con las que dañarán los mantos acuíferos y la vida de la región de San José Del Golfo y San Pedro Ayampuc del departamento de Guatemala.

Ésta resistencia pacífica tiene ya dos años de haberse conformado por mujeres, hombres, niñas y niños que han mostrado su capacidad de hablar, resolver y mejorar el futuro de todo el país.

Desde nuestra conciencia de JPIC- Justicia, Paz, e Integridad de la Creación, no podemos permanecer en nuestra zona de confort, el grito y el clamor de nuestra gente necesitada, toca una vez más a nuestra puerta, sensibilizando nuestros oídos para que escuchemos con el corazón lo que están viviendo nuestros pueblos.

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Nosotras como MMB, hemos tratado de hacernos presente en la lucha de nuestras hermanas y hermanos que reclaman el derecho a vivir en dignidad. Es impactante y doloroso escuchar a las señoras que comparten sus experiencias vividas en ese rinconcito de la comunidad. Cuando estás a lado de las mujeres, de las y los jóvenes, de los hombres, de las y los niños, ves alrededor a personas sencillas quienes cantan: “Siento la corrupción que trae solo la muerte”, “el oro, quieren sacar”, “el agua vale más que el oro”, “la mina causa muerte”… ¡La conciencia me deshila! Cuando las señoras narran su propia historia y ellas hacen alusión al pasado, diciendo: “Aquí jugué, aquí corrí cuando yo era patoja (niña), aquí conocí a mi novio, aquí me casé, aquí crecieron mis hijas/os… En la actualidad, tengo mis nietas/os y… ¿Qué futuro les vamos a dejar si las empresas mineras ya están presentes?…”

Ante esta situación, se siente una gran impotencia, al escuchar a las señoras/es, te sientes incapaz de no poder hacer nada contra las transnacionales que explotan nuestra tierra. Sin embargo, creemos una vez más en la organización que existe en nuestro pueblo porque es posible vivirnos en “resistencia” y no desde actitudes violentas que matan la vida.

Cuando una persona o grupo de personas llega a la comunidad de “La Puya”, le aplauden y sonríen como símbolo de acogida y hospitalidad. Además, las personas desean hablar, compartir sus penas, sufrimientos y gozos que van viviendo como colectividad, y sobre todo, vas viendo el nivel organizativo que existe en la misma comunidad, porque se turnan las 24 horas para poder cuidar la tierra y no permitir el ingreso de los mineros. Constatamos que es posible defender lo nuestro desde la resistencia, la paz, el diálogo y la fuerza organizativa que existe a nivel interno de la comunidad… ¡Si a la Vida, No a la minería!

Graciela Pérez, MMB